Capítulo 4. Bola de cristal.

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La alarma sonaba con ese sonido característico matutino, revisé el celular, ¡eran casi las diez de la mañana! más de veinte veces había sonado el despertador y no lo había escuchado de lo dormido que estaba, ¡santo Dios! ¡no fuí a trabajar!

Había pagado solo una noche la habitación del hotel y vencía pronto así que me bañé con el tiempo que sobraba, cuando ya estaba listo bajé a la recepción y me senté en la sala de espera del lugar.

Sobre la mesa estaba el periódico del día y comencé a leerlo, con la idea de buscar apartamentos disponibles en la ciudad busqué en la sección de bienes y raíces, definitivamente no tenía ganas de volver al mío, con esas experiencias creo que cualquiera pensaría igual que yo.

Unos más caros, otros más grandes, unos muy pequeños según las descripciones de los apartamentos y casas de renta que porque unos están más céntricos y porque otros están más cerca de las plazas comerciales, pasé muchos minutos leyendo y hasta abajo de la página había un anuncio llamativo: "madame Inés; conoce el destino y el futuro".

No soy creyente de esas cosas, incluso una vez una mujer me leyó el futuro con tarot pero solo me había dicho cosas muy obvias, continué leyendo bienes y raíces pero la curiosidad me hizo volver al anuncio de madame Inés, esta vez estaba en una situación diferente y yo quería saber que pasaba en lo que yo llamaba hogar, en el anuncio indicaba la dirección y los teléfonos, entonces arranqué el fragmento de la hoja con el anuncio del periódico y salí del hotel.

Tomé el transporte público que me acercaba a la dirección. Pensé, solo espero que esto funcione porque para faltar al trabajo espero que valga la pena y me estoy quedando sin dinero.

Después de caminar algunas cuadras por fin encontré el consultorio de madame Inés. Al abrir la puerta sonó una campanita.

- tome asiento porfavor, madame Inés le atenderá en un momento.

Me dijo la secretaria, no había gente esperando. Cinco minutos después se abrió la puerta al fondo.

- ahora puede pasar.
Me dijo nuevamente la ayudante.

Entonces caminé y entré al despacho de la vidente, habían amuletos en las paredes, frascos con hierbas en una mesa al costado, velas encendidas y algo que parecía un altar al otro costado del lugar, por cierto, olía mucho a incienso, era un lugar muy místico.

- dime, en qué te puedo ayudar.

Dijo madame Inés mientras me observaba fijamente, sobre el escritorio había una bola de cristal y sus manos estaban junto al objeto brillante.

Me acerqué al escritorio, tomé asiento y empecé a contarle.

- es algo complicado, he estado sintiendo que..

- vienes por algo que te ha estado inquietado.

Interrumpió la vidente inmediatamente, y continuó diciendo.

- asuntos del trabajo, y problemas de dinero, problemas con tu hermano.

Me decía observando la bola de cristal.
Son cosas muy obvias, me está diciendo cosas que a cualquier persona le suceden, ¿hermano? Yo no tengo hermano, pensaba yo mismo.

- puedo ver tus miedos de los últimos días. Veo a tu novia.

Continuaba diciéndome la madame y yo también seguía arrepentido pensando en que ir a ese lugar había sido un error, mejor hubiera ido con el padre de la iglesia, después de todo yo no había creído en eso del futuro y mucho menos en ese momento que me decía cosas muy obvias.

- pero, veo a otra mujer, alguien que ya no pertenece a este mundo.

En ese momento mi semblante cambió de tener una sonrisa fingida a una seriedad de preocupación.

- ella busca algo, hubo sangre, muerte,  te busca a ti, te veo tocando la flor de piedra, veo que corres y el ruido en tus oídos.

Nuevamente recordé el miedo que había sentido la noche anterior. Entonces es verdad que madame Inés puede ver y no solo eso, también puede ver lo que yo sentí y lo que el fantasma de la mujer también siente, porque eso que dijo se acercaba mucho a lo que me había sucedido.

Los ojos de madame Inés reflejaban lo que podía ver más allá de lo ordinario, aveces cerraba los ojos y los volvía a abrir como sintiendo el dolor de alguien, igual que cuando uno absorbe las penas de otros, ella comprendía la situación, no sé como lo hacía viendo esa bola de cristal pero lo veía casi todo. Siguió diciendo.

- tienes que preguntarle a ella por qué te busca, tienes que saber que quiere.

Como si fuera fácil contactar con un fantasma pensé. Continuó la vidente.

- regresa a tu casa y pregúntale, no tienes otra opción, esa mujer no se irá hasta encontrar paz.

Cuando dijo paz, tal vez entendí mejor la situación, aún así todo era muy escalofriante de solo pensarlo.

Madame Inés me dio algunos consejos y me obsequió un talismán para protección contra malas energías.

Me despedí con un hasta pronto y salí del lugar, la consulta no había sido cara y por lo menos ya sabía lo que tenía que hacer, nada fácil.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2021 ⏰

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