Ambos siguieron al hombre por el lugar, se notaba lo cuidadosamente cuidado de este mismo, parecía que la familia real estaba interesada en los diseños bonitos en los jardines, porque este lugar era muy majestuoso.

— Gyu, ven conmigo. —Kai no soltó la mano de su amigo cuando fue dirigido al jardín, estaba nervioso.— ¿Qué debería decirle?

— Saludar, luego cuando te haga la pregunta, decir: —Beomgyu le sonrió a su amigo.— Sí, quiero.

Kai asintió convencido de sus palabras. En medio del jardín estaba su alteza real el príncipe Soobin, quien parecía estar esperando a su amigo soltando palabras de ánimo para sí mismo como: “Tu puedes Soobin, no seas como Damian” o “A Loid le darías pena si te viera así, es por el bien de la misión”, era gracioso de algún modo. Beomgyu soltó la mano de su mejor amigo para que se pudiera acercar hacia donde el contrario, quien al notar su presencia se puso rojo al ver a Kai enfrente suyo, era como ver que el chico miraba a Kai como si fuera el cielo, las estrellas y el sol. Soobin le miró, percatandose de su presencia luego de unos minutos de apreciar a Kai, con unas señas para nada sutiles le indico que siguiera al sirviente que los había traído para que dejara a ambos solos.

Así que lo hizo.

No quería arruinar el momento de su mejor amigo con su príncipe soñado.

Ambos entraron a un amplio salón, suponía que es donde se recibía a las visitas que venían al palacio a ver a la familia real, era un lugar espacioso y bonito, estaba decorado con tanta historia que Beomgyu quiso mirar todo con detenimiento, era como entrar a una pequeña cápsula del tiempo.

— Puede esperarlo aquí en el salón. —el sirviente le indico a Beomgyu que se sentará en uno de los sofás que había.— ¿Desea algo?

Beomgyu negó con su cabeza, no podía hacer ningún requerimiento, no era de buena educación, puesto que ni siquiera había sido invitado por un miembro de la familia real, solo estaba acompañando a su mejor amigo que pronto se sumaría. Tenía que recordar todas las pequeñas enseñanzas de etiqueta que su abuela le hizo pasar cuando era pequeño a él y su hermano o no valdría todo su esfuerzo.

— Puedes traer pastelitos, por favor. —Beomgyu volteo su cabeza encontrándose a su alteza real el príncipe Yeonjun, haciendo que tanto él como el sirviente se inclinaran en señal de respeto.— ¿Quieres acompañarlos con té?

— Jugo estaría bien.

— Entonces pastelitos y jugo, por favor. —Yeonjun habló, el sirviente hizo una reverencia para desaparecer por la puerta.— Pensé que era tu amigo el prometido de mi hermano ¿Qué haces aquí?

— Vengo a acompañarlo, estaba asustado.

— Son tal para cual entonces.

— ¿Por qué lo dices?

— Mi hermano estaba asustado de que ese chico lo rechazara. Como si eso fuera posible. —Yeonjun se encogió de hombros sentándose enfrente del contrario.— Significa que hoy, tu eres el chaperón que los observa.

— Solo vine a acompañar a mi mejor amigo.

— Toda mi familia estaba esperando que mi hermano se comprometiera con tu amigo. —Yeonjun dijo mientras pasaba una mano por su rostro.— Sacó un 8,5 en las pruebas del fin de semana familiar.

— ¿Pruebas del fin de semana familiar?

— Ya sabes, se junta toda la familia para conocer a la pareja, sus dinámicas, su química. Si el candidato es apto para pertenecer a la familia. —El mayor observó al contrario, sus ojos parecían brillar ante la curiosidad.— Y luego dan la puntuación, y eso dice, si debes seguir con los planes de matrimonio o cancelarlos.

wrong direction ੈ♡‧₊˚ › yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora