𝐇𝐄𝐓𝐄𝐑𝐎 ꩜ 𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍 ᰔᩚ

iii.

— DE CÓMO JUNGWON Y JAY PASARON SU SIGUIENTE DÍA.

Estaba un poco perdido, se encontraba en un lugar cálido. Tuvo que pestañear un par de veces para notar que estaba sobre el pecho de Jay. Con los ojos apenas entreabiertos, alzó el rostro, sin darse cuenta cuándo Jay se había inclinado para plantar un beso en sus labios.

—Ah, qué hace.—se quejó mientras se alejaba de los brazos ajenos, limpiando con su antebrazo la línea de saliva que se deslizaba por su boca y barbilla. —Estoy asqueroso.—murmuró, tomando asiento mientras soltaba un largo bostezo, volviendo a observar al mayor. —Oh no, y lo dejé asqueroso también.—murmuró al ver la mancha de baba que había en la camiseta del mayor.

—Querrás decir adorable.—sonrió el mayor, tirando de su brazo para hacer que se recostara de nuevo en la cama, atrapándolo con sus brazos y piernas.
—Me dejaste una mancha adorable también, gracias, la aprecio mucho.

El menor se quejó cerrando los ojos y moviendo su cabeza hacia atrás, intentando liberarse. Pero comenzó a reír con fuerza cuando el mayor pegó sus labios a su cuello y resopló, haciéndole cosquillas con los sonidos graciosos.

Jungwon intentaba liberarse del agarre y las malvadas cosquillas que ahora atacaban su estómago también, pero Jay no parecía tener intenciones de alejarse. Finalmente se detuvo cuando la puerta se abrió.

—Vaya, ¿al fin los enamorados se confesaron su amor?—la voz irritante de Sunoo los interrumpió.—Bueno, no me importa, pero sí me interesa mi desayuno.

Jay soltó a Jungwon mientras soltaba una risita, y el menor se avergonzó un poco, dándose la vuelta para tomar su celular y ver que ya iban a ser las 11 del día.

Sunoo entró, caminando directo a la cama para arrojarse entremedio de ellos, soltando un pequeño bostezo.

—Jay hyung, ¿puede pensar en su menor favorito y hacerle algo de comer?—preguntó haciendo un puchero mientras se acostaba sobre él.

El mayor le pellizcó su costado, haciendo que el menor gritara agudo, saltando lejos.

—Ah, Jungwon, tu novio es un abusivo.

—Ya voy, ya voy. —habló el mayor, tomando asiento en la cama. Eso fue suficiente para que Sunoo se retirara del lugar.

—Ven, ¿qué quieres desayunar?—preguntó apoyando una mano en la cadera de Jungwon sobre las sábanas.

—Sólo quiero tostadas con mantequilla, y jugo.—murmuró observando su celular, simplemente revisando sus redes sociales.

—A la orden, baby boss.

Jungwon se rió al escuchar el apodo, y se levantó para dirigirse al baño. En cuanto salió, se dirigió a la cocina, donde Jay ya se encontraba preparando un par de cosas. Sunoo y Jake, por otro lado, se encontraban peleando en la sala.

—Pero que adorable es mi nene.—sonrió el mayor, dándose la vuelta para atrapar en sus brazos al más bajito, y en cosa de segundos lo alzó para sentarlo al borde de la pequeña mesa de la cocina. Le besó la frente y luego continuó en lo suyo.

Jungwon comenzó a mover felizmente los pies en el aire, observando el alto cuerpo de Jay moverse con experiencia en la cocina.

Jake apareció segundos luego, con Sunoo a la siga.

—Dios, este niño no deja de molestarme, dile algo. —se quejó el mayor mientras tomaba asiento en una silla, moviéndola para apoyar su cabeza en el muslo de Jungwon, soltando un pequeño sollozo falso.

—Jay hyung, él es muy malo conmigo, no me deja ver televisión ni tomar de su botella de agua, es un egoísta.—sollozó el menor mientras abrazaba al otro chico por atrás, enseñándole la lengua al australiano.

El dueño del departamento se alzó de hombros, sin voltearse para observarlos.—No es mi problema.

Minutos más tarde, Jay comenzó a dejar todo sobre la mesa, y los tres chicos sonrieron felices. Jungwon sobre todo, quien saltaba feliz en el regazo del mayor, sintiendo la mano del chico acariciar su estómago.

—Me alegra que estén juntos o algo, pero no me hagan vomitar mi desayuno.—se quejó Jake con la boca llena, haciendo que Jay soltara a Jungwon con un puchero.

Luego de ello, Jake y Sunoo se fueron del lugar, dejando a la nueva parejita a solas. Se imaginaba que les contarían al resto de los chicos apenas cruzaran la puerta, ellos eran un par de chismosos.

Pensó que estar a solas con Jay sería un poco incómodo, pero realmente fue todo lo contrario. El mayor le dejó un rato para que fuera a darse una ducha y vestirse, y luego de ello, Jay le imitó. Ambos se quedaron en la habitación el resto de la mañana. Park lamentablemente tenía mucho que estudiar, así que le dejó un momento por sus horribles y complicadísimos textos.

Jay tomó asiento frente a su escritorio, y Jungwon de vez en cuando caminaba hacia él para tomar asiento en su regazo y observar las hojas llenas de dibujos y descripciones. Jay se limitaba a acariciar y besar su cabello de vez en cuando, apoyando su mentón sobre su hombro para poder leer los textos.

A eso de las dos de la tarde, el mayor decidió que encargarán algo para comer y el menor aceptó feliz la propuesta.

El día continuó su curso normal, ambos se quedaron viendo películas y series luego de un rato. Cuando comenzó a oscurecer, Jay le ofreció volver a quedarse, y Jungwon se negó inmediatamente.

—Claro que no, no tengo nada que ponerme, y ya debes estar harto de mí.—habló cruzándose de brazos cuando Jay intentó rodearle con los suyos.

—Vamos, yo te presto ropa.—habló haciendo un puchero, ante el cual Jungwon no pudo evitar reírse.

—Me voy a ver ridículo.—se quejó estirando sus brazos para hacerle notar la diferencia entre ambos cuerpos.

Jay pateó los pies contra el suelo, haciendo un pequeño sonido que sonaba como un berrinche.

—Tengo una idea, mañana pasamos a tu departamento para que te cambies, y luego te invito al cine.—sonrió esta vez el mayor, acercándose al rostro del menor para acariciar con su nariz la mejilla del contrario.

Jungwon soltó una pequeña risa nuevamente, el toque le había hecho cosquillas, por lo que se alejó para acariciar la zona con su mano, y Jay se inclinó para besar el dorso de ella.

—Está bien, tú ganas.

A la noche, ambos volvieron a dormir en la cama de Jay, y Jungwon aún no podía acostumbrarse a su cercanía, no podía evitar colocarse un poco nervioso, especialmente cuando Jay parecía un pulpo pegado a él.

Al día siguiente, de alguna manera, Jay logró convencerlo para que se quedara en su departamento un par de días más. Jungwon era débil, si Jay le pidiese que se quedara toda su vida junto a él, gustoso aceptaría. Por lo que tuvieron que ir a su departamento para traer un montón de su ropa y cuadernos.

Por la tarde, cuando volvieron del cine, Jungwon se recostó en la cama algo cansado, y el mayor se le unió, comenzando a dejarle varios besitos en el rostro.

Luego se quedaron viendo televisión un rato. Jungwon se sentía feliz, Jay estaba pegado junto a él, su mano de vez en cuando se deslizaba por su nuca, acariciándole los cabellos cortos, y también la colocaba en su muslo, frotándole de arriba hacia abajo como si intentara quitarle un frío inexistente. Le gustaba sentirse pequeño junto a Jay, le hacía sentir extrañamente adorable, suponía que el mayor pensaba lo mismo.

Se fueron a la cama temprano. Jay nuevamente actuó como un pulpo junto a él, llenándole el rostro de besitos también. A Jungwon le gustaba. Le peinaba el cabello, dejando al descubierto el bonito rostro de su mayor. Le gustaba la sonrisa gatuna que le mostraba. Le gustaba mucho el cuerpo tibio de Jay sobre él, la temperatura parecía traspasarse a su pecho, pues su corazón se sentía tibio.

Le gustaba mucho Jay.

Jay mi noviecito y de jungwon.