Capítulo 1 -El camino para amarte.

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-Ya casi es hora amor, deja me termino de arreglarme para ir con Don Emilio, es un día importante, ya que Pedro aceptó no puedo llegar tarde, seguro que ya están ahí los dos esperándome...¡ayy no, no!- Dijo Itatí con un tono de angustia en su voz.
-Ya tranquila mi amor, vamos a llegar bien, además no veo por qué te arreglas tanto si así ya estás hermosa!- le decía Carlos para tranquilizar sus nervios. Era típico de ella, al iniciar un nuevo proyecto se entregaba por completo a su papel, siempre queriendo verse más linda de lo normal, como toda mujer vanidosa y comprometida con sus obligaciones.
-Carlos, mi vida, me puedes pasar mis tacones por favor, los negros que están ahí, es que aún me falta maquillarme los ojos...-
-Claro que sí-
Al cabo de 15 minutos después, Carlos e Itatí ya hacían arriba del carro, en camino a las locaciones de Televisa San Ángel.
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-Ay mira Pedrito, ahí viene ya nuestra protagonista y bien acompañada, él es su esposo-
Le decía Emilio a Pedro algo ansioso, con ganas de que se conocieran y llegaran a ser buenos compañeros, y ¿por qué no? grandes amigos, todo con la profesionalidad que ellos poseen.
-Sí, ya era hora, creí que no iba a llegar nunca jaja, mentira apenas son 3 minutos tarde, lo que pasa es que yo llegué muy temprano.- contestó él viendo cómo se acercaban a ellos.
-Hola, buenas tardes señores, perdonen la demora, miren él es mi esposo el señor Carlos Alberto Cruz- En seguida Carlos saludó a Pedro y al señor Emilio, después les saludó Itatí,  como toda una dama con clase y muy sonriente.
A Pedro se le escapaban algunas miradas, ella lucía un vestido blanco y corto, era para la ovación, además hacía mucho calor. La cabellera recogida en media coleta, unas gafas grandes y redondas, en un color negro con detalles en dorado y unos hermosos tacones que tonificaban la delicada figura de sus piernas. Después de unos segundos de estudiar a Itatí, Pedro volvió a la realidad y estiró su mano para saludar a la bella dama que tenía frente a él -Buenas tardes Señora Itatí, yo soy...- Si, el señor José Martín Cuevas, mejor conocido como Pedro Fernández, ya me lo había mencionado el señor Emilio, mucho gusto-interrumpió a Pedro bastante segura.
-Sí, bueno muchachos, pasemos para que tomemos algo mientras firman sus contratos, supongo que ya los leyeron en electrónico como se los envíe por e-mail.
-Si señor, ya solo vengo a firmar y a conocer a mi compañera, estoy de acuerdo con el contrato- dijo Pedro viendo de reojo a Itatí sin las gafas de sol. -Si, si, yo también solo vengo a lo mismo, estoy deacuerdo con el contrato- Ella aun no se había percatado del hombre que sería su compañero, en realidad era muy apuesto y sencillo, ese día Pedro portaba unos vaqueros, una camisa de vestir color blanca y un ligero sweater gris en la mano, realmente lucía muy bien...
El señor Emililo los dirigió a ambos a un pequeño patio con mucha vegetación, les tenía preparada una carpa con una mesita muy bien arreglada, los sentó a ambos juntos y mandó pedir otra silla para Carlos, al cual no tenía contemplado -Bueno, pues primero que nada, ¿les ofrezco algo de beber? Un café, agua, algún licor...-Un vaso con agua está bien, gracias- contestó ella- tú mi amor, ¿no quieres nada?- preguntó Itatí a su esposo -No, gracias así estoy bien-
-Bueno, y tú Pedro- preguntó Emilio- A mi me me puede traer una limonada por favor- Si, si ahora mismo mando traer lo que quieren, mientras tanto prodigamos con esto. Aquí están los contratos, ¿tienen pluma o les presto una?- les dio Emilio un folder amarillo a cada uno con las especificaciones de su papel, libretos, horarios y el contrato a firmar- Ay yo si no traigo pluma, me puede...- Toma Itatí, aquí tengo una yo- interrumpió Pedro dándole la pluma. Al rozar su mano Pedro sintió una conección especial con ella; sin embargo no hizo caso, la acababa de conocer apenas empezaba a tratarla pero si tenía que reconocer que era una mujer fantástica, como salida de un cuento, en verdad estaba muy sorprendido por la mujer que tenía a su lado -Muchas gracias Pedro, ¿te puedo tutear?- dijo Itatí dirigiéndose a él con una voz suave  -Claro, no hay problema, ya comencemos a conocernos desde ahora- le respondió Pedro -Sí, muy bien- contestó ella con una risa nerviosa y coqueta-
Un sonido dentro del bolso de Itatí comenzó a escucharse, su celular estaba sonando -Ay Dios mío, Carlos ¿puedes contestar por favor? -Sí, mi amor- dijo Carlos con una mueca mientras se apartaba de la mesa para hablar...
-Ahora regreso, voy a dejar estos documentos, les saco copia a sus contratos y se los traigo, no tardo- Dijo Emilio dirigiéndose a ambos.
-Si, no hay problema- contestó ella  y Pedro solo asintió con la cabeza y sonrío.
El productor se alejaba y Pedro aprovechaba para sacarle la platica a su compañera, una de las cualidades de Pedro era su enorme carisma.
-Bueno Itatí, primero debo reconocer que luces realmente hermosa, con todo respeto, mira no he tenido la oportunidad de tratarte más a fondo, pero cuéntame de ti- le decía Pedro a Itatí. Ella se estaba sonrrojando un poco, pero lo seguía dejando hablar, le parecía un tanto agradable la plática.
-Más a fondo?- le respondió ella con la voz entre cortada.
-Sí, bueno me refiero a fondo hablando profesionalmente, nunca hemos trabajado juntos y la verdad es que no conozco mucho de tu carrera, pero supongo que debes ser excelente, por lo poco que eh sabido eres una mujer extraordinaria-
-Ah sí? Bueno pues muchas gracias!- respondió haciendo muecas de nerviosismo,-Pues yo a ti si te reconozco más, la de la mochila azul verdad? Jaja- Decía Itatí muy sonriente.
-Si, vaya que si. Que tiempos aquellos, cuando yo no...- le respondió Pedro con la mirada perdida en los recuerdos del pasado, de su infancia.- ¿Cuándo tú no qué?...
De momento se escuchó muy cerca una voz...
-¿Hola? Si... Si, ya voy, ahora está ocupada, pero yo voy para allá y más tarde vengo por ella... Perdón que interrumpa- Era Carlos que había regresado a la mesa- Sí, qué pasa amor?- se dirigió ella a su esposo. -Mi vida, tengo que regresar a la casa, me acaba de hablar la maestra de los gemelos, que les hace falta un documento para la inscripción de Roberto a su curso de actuación, para el teatro del colegio, más tarde me marcas y vengo por ti ok? - Si mi amor, gracias- Carlos besó a su esposa con amor para despedirse, volteó a ver a Pedro y con un tono cortante le dijo -Bueno hasta luego señor Fernández un gusto- Itatí los miro a ambos disimuladamente y notó cierta tensión entre esos dos, Carlos solo dio la vuelta y se fue.
-Mira Pedro, ya viene ahí Emilio-
-Oh si, oye que buena está esta limonada eh- dijo Pedro para evadir el tema- Si, Bueno muchachos, aquí están sus copias, perdonen la demora pero no prendía la copiadora, bueno, eso sería todo por el día de hoy, los espero aquí el lunes a la hora indicada, a las 8 me parece que dice ahí, y pues es un gusto trabajar con ustedes, sé que no fallarán y espero no estarme equivocando con ustedes- Se dirijió con ambos para estrecharles la mano- No señor, claro que no se equivoca, no le fallaremos y aquí nos vemos temprano- dijo Itatí viéndolo a los ojos-Si, no le fallaremos, muchas gracias por el papel, y oiga por cierto, si se acoplarán a los días en que tengo conciertos verdad?- Dijo Pedro en tono preocupado- Sí Martín, por eso no te preocupes, ya lo habíamos hablado- le contestó Emilio mientras le estrechaba la mano.
Ambos salieron juntos, pero sin dirigirse la palabra... Ya estando en el estacionamiento Pedro se percató de que Itatí no traía automóvil -Disculpe señorita Alejandra Álvarez del Castillo- le dijo Pedro a Itatí metido en su personaje mientras la tomaba del hombro
-¿Pedro? o más bien ¿Rafael Medina Núñez?- dijo Itatí divertida
- Licenciada, me parece que usted no trae carro o ¿me equivoco?-
-jajaja no Pedro no traigo automóvil, pero yo llamo a mi esposo Carlos para que venga por mi, tal vez no tarde, tú vete tranquilo, si no yo ahorita veo como me regreso a mi casa- dijo con una sonrisa.
-No, no, no, para nada, yo te llevo Itatí faltaba más, ven sígueme, por aquí debí haber dejado mi carro- ella lo siguió y al llegar al auto él le abrió la puerta y le dijo muy caballeroso -Sube, este es el carruaje que tengo jaja- Itatí sonrío y le dijo -Eres un amor, gracias-
Se subió Pedro y se dirigieron a la casa de Itatí. Comenzaba la charla de amigos.
- Y bien, dime ¿llevas mucho tiempo casada?
- Si, los suficientes diría yo- Enseguida ambos comenzaron a reírse.
-Muy bien, ¡eso es bueno! Eso quiere decir que se aman mucho, pero bueno yo creo que amarte debe ser fácil, eres una mujer increíble, mira apenas llevamos hablando unas horas y ya me caes ¡súper bien!- Contestó muy entusiasmado.
-Eres muy amable- se sonrojó un poco.
Durante todo el camino hubieron algunos silencio y de pronto risas pero la química comenzaba, se empezaban a llevar bien.
-Mira ya llegamos, aquí es mi casa te la presento jaja-
-Mucho gusto casa de mi licenciada, dijo con un tono sarcástico pero muy amable y cariñoso a la vez.
-Jajajaja bueno me tengo que ir, muchas gracias por haberme traído-  le sonrió muy tiernamente, se bajó del auto y caminó hacia su entrada, se volteó para nuevamente sonreírle a la vez que se despedía con la mano diciéndole adiós, se dio la vuelta para entrar a su casa y escuchó un grito de Pedro diciendo.
-Espero que no vallas a llegar mañana 3 minutos tarde otra vez- ambos sonrieron e Itatí contestó.
-Por supuesto que no, nos vemos mañana- dijo Itatí muy contenta mientras abría la puerta de su casa.
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Pedro Fernández e Itatí Cantoral. ¿Será amor? ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora