Cuando volví a recobrar la conciencia estaba en el cuarto de Suzuki-san, lograba escuchar unos murmullos.

Al mirar en esa dirección noté a Makoto-kun hablando por teléfono, seguramente con Suzuki-san.

—No te preocupes, la cuidare, te lo prometí, ¿no? —dijo dulcemente antes de voltear hacia mi. —Ya está despierta, ¿quieres hablar con ella?

—¿Eh? Espera, Sono…

Sus palabras y expresión daban a entender que le había colgado, soltó un suspiró antes de sentarse en una silla al lado de la cama.

Me miró unos segundos sorprendido tal vez por verme despierta, antes de regalarme una sonrisa tranquila. —¿Estás bien? —me preguntó.

Asentí. —¿Y Suzuki-san? —le pregunté.

Makoto-kun soltó un largo suspiró. —Esta temerosa, te hizo pasar por algo como eso, no se siente muy bien. —me explicó con una mueca en su rostro.

—Yo… no quería llorar, no iba a llorar en realidad. —solté luego de un largo silencio. —Pero cuando vi a Mitsuhiko-kun allí. —murmuré aprentando las rodillas contra "mi" pecho. —No pude evitar soltar todo el peso que sentía.

—Eso es muy normal, te sentiste aliviada de ver que no sería la última vez que lo verías. —me explicó comprensible frotando mi espalda.

—¿Tan-Tan evidente soy? —pregunté avergonzada.

—Se dice que hay tres cosas que no se pueden ocultar, la verdad, los celos y el amor. —afirmó, prácticamente diciéndome que sí, que soy muy evidente.

—Hey… ¿cómo… ? ¿terminaste junto a Sonoko? —pregunté débil, después de mantener un largo silencio.

Makoto-kun rió levemente antes de regalarme una tierna sonrisa. —Fue… un poco complicado. —me dijo cerrando los ojos, tal vez metiéndose en el recuerdo. —Sonoko me gustó por su fuerza y debilidad. —me dijo de repente dejándome aún más confundida que nunca después de un corto silencio.

—¿Como así? 

—Ella confía mucho en las personas, tal vez demasiado. —habló entre risas, cada palabra que decía me dejaba más confundida y no respondía mis preguntas.

Le di una mirada extrañada, pero él solo me daba una tranquila sonrisa.

—Yo la conocí en un campeonato cuando estaba en primero de secundaria, ella apoyaba a su amiga, pensé que era alguien bastante alegre. Sinceramente nunca esperé volverla a ver, pero seguía pensando que si alguien me animaba de esa forma seguro ganaría todas mis batallas.

—¿Se imaginó a Suzuki-san dándole barras cuando le tocaba pelear? —le pregunté, por alguna razón llegué a esa hipótesis y por el sonrojo que tenía, más el hecho que se aclarara la garganta me dio a entender que había acertado.

—Como decía nunca esperé volverla a ver, hasta que un día la vi ayudando a un hombre que estaba perdido. —explicó calmado. —Pero al parecer él no necesitaba indicaciones. —dijo en un tono de disgusto. —El hombre intentó sobrepasarse con ella, yo no podía quedarme quieto así que fui contra él y lo golpeé.

—¿Luego huyeron y pasearon por la ciudad terminando enamorados? —pregunté cómo una niña pequeña que le contaban un cuento para dormir.

En respuesta Makoto-kun rió tiernamente antes de negar con la cabeza. —No, resulta que habían más personas, al parecer querían grabarla y chantajear a su familia, así que terminé golpeando a todos. Luego si huimos, pero no paseamos por la ciudad, simplemente la llevé a su casa y ya.

—¿Eh? ¿Cómo que y ya? —me quejé sobre ese mal cuento.

—Pues sí, la llevé a su casa y listo, unos días después sus padres me secuestraron para poder hablar con ellos, lo cual no resultó bien porque la mayoría de sus guardaespaldas terminaron en el hospital. —explicó un poco incómodo. —Al final se presentaron frente a mí como personas normales.

—Y te pidieron ser su guardaespaldas. —lo interrumpí.

—Pensé que esta vez sí ibas a acertar. —comentó entre risas. —Me dieron su mano.

—¡¿Qué?! —solté impresionada.

—Claro que no acepté, aún así me pidieron que la cuidara como guardaespaldas y cuando les dijimos que empezamos a salir al comienzo de la preparatoria me dijeron que siempre estuvo disponible su mano. —me explicó con una radiante sonrisa, yo lo imite enseguida a cualquiera le sacaría una sonrisa, una historia tan dulce como esa.

Antes de que me diera cuenta volví a deprimirme. —Makoto-kun, ¿cómo puedo declararme a Mitsuhiko-kun?

—No puedo responderte algo como eso. —me dijo apenado. —Pero si eres completamente sincera contigo misma y con él, sé que encontrarás la respuesta.

Sin darme cuenta empecé a reír al escuchar sus palabras filosóficas, mientras que él me miraba descolocado. —Nunca pensé que Makoto-kun me diera consejos. —dije calmada mientras limpiaba algunas lágrimas de la risa que cayeron por mis mejillas. —Se siente como si fueras mi hermano mayor. —no puede evitar decir.

—Me encantaría tener una hermanita como tú. —me dijo con una gran sonrisa que automáticamente le devolví.

—Y yo un hermano como tú. 

Hey, hey

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Hey, hey

Volví 👋

Se que tarde bastante, pero conprendame 😭😭 no es fácil estar pendiente a múltiples obras, seguir con mi vida normal y socializar (Para lo que yo socializo 😅)

Como sea, trataré de publicar con más frecuencia, además de que puse en marcha de nuevo esta historia, no se hasta donde llegare con esta, pero hasta ahora estoy bastante agusta con la trama escondida 😁😁

Espero que les este gustando y me sigan en esta curiosa historia

¡¿Quién eres!?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ