Incluso aunque fuera un Dios sacado del Olimpo, sí iba por una de sus hijas, Jonathan le haría una cruz inmediatamente. Era difícil para cualquier hombre conseguir la aprobación de Jonathan y que fuera difícil era bueno y malo al mismo tiempo.

Bueno porque aseguraba que sus hijas terminarían en brazos de un hombre que estuviera cien por ciento comprometido a estar con ellas hasta el punto de soportar las mil cosas que Jonathan podía llegar a decirles o hacerles con tal de humillarlos, incomodarlos o presionarlos.

Malo porque probablemente ese hombre dispuesto a tanto ni siquiera existía así que seguramente sus hijas acabarían solteras por el resto de sus vidas si Jonathan no cedía un poco.

Salieron del dormitorio de Olivia y fueron por las escaleras de la casa hacia el recibidor donde los hombres los esperaban.

Irían con Jonathan, Oliver, Eli, Darrin, Adrian y Derby y Emma quedaría a cargo de los más pequeños con Marie hasta que volvieran. No se sentía muy tranquila dejándolos solos, pero Emma quería la responsabilidad, así que confiaría en ella.

Jonathan estaba hablando con sus hijos cuando las vio bajar y quedó boquiabierta mirando hacia las escaleras. Lo que decía quedo en el olvido y sus hijos rápidamente se regresaron para ver en la misma dirección y como si estuvieran sincronizados, todos se quitaron sus sombreros y despejaron el camino para ellas.

Descendieron desde la menor a la mayor, por lo que la última a la que Jonathan pudo ver para terminar de enamorarse por completo de sus mujeres, fue a su esposa.

Su corazón se sacudió agresivamente al verla bajar hacia él y extendió una mano para ayudarla.

Se había colocado unos guantes blancos hasta los codos y traía un abanico cerrado en su mano y una cartera pequeña colgando de su muñeca con una delgada cadena.

Se quedó hipnotizado mirándola como un completo idiota que no era capaz de poner una oración en orden y tragó saliva con fuerza intentando rehidrata su boca seca.

Estaba tan hermosa que parecía una Diosa, era su Diosa.

Olivia se sonrojó ante su intensa mirada y lo abrazó por la cintura cuando Jonathan la atrajo para besarla.

—Estás deslumbrante, ángel...Simplemente perfecta.

La llenó de orgullo que el hombre al que tanto amaba le dijera aquello y más aún que la hiciera girar para admirarla.

Por supuesto, Jonathan no perdió tiempo de halagar también a sus hijas y golpeó a sus hijos con el codo para que hicieran lo mismo. Ellos reaccionaron, saliendo del transe en el que habían quedado al ver a sus hermanas tan deslumbrante y empezaron a balbucear en un intento por halagarlas. Estaban bastante sorprendidos, pero más allá de eso sabían que si ellos se sentían de esa forma siendo hermanos ¿Cómo se sentirían los hombres del baile al verlas? Los celos de Oliver y Jonathan hervían lentamente.

Derby se quedó mirando a Jian con su sombrero entre las manos y retorció el ala de cuero un tanto nervioso por no saber cómo comportarse. Llevaba casi siete años casado con ella, era un bruto y un tonto la mayor parte del tiempo, pero funcionaban mucho mejor y nunca antes la había visto tan arreglada. Ni siquiera el día de la boda.

—Estás...Yo...Te ves...No sé cómo decirlo... —. Se rio nervioso y rascó su nuca—. Se me dan mal las palabras y hermosa se queda corto.

Jian sonrió de oreja a oreja y lo abrazó para besarlo.

Rodeó su cintura con sus brazos y la pegó a su pecho respirando profundo contra su boca. Tenía un aprecio hacia ella que no terminaba de entender, no sabía si era amor y no podía explicarlo, pero la conexión entre ellos seguía ahora que no había alcohol u obstáculos de por medio.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now