-Es mi cumpleaños- canturreó Mike.
-Lo sabemos, cabeza de mora.
-No tomaré en cuenta tu comentario.
-Qué quieres hacer por fin.
-No lo sé- se encogió de hombros.
-Me hiciste salir de mi cama para no saber que hacer.
-Iralbi, sabes que te adoro.
-Te voy a cortar el pene.
-No, mi pene no.
-Oh, tu pene sí-lo apuntó con unas tijeras de plástico.
-Amy, dile que deje mi pene tranquilo.
-Sabes que es traumante hablar de tu pene.
-Yo sé que todas quieren hablar de mi pene.
-Yo quiero hablar del pene de Michael.
-Dominic, tú no hablarás del pene de Michael- Calum le apretó los con los dedos quedando como el pato Lucas.
ElpatoLucas...
-Aunque pensándolo bien, yo también quiero hablar del pene de Michael.
-Hasta Obama quiere hablar de mi Pene.
-Obama está en todo.
-YA SÉ LO QUE QUIERO HACER.
30 minutosdespués...
-Michael te odio.
-Te irás al rincón del salón.
-Te comerán las cucarachas.
-Chicas dejen de enviarme su odio.
-Y falta el de los chicos ¿Verdad?-los miré.
-Yo Me veo sexi de Ash.
-Ashton, cállate.
-Me gusta mi traje de piplup.
-Te ves lindo, bebé-Domi besó a Calum.
-¿Por qué yo soy Raichu?
-No tenía más disfrases.
-Te odio, Gordon.
-No, sabes que me amas, Luke.
-Vamos al parque, muevanse.
-Este será un largo día.
-Estamos de acuerdo contigo, Soph.
Comenzamos a caminar hacia el parque. Todos se nos quedaron viendo como si estuvieras locos, ¿Por qué?, explico. Michael disfrazado de Pikachu, Ashton de Ash, Luke de Raichu, Calum de Piplup, Iralbi de Caterpie, Soph de Cougar, Domi de Foxfire, Josh de Nomplant, Natty de Psyduck, Jessy de Chode, Fabi de Mothy y yo de Mewtow.
-Mami, mami puedo ser igual que ese pikachu con el pelo morado cuándo sea grande.
-No hijo, tu irás a la escuela.
-Señora yo fui la escuela.
-Muchacho insolente.
La señora se fue diciendole a su hijo que no saldría solo hasta que fuera mayor de edad, porque en la calle hay muchos adolescentes insolentes.
-Mi corazón electrico se siente herido.
-¿Si quieres le robamos el auto cuándo este dormida?
-Gracias, bebé.
-Siempre para ti, amor.
-Aleja tus pequeños dedos de mi hombre, Michael.
