Capítulo 53 - parte 2

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Cande marcó un número con manos temblorosas. Era la tercera vez que marcaba pero cada vez que estaba a punto de sonar, colgaba. Hace tiempo Romi le había dado una de sus famosas tareas; llamar a alguna de sus amigas, y después del regalo de Nico, sintió la extraña necesidad de hacerlo. Se llevó el celular al oido y escuchó que sonó una, dos, tres veces hasta que alguien saludó del otro lado.

— Ho — se aclaró la garganta — Hola.

— ¿Quién habla?

— Perdón... creo que me he equivocado de número.

Hizo ademán de colgar.

— Espera. ¿Cande? — hubo un silencio — ¿Eres tú? Mujer, ¿estás?

— Sí — murmuró — Hola...

— Dios mío, hace años no sé nada de... espera — la escuchó hablar con otra persona. — ¿Qué ha sido de ti?

Cande se frotó la frente. Hace mucho no tenía ese tipo de conversaciones y se sentía tan fuera de lugar.

— Todo bien — mintió.

— ¿Todo bien? Te has desaparecido del mapa, literalmente. ¿Sigues en Madrid?

— Sí, sigo en Madrid. Ha sido un tiempo ... difícil. — respiró hondo. ¿Cómo mantenía esas conversaciones antes? Socializar no era su fuerte pero hubo un tiempo en el que le iba muy bien pero claro, estaba Vico. Cerró los ojos. — ¿Y tú cómo estás? Pensé que estaría bueno salir, ponernos al día.

— Me parece genial. Estaría bueno volver a verte. ¿Estás libre un unas horas?

A Cande le invadió el pánico «¿unas horas?» pensó, le sudaban las manos «¿Tan pronto?». Iba a decir que no pero algo en su interior no cooperó.

— Sí, ¿dónde?

Se pegó en la frente. «¿Por qué dije eso?»

— ¡Genial! Podemos ir a un bar o

— No. — se apresuró en decir. — A un bar no.

— Vale. ¿Qué tal un restaurante? Salimos de compras y comemos algo rico.

— Bueno.

Se mordió la lengua.

— Te llamo en un rato para decirte dónde nos vemos.

Su amiga colgó.

— ¿Qué hice?

— A un bar no — repitió Pily

— Pily — le reclamó Cande.

— Pily, mi nombre es Pily.

Cande no pudo evitar reír. Le dejó agua en su jaula.

Cande dio vueltas por su cuarto. Había llamado a Romi cuatro veces pero ella no contestaba. No sabía qué hacer. Quedó en verse con una vieja amiga para cenar. Gruñó. De todas las cosas aceptó ir a cenar. Tendría que hablar y a ella no se le daba bien hablar. ¿De qué iba a hablar? ¿De su vida de alcohólica? ¿De la muerte de Vico? Sacudió la cabeza. No sabía ni qué ponerse. Pensó en buscar a Ana pero era su día libre. Euge estaba ocupada y Peter estaba con Lali. Sólo le quedaba una persona.

— Hola — dijo entrando a la cocina del Candelazo.

— Hola, Can — saludó Nico — Me caes justo, prueba esto.

Le dio un trozo de pastel.

— Está muy rico. ¿De qué es?

— Receta nueva. Después te digo.

Caída Libre - Buscando Esperanza Where stories live. Discover now