-Deja tus cosas, turbias, maldito raro -Beomgyu hizo una mueca sacudiendo la cabeza.

[...]

Al día siguiente, Beomgyu se preparó para ir al café a las 7 de la mañana, debido a que solo tenía que ir a dos clases por la tarde a la universidad, Soobin había editado sus turnos para que los lunes terminaran a la una de la tarde, bastante conveniente.

Debido al frío, Beomgyu no se molestó mucho en vestirse, colocándose una sudadera grande perteneciente a él mismo antes de salir de allí a paso rápido para no perder el autobús. Sin embargo, cuando ingresó a la cafetería, se sorprendió al encontrarse solo con el mayor de los hermanos abriéndola.

-Buenos días, sunbae -Beomgyu saludó yendo al interior de la cocina para dejar sus cosas en el cuarto de empleados notando en definitiva la ausencia del pelinegro al notar como no había ninguna pertenencia suya ahí.

-¿Sunbae, por qué Yeonjun oppa no vino hoy? -Luego de dudar un poco, el castaño se atrevió a preguntar con algo de curiosidad y nerviosismo.

-Ohh, está enfermo, Yeonjun tiene una inmunidad bastante débil así que se suele enfermar de vez en cuando, hace poco estuvo fuera muy tarde y desde ayer ha estado con fiebre -Soobin contestó con amabilidad concentrando su atención en acomodar las mesas —No te preocupes mucho, estará bien.

Beomgyu no pudo hacer más que asentir resignado, sentía una extraña punzada en el pecho al pensar en que Yeonjun estaba enfermo debido a él, nunca se le pasó por la mente que el pelinegro fuera tan delicado, así que ni siquiera prestó mucha atención al frío de la noche. Bueno, el tipo no tenía mucho voto ahí si creció comiendo gusanos y tierra. Ahh, y con un hermano menor que lo obligaba a comerlo.

—¿Puedes sacar los postres fríos de la nevera grande? Tuve que levantarme más temprano para prepararlos ya que Jun no puede —El mayor le pidió a lo que Beomgyu se apresuró a ayudar, dividiéndose entre tomar órdenes y preparar cafés, mientras que Soobin atendía la caja y se encargaba del inventario de postres, cosa difícil entre los dos. Viendo el día tan difícil qué habían tenido, la ausencia de Yeonjun se hacía cada vez más notoria.

Finalmente, para el alivio de un muy cansado Beomgyu, su horario de trabajo acabó por lo qué se quitó el delantal empezando a recoger sus cosas, tenía clase a las dos así que con esa hora libre era suficiente para correr a su casa cambiarse y comer antes de llegar a la universidad.

—¿Sunbae, se quedará aquí? —Beomgyu preguntó al ver a Soobin en la caja registradora contando el dinero, algo que usualmente hacía cuando ya estaban en horario de cierre.

—Sep, estaré esperando a qué estos clientes salgan para irme a casa también, cerraré temprano, solo definitivamente no podré con esto —Soobin rió —Solo que estoy algo preocupado por Yeonjun, le compré unas medicinas para ir a dejarselas para que las tomara junto con el almuerzo, pero no me ha contestado ningún mensaje y eso me preocupa, no sé si ya tocado la comida que le preparé o no, Yeonjun suele ser algo testarudo —Beomgyu no pudo evitar sentirse conmovido, él definitivamente nunca haría algo así por Taehyun, era increíble como Soobin siendo solo un par de años mayor que él ya manejaba un negocio y era responsable con su hermano, Beomgyu con costos pagaba el agua de su apartamento, quedándose con tres días sin luz porque a veces se le olvidaba pagarla.

—¿Y sí se las voy a dejar yo? No tengo problema de todas formas —Y el castaño abrió su gran bocota, sabiendo que probablemente recibiría un golpe de su profesora por llegar media hora tarde.

—¿Puedes? —Beomgyu asintió como el idiota amable qué era una vez al mes —¡Muchas gracias, Soo Jung! ¡Ahh, me siento bastante aliviado ahora! Te enviaré la dirección por mensaje, hay una llave de repuesto debajo del tapete de gato de la puerta, con ella puedes entrar —Soobin sonrió brillantemente haciendo a Beomgyu suspirar resignado, no podía combatir contra el sol de su mayor.

Y en cuestión de un abrir y cerrar de ojos, Beomgyu se encontraba sentado en el autobús con su celular en mano y una bolsa de medicinas para la gripe en otra, mirando atentamente el GPS en su teléfono para comprobar hacia donde iba. Ni siquiera recordaba el momento en el que salió de la cafetería.

Todo era rosas y arcoíris, hasta que un chico de secundaria se sentó junto a él en el autobús. Bien, eso no sería raro en lo absoluto, a excepción de que al mirarlo de reojo, notó que sus mejillas estaban sonrojadas y unas risas de adolescentes sonaban detrás de ellos, probablemente pertenecientes a los amigos de él chico.

—Uhm... Disculpe —El chico no parecía tener más de la edad de Taehyun, el castaño no supo si reír o llorar. ¿Qué tan atractivo podría verse de chica como para que otro chico le prestara atención? Y peor, menor.

Afortunadamente, justo cuando Beomgyu iba a sacar su voz de macho y decir que en realidad era un tipo y no trabajaba en un teibol, el autobús se detuvo justo donde tenía que bajarse. Y como alma que lleva el diablo, el castaño corrió casi cayendo de cara en el último escalón del autobús. Bien, al menos le había ahorrado la vergüenza al chico. Pero no a él.

Sin embargo, ahora tenía otro problema por delante, y era qué... El maldito edificio donde vivían ambos hermanos, estaba a dos calles del suyo, solo que tomaba una ruta contraria ya que los dividía un pequeño centro comercial y otras tiendas. Eso explicaba la familiaridad de las calles. Bien, Beomgyu definitivamente no fingía ser idiota, lo era en realidad.

Oh, y problema dos, estando frente al edificio se estaba empezando a torturar con una duda bastante enterrada. ¿Cómo carajo podría ver a la cara a Yeonjun?

Serendipia | Yeongyu Where stories live. Discover now