Una semana con el Nerd {+18}

Capitulo 10

—¿Crees me veo sexi con esto?

—¡Oh Amiga, te he dicho mil veces si! — Respondió Ashley, ya harta de mi.

—Debo estar extremadamente sexi, ¿Qué no lo entiendes? Veré a mi chico. Todo él está preparado para mi, y yo debo estarlo también.

—Lo estás amiga, créeme.

—Pues que comience la acción!—Respondió Nicole con bolsas en las manos  y unos lentes que la hacían ver espectacular, sabía qué ropa usar para hacer caer las presas, como ella les llamaba aquellos atractivos chicos que le tenían loca. Pero Nelson, ese chico era otra cosa. Como él, ella no había visto.

Nuestro plan iba de maravillas.

Mi mejor amiga, en serio era la mejor. Iba a grabarnos teniendo sexo, a Nelson y a mi, siendo devorados unos con otros, es que tenía que guardar dicha escena.

Harta de forzar mi imaginación, mis pensamientos.

Pensar.

Pensar.

Y pensar, estaba ya harta de solo pensar en todas las veces que nos habíamos acostado, que habíamos tenido sexo. Quería excitarme aún lejos de él, ver cómo nos comemos en un video, guardado en mi galería.

—Es que haría una carpeta, que no me conformo, ¿sabes?— le lancé a mi amiga con mi típico tono, estaba tan excitada como yo, quería verlo, a él y su grandioso miembro.

Nelson estaba de cumpleaños, era su fiesta, nos habíamos contactado, él ya había organizado su casa para recibir sus amigos pero mis planes eran otros, unos que ya se me había dado muy bien...

Habíamos llegado, había mucha gente allí, pero solo me interesa él.

El nerd, precisamente el típico chico estudioso que nadie le conoce novia, ni amigas, el chico poco interesante que siempre sale con una, ¡y que sorpresa la que me llevé!

—¿Viste ese chico?— preguntó Ashley, después de darme un codazo en mis costillas, tan típico en ella.

—¡Oye! ¿Puedes manejarte? Deja de pegarme así, romperás mis costillas.

—A los chicos no adviertes de que te rompan tu vagina, así que, confórmate.— respondió, provocando que mis mejillas se ardieran de vergüenza.

—Si te gusta cógetelo, te apoyo, está buenísimo el tío.

—Eres la mejor.— sonrió mientras tomamos una copa de vino, brindamos por el amor y sexo, lo más interesante en la época.

Éramos independientes; yo ya había cumplido 21 y mi mejor amiga ya iba por los 23, éramos de esas que montan hasta en sueños.

—Por sin, llegó. Es él.— dije a Ashley, mientras todos cantabamos feliz cumpleaños.

Sus ojos conectaron con los míos de una manera intensa.

Estaba guapísimo.

Sus ojos chispiaron , sabía que quería.

Después de presentarle mi mejor amiga, bailamos la suave música de fondo, él tomó mi cadera y bajó su otra mano para apretar mis nalgas, y recordé las veces que había echado las bravas a un lado y había entrado en mi a un solo toque, ¡Carajos! No me aguantaba un rato más, llevaba tiempo sin montármelo.

Estaba más alto y delgado.

Sus ojos tenían ese brillo de perversidad que, aunque omitía demostrar, su miembro lo hacía por él, sin permiso.

Toqué su pecho mientras bailábamos suavemente, un suspiro salió de su garganta y apretó un poco más mis nalgas, llevaba un vestido sencillo, listo para cualquier acto de sexo. Deslizó sus manos por mi espalda, causando que mis piernas temblaran pero lo detuve cuando tocó el zíper...

—Si lo haces, quedaré expuesta totalmente.— susurre en su oído, había gente, la sala estaba repleta.

—¿a caso, tú...?

—Si. Estoy completamente libre, solo llevo el vestido.— le callé, y lo arrastré hasta su habitación, Ruth estaba con su esposo, era mío otra noche más.

—Te odio, nerd.

—Que bonita forma de decir que quieres comerme todo.— lanzó dejándome besos en mis pechos.

Mis pesones estaban duros, con tan solo unas caricias, las básicas y típicas de el, de otros chicos con los que había estado, pero es que este era otro tema, uno aparte, con más acción y brusquedad, y era todo un puto reto para mi.

Consiguió erizar mi piel. Como siempre.

—¿Mi regaló? — preguntó, torturandome. Sabía que lo quería dentro, que estaba tan mojada...