prólogo

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El monitor que contaba mis pulsos me estaba revelando lo que padecía sin tan siquiera usar palabras.

-

- ¿De verdad ninguno puede venir a mi cumpleaños? - La niña hizo un puchero y los siete chicos se miraron entre sí.

- Jieun, no es por ofender, pero ya teníamos planes. - Jungwon se levantó de su sitio. - Felicidades adelantadas, ah, y que pases un buen fin de semana, ya otro día nos veremos - Acto seguido le dió leve golpe en la espalda de forma de cariño, agarró su mochila y se fue. Los demás siguieron su paso.

- Feliz cumpleaños adelantado, Jieun. La semana que viene ya tendrás tus grandes diez años y me contarás cómo fue. De verdad que lo siento - Sunghoon, quien le guardaba un cariño especial, le dió un corto abrazo y miró con lástima a la chica junto una sonrisa que reflejaba de todo menos alegría.

- Gracias Sunghoon - Suspiró algo triste, sus mejores amigos no iban a ir a su cumpleaños número 10, y ellos sabían la ilusión que le hacía, pero aún así no hicieron caso a la invitación.

Durante el fin de semana los niños no hicieron nada más que perder el tiempo, estaba claro que lo de que ya tenían planes era tan solo una excusa.

- ¿Por qué no querían ir? Estaba emocionada de vernos ahí. - Dijo Sunghoon.

- Seamos sinceros, eres el único al que ella ha llegado a tener una conversación de más de 10 palabras. - Jake estaba siendo sincero.

- Exacto, estar con ella es extremadamente aburrido, no sé cómo te puede gustar. - Jungwon concordó.

- No me gusta. - Mintió el pelinegro.

Se miraron entre ellos y Sunoo soltó una leve risa.

- Ya, y yo odio el helado de menta.

- Les odio. - Rechistó.

Llegó el lunes, Jake y Ni-ki le habían preparado una cartulina a Jieun que ponía "Feliz Cumpleaños" con letras desordenadas y coloridas, con faltas de ortografía y mucha purpurina, Jungwon y Jay le hicieron un pastel de zanahoria, ya que era su favorito, Heeseung traía una rosa artificial y Sunghoon una carta sellada con cera, que no se la mostraría a nadie que no sea ella.

Todo eso lo habían preparado para recibirla disculpa por no haber ido a su cumpleaños. Al fin y al cabo, dentro de sus pequeños corazones había algo de arrepentimiento y querían arreglarlo, Jieun había estado con ellos desde el principio.

Pero se llevaron una sorpresa cuando la pequeña no apareció.
Nadie dijo nada, ningún profesor, ningún compañero.

Y así pasó el resto de la semana, sin oir su nombre en ninguna ocasión,
pero el viernes fue distinto.

Ese día los chicos se enteraron de el único secreto que Jieun les ocultó durante años.

Su enfermedad.

Llegaron pedaleando a la casa de su amiga, pero un cartel de "en venta" clavado en el jardín exterior, visible para todos, les obstaculizó el paso.
Preguntaron a los vecinos, y fue una anciana quien les dió la noticia.

- Ah...esa niña, era un ángel. Es una lástima que no esté más con nosotros. Sus padres de un día a otro se llevaron todo, según me enteré, Jieun tenía una enfermedad del corazón, y parece ser que sus padres se fueron con el objetivo de olvidar todo, perder a una hija no es fácil. - Suspiró.

Las lágrimas de Sunghoon no tardaron en salir.

- ¿Está segura? - Preguntó el de hoyuelos.

- Sí, totalmente. Yo siempre la veía jugar en el jardín, no paraba de reírse y correr, pero estos días la veía salir y estaba triste, solo se sentaba en una silla y leía un libro. No recuerdo cuál era, solo sé que fue un regalo de alguien especial para ella.

Ese "alguien" era un niño de 9 años apellidado Park que compartía dulces con ella todos los recreos.

Los chicos no podían procesar la pérdida de una de sus mejores amigas.
Eran muy pequeños para entender el por qué se había ido sin previo aviso.

Pero a Sunghoon le afectó de una forma distinta.

Solo le tomó un par de años de amistad para darse cuenta jamás la quiso como una simple amiga, si no que estaba profundamente enamorado de ella.

 ﹟ 𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡𝗧𝗬 𝗗𝗔𝗬𝗦 ﹫ park sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora