Todo pasó tan rápido y a la vez tan lento, si no lo explico detalladamente posiblemente sería difícil entenderlo.
1:15 am. Llegamos a la entrada principal del antro y una gran fila de personas ansiosas por entrar nos aguardaba, por lo menos una hora de espera antes de entrar, el cadenero del lugar no lucía muy amigable, pero eso no detuvo a Genevieve.
- Ven sígueme.
Gen tomó mi mano y sin soltarla caminamos a la parte trasera del lugar.
- Lo sabía! Dijó muy asertiva.
Lo que Genevieve encontró, fué una puerta negra de metal, la cual era una salida de emergencia, todos absolutamente todos los lugares de este estilo deben tenerla o al menos ese es un requerimiento de seguridad obligatorio.
Era algo fácil de suponer; Genevieve ya se había colado a muchos lugares por las puertas traseras.
Con una facilidad impresionante, Genevieve abrió la puerta y entramos, chandelier de sia sonaba y un show de luces de distintos colores ambientaban la fiesta.
Bailamos casi una hora sin parar, tomamos algunos tragos y disfrutamos el momento, ella lucia cada vez mejor su sonrisa al fin escapaba, ella se estaba divirtiendo.
No era ningún secreto que Lana Del Rey fuera la cantante favorita de Gen, jamás olvidaré el momento en el que un remix de Gods & Monsters sonó...
-¡Amo esa canción Brookline!
- ¿De verdad? la he escuchado un par de veces, es buena.
- Es muy buena Brookline.
Genevieve se acercó a mi hasta el punto de rosar sus labios con los míos, podía sentir su respiración sobre mi, podía ver en su mirada brillante esas ganas que tenía de besarme, esas mismas ganas que yo tenía, levemente tomé su nuca deslizando mi mano sobre su suave rostro, ella lo veía venir, su respiración se aceleró y cuando se alentó... lo hice, La besé .
Ese beso inolvidable, mi cuerpo se llenó de una sensación inexplicable, la forma de besar que tenía Genevieve era realmente excitante, en ocasiones continuas mordía mi labio inferior y eso me gustaba, en verdad me gustaba.
El beso logró en nosotros algunas cosas que ni ella ni yo habíamos sentido, todo pasó tan de prisa, en un momento estábamos en el antro y al instante nos encontrábamos en el auto, dirigiéndonos a mi casa de valle.
~ Diario de Genevieve.
En el momento en el que Brookline me besó, supe que eso con lo que las adolescentes ilusas sueñan tener y juran que será especial, eso que las adictas a libros eróticos como 50 sombras de grey desean, eso, supe que pasaría esta noche.
Nunca en mi vida pensé en este momento, nunca imaginé como sería. El alcohol no influyó en mi decisión, yo estaba totalmente segura, Brookline llenaba mis escasas inseguridades.
"- Genevieve" -me miró a los ojos.
"-Brookline" -lo besé.
Eso bastó para culminar una noche que sin planearlo antes fue perfecta.
- ¿Estás segura?
Pregunto Brookline, mientras me besaba lenta y continuamente el cuello, recorriendo cada parte de el.
— S-si – susurré en respuesta, dejandome llevar por la delicia que eran sus caricias y los pequeños besos que dejaba desde mi barbilla hasta mi cuello, desviándose hacia mi clavícula y el escote de mis pechos.
Entre besos, caricias y palabras dulces terminamos desnudos, sentí una vergüenza repentina que poco a poco desapareció por completo al ver que el solo contemplaba mi cuerpo desnudo, no con burla ni con morbo, sino con adoración.
Lo sentí moverse sobre mi acomodandose entre mis piernas, abriéndolas suavemente para abrirse camino, sentí el rubor naciendo en mis mejillas al tenerlo perfectamente posicionado entre mis piernas. Con un rápido y acertado movimiento se introdujo dentro dentro de mi, me robo un ruidoso suspiro seguido por un suave gruñido de su parte, beso tras beso el dolor que sentí en un principio desapareció, dejando solo placer y deseo.
Mis caderas subían acompasandose perfectamente con sus movimientos, buscándolo.
Y así llegando al punto mas alto, mientras el se dejaba caer sobre mi, sintiendo su peso sobre mi cuerpo sin energía.
Cálido, tierno, delicado y excitante... así fué la madrugada del 11 de julio con Brookline.
