c i n c o.

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—¡Todoroki, basta! —chilló un alegre peliverde manoteando al aire luego de que su mejor amigo decidiera captar cada pequeña expresión suya en fotos.

Los flashes provenientes del móvil del de cabellos bicolores eran incesantes y parecían hacerse cada vez más veloces, aunque a Izuku no le molestaba en absoluto, en realidad, le hacía feliz ver a su amigo riendo gracias a sus quejas.

Un rato después de más risas y quejidos agudos, dos jóvenes se encontraban uno encima del otro sobando sus barrigas, las cuales dolían gracias a sus carcajadas sin fin. El peliverde se dedicó a abrazar al más alto al darse cuenta de que estaba sobre él, acomodándose entre los brazos de Todoroki luego de que éste notara las intenciones de su mejor amigo.

—No sabes lo feliz que me hace verte así... —aclaró el pecoso, sonriendo mientras acariciaba la mano del otro, sobre la cual se hallaba una intravenosa.

—¿Así? —preguntó, ladeando la cabeza para ver fijamente al menor. —¿Así cómo?

—Ya sabes... sano. — finalizó el peliverde, subiendo la cara un poco. —Por un momento pensé que jamás volvería a verte sonreír luego de... ya sabes, la "caída"...

La cara del pecoso cambió completamente, su mente seguía reviviendo el momento y solo lograba atormentarlo, recordaba todos los detalles del momento exacto en el que su mejor amigo casi pierde la vida en la competencia de skate más peligrosa del año, en su cabeza seguía reproduciéndose el instante exacto en el que la cabeza de Todoroki impactó contra el duro pavimento, como sonaron sus huesos al caer de esa manera tan abrupta sobre aquel montón de rocas y tierra mojada, el olor a hierro que inundaba sus fosas nasales, los gritos histéricos del público que corría a ver qué sucedía y la respiración casi imperceptible del más alto.

—Hey, mírame... —pidió, sujetando cariñosamente aquellas hebras verdes.

El menor lo miró con algo de tristeza, misma que se desvaneció poco a poco al ver como una gran sonrisa se formaba en la cara de Todoroki.

—Estoy y estaré bien, lo peor ya pasó, tonto. —finalizó, revolviendo el cabello del pecoso.

—No quiero que vuelvas a hacer algo tan peligroso como eso, jamás... —pidió Izuku, sujetando la camisa del mayor mientras aferraba sus puños a ella.

—Tranquilo, creeme que no haré nada como eso en un buen tiempo. —bromeó Todoroki, ocultando su sonrisa mordiendo sus labios.

Izuku simplemente asintió para luego caer en cuenta de lo que su amigo estaba diciendo, lo miró con los ojos abiertos y el ceño fruncido luego de darle un manotazo en el pecho, mordiendo sus labios también para no reírse.

—Chiste malo, rueditas. —le contestó el peliverde, recibiendo sonoras carcajadas por parte del de cabellos bicolores.

—¿Por qué tú si puedes decir cosas como que soy "rueditas" y yo no puedo bromear acerca de mi situación actual? —preguntó, tapando sus labios con su mano sin dejar de reír.

—Es menos cruel, creo... —confesó Midoriya mientras seguía burlándose de su amigo.

Así pasaron la tarde los dos jóvenes skaters, riendo y hablando de cualquier cosa durante más de 5hrs en aquella habitación de hospital, sin duda alguna la visita de Izuku había alegrado el corazón de Shoto, quien estaba sumamente feliz de saber que contaba con un amigo tan atento, solidario y lindo como él.

Una vez que el horario de visitas terminó una enfermera entró al lugar, avisándole a ambos chicos que en unos 15min le colocarían al mayor una dosis de medicamentos para el dolor y sería hora de despedirse, a lo cual los chicos solo dieron las gracias y empezaron a recoger todo lo que habían ensuciado durante la visita de Izuku una vez que ella salió de allí.

Cool Kids| k.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora