» 𝚜𝚒𝚡 ; 𝚑𝚘𝚖𝚎 «

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Ugh, eso volvió a sonar cursi. Si mi yo de hace tres mese leyera esto querría golpearme.

Yo también quiero golpearme.

Cuando llego al hospital voy directo a la que sería la habitación de Edric, pero para mi sorpresa está vacía. El corazón me da un vuelco.

- ¿Buscas a alguien, joven? - me giro, encontrándome con la enfermera con la sonrisa más amable que he visto nunca. Debe tener aproximadamente la edad de mi tío, aunque no podrían ser más diferentes. Sus ojos castaños también parecen sonreír por detrás de los gruesos lentes de pasta.

- Uhm...Sí. Busco a un chico. Edric Blight... La última vez que vine está era su habitación...

- ¿Eres amigo de Edric ?- otra voz suena a mis espaldas, esta vez una mas aguda y cantarinaQue me hace dar un respingo.

- Luz, cariño, no deberías asustar a las personas así - ríe la enfermera regañando a la niña que ahora tengo al lado. Esta carga una pila de libros de texto en los brazos. - Disculpa a mi hija, a veces es un traste. - la mujer dice, revolviéndole el cabello castaño a la mencionada. - ¿Qué haces aquí, mija?

- Amity no fue hoy a la escuela, así que me pidió que le llevara la tarea.- la niña me mira ahora a mi. Tiene los mismos ojos risueños que su madre. - Dijiste que buscabas a Edric ¿No? - Asentí con la cabeza- Él es el hermano de Amity, ma - añade tirando de la camisa de su madre.

- ¡Oh, cierto! ¡ El hijo de los Bligh! Es un encanto de chico. Realmente es una pena...- Esto último lo añade en una voz casi inaudible. - Le trasladaron al segundo piso ayer, ahorita te digo su habitación.

La mujer me guía por los entramados pasillos del hospital, con Luz caminando a brincos detrás de nosotros.

- ¿Entonces si eres amigo de Edric?- pregunta

- Ehh... Sí, supongo que sí

- ¡Él es genial! Es muy lindo conmigo. A la mamá de Amity parece que no le caigo muy bien, pero el me dijo que estaba muy contento de que fuera amigo de su hermana- exclama entusiasmada.

- Sí... Él es muy genial...

-Ojalá se ponga bien pronto ¿Tú si sabes que le pasó?

Trago saliva.

- No, yo... no tengo ni idea

Finalmente llegamos a una puerta, tan monótona como el resto. Lo único que la diferencia es el numero 238 grabado en una placa de metal. La enfermera vuelve a mirarme sonriente, haciendo un gesto para invitarme a entrar.

- Muchas gracias... uhm...- hago una pausa, acordándome de que no me se su nombre.

- Camila Noceda - dice alegremente.

- Muchas gracias, Señora Noceda

- Puedes llamarme Camila, cariño.

- Gracias Camila...- rectifico. Todo en ella transmite calidez.

Dicho esto entro en la habitación tras golpear suavemente la puerta. Estoy nervioso. Muy nervioso. Pero todo desaparece cuando veo a Edric. Esta de espaldas a mi, apoyado en el alféizar de la ventana. La suave brisa de los comienzos de invierno agita su cabello. Todo en el parece tan pacífico que hasta me da miedo interrumpirle. En cuanto nota mi presencia gira la cabeza hacia donde estoy. Por un momento me quedo perdido en el brillo en sus ojos ambarinos, como si estuviese atrapado en mi propia galaxia. Y entonces sonríe. Sonríe como nunca antes lo había hecho. Su rostro es la viva imagen de la serenidad. Durante ese corto momento, me siento como en casa.

- Hola...- saluda. Su voz suena un poco ronca, pero no áspera. Se acerca unos pasos hacia mi, pero yo me quedo en mi sitio. Es casi como si me diera miedo tocarlo. Como si el fuera demasiado bonito para mi y yo lo suficientemente torpe para romperlo . - Te eché de menos.

-Siento no haber venido ayer. Quería venir, pero no había dormido nada, y de verdad tenía un aspecto terrible. Te habría asustado.

Él se ríe.

-Tonterías, tu siempre estás precioso.

El comentario me hace dar un respingo involuntario. Un cosquilleo que nunca antes había sentido empieza a aparecer en mi pecho. Yo mordisqueo mi labio inferior. Edric juguetea con sus dedos. El silencio se ha ceñido sobre nosotros. Un silencio cómodo.

De pronto, él se acerca hacia mi y me estrecha entre sus brazos.

-Me alegro tanto de verte- murmura- Tenía miedo de que no volvieras.

Yo me dejo llevar, cerrando los ojos y envolviendo los brazos alrededor de su cuello. Me impregno de su olor, sabiendo que está aquí. Que está conmigo.

- Yo también tuve miedo...

El apoya la cabeza en mi, hundiéndola en el hueco de mi clavícula. Noto como silenciosas lágrimas empiezan a escurrirse por sus mejillas, humedeciendo mi cuello. Está llorando.

- No quiero perderte... - las palabras se arrastran por su garganta, quebrando su voz.

- Ni yo a ti...- acaricio la parte baja de cabello mientras intento reprimir el nudo que se está formando en mi estómago.

Así nos mantenemos por un rato. Hasta que Edric se separa y me mira sonriente. Ambos tenemos los ojos humedecidos. Entonces, los dos estallamos en carcajadas.

- Siento el drama- se excusa a la vez que se seca los parpados- pero de verdad, tenía miedo de que te fueras.

- ¿Y con quien más iba a ir? Eres mi único amigo, tonto.

-Wow, que...honor? supongo-

-Puedes considerarlo así, si te apetece - Volvemos a romper a reír. Casa. Así es como se siente estar con Edric. Él es mi hogar.

- No tengo ni idea de que va a pasar conmigo ahora, Hunter. Pero aunque pierda todos mis recuerdos, no te voy a olvidar. Por nada del mundo lo haría

[ •*¨*•.¸¸♪ ]

N/A: a lo mejor hoy subo otro capitulo, porque estoy on fire y tengo muchas ideas. Espero que os haya gustado. Besis de fresi de vuestro gei favorito.

» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric Where stories live. Discover now