|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 36 장

El omega salió de la pequeña cafetería y caminó a paso lento por el solitario parque, pensando en qué podría hacer para cenar y que no fuera muy llenador para que pudieran comerse el postre con el alfa. 

Fue muy tarde cuando su omega se había engrifado y le dio la alerta de que no estaban seguros. Una gran mano cubrió su boca antes de poder voltearse, los chocolates y la pequeña caja con la torta cayeron al suelo mientras luchaba para que lo liberaran.

Notó como un par de manos lo tomaba de las manos mientras otras lo alzaban de los pies. Tres, tres hombres lo tenían fuertemente sujetos y lo arrastraban hacia donde la vegetación era más densa.

JiMin luchó, se removió con todas sus fuerzas y mordió la mano sobre su boca, no logrando gritar a tiempo cuando un gran puño ya había impactado contra su rostro.

- Maldito omega  -gruñó el tipo, volviendo a golpearlo por la rabia-. Déjenlo en el suelo.  -El que JiMin suponía era el líder, se agachó a tomarle el cuello apenas los otros lo habían dejado caer de golpe, haciendo que el aire se le escapara de los pulmones-.  De verdad que eres hermoso.

- Está precioso. Mira el trasero que se carga  -comentó otro, siendo seguido por una grabe risa-.  Lastima que no tenemos mucho tiempo.

- Por favor  -susurró con voz ahogada-.  Puedo darles dinero.

- Lo sentimos por ti, bonito, pero cumplimos nuestro trabajo y no fallamos a nuestra palabra, lamentablemente hiciste enojar a algunas personas.  -el omega se removió cuando un pulgar se paseó por sus labios abiertos en busca de aire-.  Si las ordenes hubieran sido otras, te habría enseñado a como complacer a un hombre.

- Púdrete  -gruñó mordiendo el pulgar que se había colado en su boca. Soltándolo cuando un golpe en su estomago fue dado con furia-. 

- Parece que nos salió algo rebelde  -Gruñó el hombre mirándose la mordida ensangrentada-.  Apresurémonos...

Jimin trató de hacerse un ovillo y cubrir su rostro frente a la lluvia de patadas en su cuerpo, lloró y luchó cuando le tomaron de los tobillos y otro del cuello para cubrirle la boca, teniéndolo completamente estirados para que el tercero encestara los golpes con sus pies directamente contra el abdomen del omega. 

JiMin intentó transformarse, su omega desesperado para tomar el control y luchar por ambos, pero una navaja presionada contra su cuello lo detuvo.

- Transfórmate y te corto el cuello. 

- Por favor...  -lloró, causando la risa de los tres hombres-. 

- De verdad que me das mucha tristeza  -susurró el hombre sobre su oído al tiempo que lo volvía a levantar, JiMin logró ver a uno de los hombres por un segundo antes de que este lo golpeara en el rostro que sentía mas que hinchado y adolorido-.  Apresúrense, debemos irnos.

JiMin lloró cuando manos lo recorrieron causándole asco por las partes que apretaban, además del dolor que sentía por los anteriores golpes, su teléfono y billetera fuero arrebatados al tiempo que el que lo mantenía callado lo soltaba y empujaba bruscamente contra un árbol, haciéndolo jadear en busca de aire antes de ser tomado por el cuello hasta casi asfixiarlo.

- Esto es para que aprendas a no meterte en el camino de otros  -susurró sobre el rostro rojo y lloroso en busca de aire, el mensaje que se le había dicho. Rió cuando e omega luchó y pateó en busca de que lo soltaran. Hasta que el aire se le fue casi por completo al sentir como la filosa hoja de la navaja penetraba su abdomen-.  

JiMin no prestó atención cuando los tres hombres salieron corriendo luego de lanzarle la billetera casi completamente vaciada. Tenían ordenes, no matarlo.