•|Se Fossimo Insieme|• •|AbbaGio|•

[4]

Posteriormente Leone se mudó a vivir solo luego de tanto tiempo, y el rubio pasó de estar en el departamento de Bruno al del albino, al menos los fines de semanas, o realmente cuando lo encontraba porque había veces en las que no estaba y debía volver. Con el pasar del tiempo, Leone se dio cuenta de una cosa, y es de que se estaba acostumbrando más de lo normal a la compañía de Giorno, era extraño, incluso le parecía aquello estúpido tomando en cuenta como empezaron y lo bien que se llevaban ahora, le dio vueltas a aquel asunto, realmente ¿eran tan amigos? No, no le parecía que fuese aquello no sentía lo mismo cuando pasaba con Bruno que era su mejor amigo, era algo diferente, algo que luego de tantas noches en vela o luego de ponerse muy ebrio dedujo, quizá si eran amigos, realmente lo eran, pero al parecer, se había ¿enamorado?, no quería aceptarlo pero posiblemente si era el caso, era una sensación extraña que no había sentido antes con nadie, y es que anteriormente, se había detenido a pensar si quiera en algo tan estúpido como enamorarse, por supuesto, tampoco era un santo, pero con aquellas mujeres que había estado solo era por una noche y nada más, pensó que nunca tendría sentimientos así y que tampoco alguien merecía pasar con él, que era un completo desastre y solo provocaría molestias, sería un estorbo, un dolor de cabeza... ¿Qué se supone que haría?

.

Hasta que pasó, aquel día, Giorno había ido al departamento desde muy temprano, y al contrario de volver a su casa por no encontrar al dueño se quedó, sabía que solo Bruno y él tenían conocimiento de una llave para ingresar "en casos de emergencia" y obviamente ese no era un caso de emergencia pero tampoco quería volver, así que se quedó, compró comida chatarra y una soda para comer de almuerzo, porque no sabía cocinar y no es como si en aquel lugar hubiera algo que preparar, de todas formas el mayor llegó pasadas las cuatro de la tarde por lo que supuso ya había comido ─ ¡Bienvenido! ─ dijo sin apartar la vista de sus libros y cuadernos

─ ¿Eh? ─ estaba agotado, no agotado no era suficiente, cansado, aburrido, hastiado, incluso hostigado, había tenido que trabajar ese día porque le pagarían ese tiempo extra y ese dinero le caía como anillo al dedo, tenía una deuda que pagar de una apuesta que había hecho la semana pasada; aún así, trabajar un sábado es molesto, tenía bastantes cosas que hacer; desde que se había mudado solo decidió estudiar online diseño gráfico, no era algo que le agradara del todo pero era seguro que no podría jamás ser policía y si continuaba trabajando en tonterías como en la que estaba no mejoraría su situación nunca; bueno solo debía hacer eso, pero como estaba de tan mal humor (normalmente siempre luego del trabajo estaba así) no tenía ganas ni ánimo de recibir a nadie, pese a eso, no era cualquiera, era Giorno, maldita sea ─Si quieres pasar a vivir aquí solo tenías que decírmelo─ dijo, intentando, de verdad que lo intentaba, no sonar como un amargado con muy mal humor, dejó los zapatos y el abrigo en la entrada para luego ir a su habitación a cambiarse

Se rió ante el comentario notando de sobra que se veía agotado y de mal humor ─No me habías dicho que trabajarías hoy─ dijo intentado molestarlo

─ ¿Eres mi esposa o algo así? ─ hablo desde la habitación, para su mala suerte, sin notar un rubio bastante sonrojado por el comentario

─ ¡Me refiero! E-Es...─ se trabó con sus propias palabras ─Me quedaré a dormir aquí hoy─ dijo intentado restarle importancia, no obtuvo una respuesta así que supuso podía quedarse.

Cuando volvió a hacer cuenta del tiempo ya era de noche y había terminado con una de las tareas más largas que tenía, puesto que ya se encontraba en el último semestre de su carrera, y prácticamente a días de la entrega de su tesis, pero eso estaba casi listo así que no se preocupaba tanto ─ ¿Abbacchio? ─ pregunto puesto que no lo había oído en todo el rato, camino entre la oscuridad para encender la luz y buscarlo, estaba en su habitación, no estaba seguro de si estaba descansando o muerto ─ ¿Estás muerto?