Safety Net [Jikook/TWOSHOT]

Don't know if I should fight or fly

Jungkook jugueteaba nerviosamente con el aro de su oreja. Intentaba no ser tan obvio pero la situación le tenía con los nervios tan altos que no podía ocultar su reacción.

Mientras movía su mandíbula miraba los sillones del frente. Había quedado de juntarse con Irene, su mejor amiga pero ésta no le había dicho que traería consigo a su novio. No podía verle.

- ¡Jungkook! Hey, ¡Hola!

La voz de su amiga iba directamente hacia él y no le dejó lugar para huir. Casi como en cámara lenta se dio media vuelta forzando una sonrisa en dirección de la pareja. No quería mirar al rubio, más bien, no podía mirar al rubio.

En cambio, Jimin se paró de su asiento y se acercó con una sonrisa, notoriamente feliz de verle.

- Hola Jungkook.

- Hola Jimin...

El silencio incómodo que se formaba siempre apareció. En realidad, era Jungkook quién lo hacía aparecer.

- Espero que no te moleste ya que quise traer a Jimin. - Sonrió Irene y luego miró a sus alrededores. - Por cierto, veo a bastante gente aquí eh.

Era su fiesta de cumpleaños. Estaban todos sus amigos y conocidos allí, porque había querido celebrarlo a lo grande, pero ahora que Jimin se encontraba presente, ya no quería algo tan grande, se arrepentía enormemente.

- ¿Está tu novia aquí?

- Ya te dije que no es mi novia.

- ¿Bueno está aquí?

Sólo era una amiga suya, porque a Jungkook no le iban las mujeres, pero eso Irene no podía saberlo.

- Quizás vino, no lo sé.

En algún momento Irene fue por bebidas dejando a Jungkook planeando cómo irse de su propia fiesta y dejar solo al rubio sin que fuese tan notorio.

- Te ves bien.

- Gracias. - Respondió Jungkook a secas. Le costaba comportarse de esa forma con Jimin, pero ser natural se le dificultaba aún más. - Tú igual...

- Gracias. Por cierto, veo que has sacado las fotos que tenías antes, ¿No?

Por supuesto que sí. Su mamá había dejado por todas partes cuadros de su infancia que incluían bastante a Jimin y Jungkook jugando por todas partes del barrio cuando eran más pequeños.

Nadie haría una fiesta exhibiendo su vida infantil ni mucho menos con un personaje que quería olvidar.

- Entonces, ¿Tienes novia? Bien por ti. - Jimin se veía un poco triste, pero el pelinegro pensó que quizás solo era su mente intentando darle alguna esperanza.

- No es mi novia. Es sólo una amiga muy cercana..

- Jungkook, ¿Puedo hacerte una pregunta?

- No.

- Jungkook...

- Tengo que irme, bueno que viniste...

- Jungkook, oye.

Huyó lo más rápido que pudo sintiendo como su fiesta de cumpleaños se arruinaba. Cada vez que pensaba que le había superado volvía a verle y volvía a sentir aquella punzada en el pecho.

No quería escuchar su pregunta, ni seguir escuchandole hablar porque sabía que no aguantaría y se volvería a dar esperanzas que él mismo se había encargado de asesinar. Jimin era el novio de su amiga y sin embargo, cada vez que le veía tenía unas inmensas ganas de saltarle encima.

Incluso habían sido amigos en la infancia, y se había obligado a cortar lazos de un día para otro, sólo para no acercarse más.

- ¡Jungkook!

Reaccionó parpadeante apunto de abrir la puerta de su cuadro hasta que escuchó de nuevo la voz de Jimin. Miró al rubio que se encontraba jadeando porque había corrido. Tenía los labios rosados y los ojos bien abiertos casi con desesperación, suplicante con la mirada. Jungkook tragó duro perdiéndose en esos ojos y entonces fue él mismo quién decidió olvidarse de todo y tomó las mejillas del mayor plantando un beso en sus labios sin decir nada más.

Jimin abrió los ojos completamente sorprendido, sin saber cómo reaccionar. Jungkook se mantuvo con los ojos cerrados unos inmensos segundos sintiendo la textura de los labios ajenos pudiendo casi llorar en el acto.

Le deseaba tanto que dolía.