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— Lo prometo. —Yeonjun se sentó en la cama para tomar los labios del contrario contra los suyos.— ¿Qué me dices de sexo mañanero para el cumpleañero?

— ¡Yeonjun! —Beomgyu soltó avergonzado al sentir a su esposo jugar con su cuerpo, nunca le negaría nada al chico.

Yeonjun beso el cuello de su pequeño esposo dejando nuevas marcas moradas en el mismo, amaba dejar marcas en el cuello que mostraran que Beomgyu le pertenecía, que nadie iba a tener a su esposo, solo él. Pero fueron interrumpidos por la puerta siendo tocada y luego abierta, Beomgyu se volvió a recostar casi por arte de magia, escondiéndose bajo las sábanas completamente avergonzado por estar desnuedo frente a otra persona que no fuera su esposo. Enfrente de ambos estaba el sirviente personal del rey avergonzado por pillarlos en pleno acto o situación tan comprometedora que no debía haber visto.

— El rey desea verlos a usted, a su alteza real y su alteza real el príncipe consorte Beomgyu en el desayuno que se le preparó por su cumpleaños. —comentó el sirviente haciendo una reverencia, más de avergonzado que de respeto.— En 30 minutos.

— Iremos, no se preocupe. —Beomgyu comentó bajito desde su escondite.

El sirviente asintió, para dejarlos otra vez solos en su cuarto de matrimonio.

— Mi plan era estar contigo toda la mañana acostados, explorando nuestros cuerpos. —Yeonjun comentó abrazando el cuerpo de su esposo contra el suyo.— ¿Qué te parece un rapidín en el baño?

— ¡Yeonjun! —Beomgyu exclamó avergonzado levantándose de la cama, fallando en el proceso al sentir sus piernas como gelatina.

Yeonjun sonrió, porqué sabía que había sido su culpa y sus ejercicios de la noche.

— ¿Necesitas ayuda? —El mayor preguntó recibiendo un asentimiento de su esposo que le estiró los brazos como un niño. No dudo en levantarlo del suelo y llevarlo al baño.— Nada de cosas divertidas ¿Cierto?

— ¡Claro que no! —Beomgyu golpeó la espalda del contrario, avergonzado al notar todas las marcas en su espalda que había hecho.— El rey nos espera.

— Cuando seamos reyes, dejaremos que nuestro hijo pase su cumpleaños con su pareja a solas. —Yeonjun comentó algo enfadado.— Recordaremos este momento y diremos, mañana saludamos mejor a nuestro hijo.

Veinte minutos más tarde, ambos estaban saliendo del cuarto tomados de la mano. Beomgyu sonrió observando lo bien que se veían sus manos juntas, como si ese fuera el lugar al que debían permanecer. Era así cómo debían permanecer juntas y bien sujetas.

— Veo que se tomaron su tiempo. —El rey Taehyung miró a ambos jóvenes, Beomgyu soltó la mano de Yeonjun para que este recibiera los abrazos.

Soobin y Kai también estaban ahí, aunque aún no estaban felices con la unión de aquella pareja. Sabían que algo saldría mal en algún momento. Siempre terminaba de esa forma, aunque Beomgyu quisiera negarlo.

— Y quería seguir tomando mi tiempo, padre.

— Feliz cumpleaños. —El rey Jungkook abrazó a su hijo con fuerza.— Es bueno ver que al fin sentaste cabeza. Te tomo 22 años. Nuevo récord familiar de entre futuros reyes.

— Gracias papá.

— Ven aquí, mi pequeño. —Taehyung se acercó para abrazar a su hijo de la misma forma.— Feliz cumpleaños.

— Soobin saluda a tu hermano. —Soobin rodó los ojos acercándose a su hermano mayor, cuando su padre se separó.

— Feliz cumpleaños, estúpido. —dijo el chico de forma burlona, abrazando a su hermano con cariño. Hacía bastante tiempo que no tenían un momento como este.