Cuando el gran duque se giró hacia Lucy y la miró, ella se estremeció de pies a cabeza.
—¡Yo puero caminar ben!
—Es un desperdicio hacerlo. —Murmuró el gran duque y se levantó de su silla. Luego, me tomó en sus brazos y se acercó a la ventana.
—¿Qué pasa?
—Yo, ¿estoy de vishita?
El gran duque frunció el ceño ante mi pregunta.
< ¿Estás enfadado porque he preguntado algo inútil?>
Dejé mi intento por adivinar y en su lugar grité rápidamente la respuesta correcta.
—¡La ropa!
—Pues te queda bien. —contestó el gran duque sin rodeos. Sin embargo, no estaba enfadado, ya que tenía los labios ligeramente aflojados.
—Je, je. El gran duque me la regaló.
—Eso es cierto.
—¡Es realmente bonita! ¡De verdad me gusta mucho!
Una leve sonrisa cruzó por el rostro del gran duque al escuchar mis palabras. Fue un cambio que pasaría inadvertido si no observo con atención.
<¡Ahora!>
Rápidamente guiñé un ojo en dirección a la puerta.
¡Clic!
El sonido de la cámara capturando el momento sonó con fuerza. Entonces la sonrisa del gran duque desapareció en un instante.
—¿Qué está pasando?
—Eso, eso, eso...—El reportero estaba aterrorizado. No había manera de que pudiera recibir correctamente la mirada del gran duque.
—¿No puedes hablar con claridad? —cada palabra del gran duque estaba llena de dignidad. Eso es lo que estaba buscando.
Mientras miraba al gran duque con ojos parpadeantes, me sorprendí al notar que la temperatura a mi alrededor se había vuelto más fría.
Lucy y el reportero temblaban e inclinaron la cabeza como si quisieran pedir perdón por existir.
<Lucy también le tiene miedo al gran duque cuando está enojado.>
Los esfuerzos de Lucy por reprimir la respuesta al miedo que sentía su cuerpo se reflejaban en sus puños cerrados.
—Lo llamé yo. Rijo que tenía que haber una poto en el pelioico ¿verdad?
Como estaba en los brazos del gran duque, tiré un poco de su cuello y le corregí la postura cómodamente. Luego, su mirada fue dirigida hacia mí, cosa que tranquilizó a Lucy y al pobre reportero.
El gran duque afiló su mirada e inclinó la cabeza. —... ¿No estas asustada? —preguntó en voz baja.
Los tranquilos ojos del gran duque de alguna manera se sintieron un poco solitarios.
—¿Ashustada? ¿tendría que estar ashustada?
Los ojos del gran duque se abrieron levemente ante mi pregunta. Entonces, para reforzar el hecho de que no sentía nada de miedo, enterré mi cabeza en el espacio de su cuello. Y seguido a mi acción, la gran mano del gran duque se acercó lentamente a mi espalda y me abrazó con fuerza.
Reflejado en la ventana se podía ver como mi cuerpo estaba acurrucado sobre los brazos del gran duque, dando la sensación de que un gran gigante abrazaba a una pequeña bellota con todo su cuerpo.
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Nadie me quiere a excepción de los villanos.
Spiritual"¿Por qué te obsesionas con rechazar favores?" Extras sacrificados por la niña favorecida. La princesa Shuelina es abandonada por su verdadero padre y su hermano. ....Ahora soy la protagonista de esta extraña historia. Mi única esperanza es que aun...