Herida

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Ver, padecer, gritar. Alisann no podía creer lo injusto que su vida había sido con ella. El vacío que su corazón la había sumergido, como si hubiera caído a un agujero sin fondo, apuñalaba su pecho, expandiéndose por todo su cuerpo.

Hunter había caído al suelo.

Ni siquiera se había dado cuenta como sus piernas flaquearon a su dirección, entre un torpe movimiento, se acercó a la oscura armadura que parecía un deshecho. Sus manos temblorosas rosaban con miedo cada rincón de su pecho, ni siquiera se atrevía a quitar el casco, temiendo a que esos ojos marrones no se abrieran nunca más. Pero la pequeña perforación cerca de su abdomen le gritaban la cruda realidad.

Está vivo, está vivo, está vivo.
Por favor...

Sus pestañas se humedecieron al parpadear, cuando numerosas lágrimas escaparon de sus brillantes ojos, terminando por caer sobre el diseño de una calavera que aquel casco poseía. Algunos mechones de su cabello caían como una cortina, cubriendo su sufrimiento y miedo, apegó al clon hacia su cuerpo, protegiéndolo y reconfortándolo, como si la maldad y el dolor ya no existían a su alrededor.

Escuchó pasos detrás de ella, pero no le importó en absoluto, ahora toda su vida estaba sobre sus manos, caminando sobre el hilo de la muerte.

—¡Alisann!

Sus cejas se fruncieron ante el llamado, pero por la pena que carcomía su piel. Cuando volteó, las oscuras armaduras fueron la señal de que el equipo ya había llegado, pero con una tripulación de troopers pisándole los talones. Echo la había llamado.

La chica apretó sus dientes. —¡Le han disparado a Hunter!

Esas palabras fueron un balde de agua fría para los otros clones, entre disparos, se acercaron a la chica y al Sargento, ella lloraba entre la consolación de Echo, mientras que Tech buscaba señales de vida en Hunter.

—Está vivo, ¡rápido! ¡Hay que subirlo a la nave! — Tech ordenó, corriendo contra el tiempo. Aquellas palabras fueron una luz de esperanza para Alisann.

Con ayuda, cargaron el cuerpo de Hunter arriba de la nave, mientras que Wrecker los cubría de los troopers, cuando todos subieron abordo, la nave despegó hacia el espacio, para que segundos después entrara al hiperespacio, escapando de ese sistema.

. . .

No se había movido de su lugar ni por un instante, sus hombros estaban tensos, y su rostro era un reflejo de tanto dolor, las lágrimas secas cubrían gran parte de sus mejillas, dejando marcas brillantes, sus ojos estaban rojos del llanto y su cabeza estaba hecho un desastre.

Alisann estaba sentada en la litera de Wrecker quien con mucho gusto se la ofreció, sabiendo el estado de la chica, después de haberle dado una pequeña sesión de consuelo junto con Echo. Ella se los había agradecido enormemente.

Pero aún seguía con miedo, Tech pudo contener la herida de Hunter a tiempo, pero aun estaba esa angustia atascada en su garganta, del otro lado de la litera, el cuerpo de su querido Sargento estaba descansando en otra cama -que estaba justo frente a ella-, su armadura había sido removida, reemplazándola por numerosos vendajes que cubrían la parte de su abdomen y costado.

"¡Agh!"

"¡NO! ¡HUNTER!"

Alisann cerró sus ojos con fuerza y ocultó su rostro entre medio de sus rodillas al recordar esa escena, el sonido del bláster, la armadura crujiendo y los gritos de aquella niña que lloraba asustada, pero que ahora, ya no estaba.

Nuevamente, su ceño se frunció con dolor al imaginar aquel futuro, en donde el clon de bandana no hubiera sobrevivido, dejando su último deseo hacia ella, hasta que su cuerpo cayera entre la tierra y dejar escapar su último aliento. La chica agarró su cabeza con ambas manos, negando entre sus ojos cerrados, borrando ese horrible pensamiento.

—Ali...

Sus vista se levantó más rápido que una nave al escuchar esa voz, sus ojos se humedecieron nuevamente al conectarse con esa mirada marrón que tanto le encantaba. —¡Hunter! — la chica gritó ante la felicidad de verlo despierto, vivo. Se movió con rapidez y lo abrazó con desesperación, recibiendo un quejido por parte del clon. —Lo siento...— ella se disculpó, separándose.

Hunter se repuso, sentándose a duras penas, ya que el dolor aún seguía. — Tranquila, he salido de peores. — comentó como si fuera un chiste. Pero igual se notaba algo de seriedad en su voz y el dolor reflejado en su rostro.

Pero los ojos de Alisann estaban más brillantes que nunca. —Se han llevado a Omega. — comenzó a decir, mientras que por cada palabra, su voz perdía el control. —Y cuando te dispararon, y-yo... yo creí que...

Su palabras callaron cuando un suave tacto llegó a su frente, con una mano, Hunter la había acercado lo suficiente para depositarle un suave beso. —Gracias por cuidar de mi, Ali...— le susurró cuando unió ambas frentes y cerraba los ojos, disfrutando el momento. Cuando cayó al suelo herido, lo que le quedaba de conciencia le permitió sentir el gran resguardo que Alisann le ofreció, sus caricias y lamentos que hacían confirmar sus fuertes sentimientos.

Y Ali no pudo evitarlo, las lágrimas cayeron como lluvias de Kamino, sus pómulos estaban colorados, pero no por su estado emocional, era por todo ese afecto que Hunter le estaba brindando, ella pudo sentir todos sus sentimientos con solo un roce, todas esas acciones que poseían un significado tan grande y que los guardaría en el fondo de su corazón.

Ni siquiera tenía palabras para explicar, los pensamientos del clon estaban más que claros, su corazón no dejaría de bombear la sangre de sus venas, quería tener un futuro con sus aliados, con la pequeña, con ella...

Alisann cerró sus ojos también, disfrutando aquel momento tan íntimo.

Ahora, rescatar a su pequeña era la prioridad.

Hunter | One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora