Capitulo 6: Jk

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Tenia 4 dias encerrada, ya me sentía como un accesorio.

La comida me la traían a mi habitación y no veía al jefe desde hace días atrás en su oficina. El había salido así que me sentí muy aliviada de no tener que verlo o sufrir el miedo de que entrara a mi habitación.

Física y mentalmente me estaba volviendo loca, la sensación de encierro invadía mi cuerpo y no me agradaba en cualquier momento enloquecería, era claustrofóbica y el sentirme atrapada así sea en una gran habitación me desesperaba muchísimo.

El cuarto se sentía muy encerrado y pequeño cada vez más, sin importar el aire acondicionado y lo amplio que era, ya no aguantaba. Algo solo se apodero de mi y entre en pánico. Solo salte de la cama y empecé a golpear desesperadamente la puerta de la habitación, necesitaba sentir aire fresco.

-¿Que mierda te sucede?.-Dijo Nam

-Abran la puerta.-Dije desesperada mientras golpeaba la puerta.

-Dime que te ocurre, si abro esa puerta te ira mal.-Dijo este furioso

-Necesito salir.-Dije desesperada y escuche como quitaban el seguro. Al abrir me lance al suelo y sentí ese clima tan cálido, ya no era solo frío encerrado, era agradable sentir que a mi alrededor habia espacio de sobra.

-Levántate idiota.-Dijo y tomo mi brazo y me jalo para subir mi cuerpo.-Solo llevas 4 dias ahi y ya ¿no puedes? Morirás cuando el jefe llegue.

-Solo necesito unos minutos.-Dije entre dientes y me dio una bofetada.

-Suficiente entra.-Dijo moviendo bruscamente mi brazo.

-No, por favor. Me comportare, dame 5 minutos.-Dije más calmada tomando mi mejilla y este me miro con poca paciencia aplastando sus labios. 

-2 minutos y entras. No querrás que te vaya peor cuando el jefe se entere.-Dijo amenazante.

-No le digas por favor.-Dije preocupada por sus palabras.

-Callate.-Alzó la voz y baje mi mirada asustada.

Entre nuevamente a esa prisión. El cuarto era cómodo, jamás tuve un lugar así pero dios, como odio estar encerrada y pensar no saldría, me daba claustrofobia por aquel sucio juego psicológico que mi mente armaba.

Pasaron las horas y miraba el techo pensando en todo lo que pudiera estar pasando fuera de aquí. No habia tenido tiempo de pensar en eso; mis padres, la universidad, ¿me buscaran en estos momentos? De pronto mi paz ceso al oír la cerradura abrir, no sabia que hora era pero no quería comer.

Por mi suerte efectivamente era la señora con mi comida; estaba decidida a hacer una huelga de hambre aunque me cueste la vida, ya no tenía razón para sobrevivir y nunca la tuve desde que entre aca, ¿para que? Tarde o temprano moriría acá, ¿Para qué seguir esforzándome?.

2 días después...

Estaba posada en la cama sin ingerir nada de lo que me daban, aun no me castigaban por eso y el jefe aún se ausentaba. No tenían permitido molestarlo pero detrás de la puerta al fin oí voces y no sabía si eso era bueno.

-Ha dejado 2 días seguidos la comida que le hemos dado.-Dijo la voz de la mujer que traía mis alimentos.

Escuche la cerradura abrirse y me senté en la cama rápidamente con la intriga de quién podía ser. Al abrirse la puerta lo pude ver a el y no se veía feliz.

-¿Qué es eso que no comes?.-Dijo serio y baje la mirada. Este se acerco y como era costumbre tomó mi mandíbula dirigiendo mi mirada a la suya.-Te di una oportunidad y ¿así me pagas?, ¿crees que estás en posición de exigir algo?.-Lo mire con detalle y por primera vez me arme de valor para acabar de una vez con mi vida.

Las Reglas De La Mafia (Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora