Patrimonio Heredado

Capítulo 49: Llevando al lobo a la casa

Yan Yuchun lo miró con calma y respondió rápidamente: "Sí".

Xavier lo miró sin comprender. Al cabo de un momento, sintió que todo su cuerpo estaba a punto de saltar, y dio inconscientemente un paso hacia atrás, con el rostro lleno de desconfianza. "¡Imposible! ¡Me estás mintiendo otra vez! Mi querido tío, has sacrificado tanto por tu carrera y tu fortuna, eres tan buen actor que ya no puedo creer en tus palabras, así que vete y desaparece de mi vista". Cuando dijo la palabra "desaparece", su corazón se desgarró de dolor.

Yan Yuchun dijo: "Esta vez no te miento, Xavier".

"¡No te creo!" Xavier apretó los dientes y gimió. En la noche silenciosa, esta frase se escuchó muy fuerte, sin embargo no quería que nadie más se enterara de este lío todavía. Si la gente supiera que había caído de bruces en una relación falsa, estaba seguro de que sus camaradas y subordinados se partirían de la risa.

Yan Yuchun retractó la mirada, inclinó la cabeza para mirar hacia arriba y de repente preguntó: "¿En qué piso vives?".

Xavier estaba un poco desconcertado: "¿Qué piensas hacer?".

"Hace un poco de frío". Yan Yuchun encogió el cuello, con una pequeña queja en sus delicadas cejas: "Y no me bañé anoche, quiero tomar un baño caliente, ¿por qué no me llevas adentro?".

Xavier le miró un poco incrédulo: "¡Yan Yuchun, te estoy diciendo que te vayas!".

Yan Yuchun parecía inocente: "He venido aquí en el coche del almirante Henry, estamos a casi veinte kilómetros de la finca, ¿estás seguro de que quieres echarme ahora?".

Xavier se atragantó por su apariencia justa y arrogante y se indignó por un momento antes de decir descontento: "Ven conmigo, sólo te permitiré quedarte en préstamo por una noche, haré que Tyrone te lleve de vuelta por la mañana". Con sentimientos encontrados y un poco de fastidio, llevó a Yan Yuchun de vuelta a su departamento de soltero, que era pequeño, con sólo un dormitorio, una sala de estar y un baño. Yan Yuchun se giró con curiosidad y comentó: "Parece bastante limpio".

Xavier gruñó: "Tú, que funcionas con préstamos, no tienes el capital para disgustarte".

Pero, como si no lo hubiera oído, Yan Yuchun empujó la puerta del baño y frunció el ceño: "¿No hay bañera? ¿Cuándo te cambias la ropa sucia aquí no la lavas ni la guardas, sino que la tiras al suelo?" La cara de Xavier ardió un poco ante su comentario, inconscientemente se metió en el baño y arrojó su ropa rápidamente en el cesto de la ropa sucia, "Los guardias limpiarán esto mañana, ¿por qué te importa? Sólo hay una ducha aquí, puedes lavarte o no, tú decides".

Ante su tono algo feroz, Yan Yuchun en realidad no se enfadó y en cambio dijo: "¿Hay alguna prenda que puedas prestarme?"

Xavier dijo con rigidez: "¡No!"

Pero Yan Yuchun ya había ido a abrir su armario y lo miró de forma poco satisfactoria antes de sacar una prenda cualquiera. Xavier no vio exactamente lo que estaba sosteniendo, porque el oriental entró al baño precipitadamente y cerró la puerta tras de él.

Xavier se quedó allí un momento, solo cuando escuchó el sonido del agua fluyendo, volvió a sus sentidos y se sentó en el sofá un poco molesto. Había tomado un poco de vino pero no estaba realmente borracho, su cordura sin embargo parecía un poco menos clara, y lo que acababa de suceder era como un sueño, dejándolo algo confundido.

Estaba realmente de vuelta, vivo, y en lo que respecta a Yan Yuchun, se había convertido en su esposo... ¿Y ahora se está bañando en su habitación de soltero?

¿Bañando desnudo?

Al pensar en estas dos palabras, el almirante Xavier, que llevaba seis meses de abstinencia, se quedó inevitablemente con la boca seca y su cuerpo se calentó un poco, e incluso cierta parte de su cuerpo inferior empezó a endurecerse. Xavier no quiso admitir que era por Yan Yuchun, Intentó convencerse de que aunque estuvieran Caroline o Daisy en el baño ahora mismo, su polla seguiría estando dura, y probablemente algo más.