Capitulo 1

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Maldito día, maldito lunes, maldito despertador, maldito lunes, ¿Ya había dicho eso?, MIERDA ES LUNES.

—¡Leyla Graham! Si no esta lista en 20 minutos vas a ir caminando a la escuela.

—¡Voy, voy, voy! —Dios, ¿Todas las chicas de último año son así de estresantes o solo es mi hermana?

Después de bañarme, peinarme y maquillarme, bueno no, a quien engaño solamente intente lucir presentable.

Mi hermana y yo subimos al Mazda 2 sedan rojo que estaba enfrente de casa y que conocía perfectamente.

—Como están mis hermosas señoritas Graham —mencionó Cole abriendo la puerta del copiloto para Emma, la cual no respondió y solo subió al auto, Cole volteo a verme y lo único que pude hacer fue sonreírle, y subir al auto.

Dato curioso, a él le gusta Emma, aún que en realidad no lo entiendo, si, ella es linda, pero tiene un carácter muy raro no es de esas chicas que tienen una personalidad muy sarcástica y todo eso, no, ella es... odiosa, no sabe valorar a las personas y es grosera; pero no puedes esperar menos de alguien que creció en una familia como la mía y aunque es mi hermana somos muy diferentes, mientras ella creció apegada a mis papás adaptándose a su forma horrible de pensar, yo pasaba la mayor parte con nuestra abuela paterna ella era una mujer buena, pero que no supo educar a su hijo, y cuando intento corregirlo ya era muy tarde, gracias al cielo para cuando ella había muerto yo ya me había acostumbrado a pensar como ella y aunque soporto los comentarios machistas, misóginos y racistas de mis padres no comparto su forma de pensar.

—¡Llegamos! —Cole interrumpió mis pensamientos y bajamos del auto —Oye... Conseguí los boletos para el concierto al que quieres ir, ¿Vamos juntos? —sí, por supuesto, me encantaría. Eso es lo que yo hubiera dicho si él me lo preguntara, pero la vida es cruel y nunca me daba lo que quería.

—Jack los consiguió antes, iré con él, pero puedes invitar a alguna chica así no se desperdician —Emma expresó y se marchó sin decir nada más.

—¿Por qué sigues insistiendo?, solo arruinas tu reputación de chico rompecorazones —le dije después de chocar su hombro con el mío.

—Primero, no soy un rompecorazones y segundo, ¿Cómo sabes que no quiero que ella sea algo de una noche?

—Por qué es tu mejor amiga y segundo yo mataría por qué alguien me mirará como tú la miras a ella —Volteo su cara hasta que sus ojos me observaron y sentí ese cosquilleo en el estómago, y él sonrió y me pareció que tenía la sonrisa más perfecta que yo haya visto alguna vez.

—Bueno... Tú... quieres ir a un concierto —dijo mientras sacudía los boletos en su mano ¿Cómo le respondo sin sonar desesperada y exageradamente feliz?

—Si, seguro —intente disimular mi sonrisa.

—Toma —tomo mi mano y puso los boletos en mi mano —Diviértete con alguien —se fue con una sonrisa y yo solamente quería llorar, la vida es una mierda.

Llevaba enamorada de Cole desde que era una niña sin dientes (bueno no tanto), siempre creía que ya lo había superado, pero él volvía a aparecer y volvía a sentir lo mismo, ya me había acostumbrado a estar cerca de él sin poder mencionarle lo que sentía porque, al parecer Cole era más cliché de lo que se espera y estaba enamorado de su mejor amiga (Emma).

Llegué a mi casillero y guardé unas cosas, pero volteé a ver a un lado porque sentí una mirada sobre mí, era Eric, él había sido mi mejor y único amigo durante mucho tiempo, pero un día él creció y yo seguía siendo una niña y nos distanciamos, recuerdo cosas muy bonitas con el, cómo mi primer beso, si se le puede llamar beso a una breve presión de labios y aunque ya no éramos amigos era imposible no prestarle atención, no lo acosaba, pero sabía muchas cosas sobre él, una voz me saco de mis pensamientos por segunda vez en el día.

—Hola, ¿Cómo estás?

—Bien, creo, ¿Qué haces? —creo que no entendió mi pregunta porque frunció el ceño —¿Por qué estás hablando conmigo?

—Solo estoy saludando a una vieja amiga, ¿Eso está mal? —era incómodo hablar con él, era mucho más alto que yo y tenía que alzar mi cabeza para poder verlo.

—No solo... Es raro —emití una sonrisa un poco incómoda porque hablar con él no era algo que esperara.

—Bien, si te molesta me voy —estaba a punto de irse, pero tomé su mano y juntando toda la valentía del mundo le dije:

—No, no por favor no te vayas, tengo unos boletos para un concierto de tu banda favorita ¿Quisieras ir conmigo? —una sonrisa pícara cruzó por su cara.

—¿Cómo sabes cuál es mi banda favorita? —rodé los ojos como medida de defensa esto se estaba volviendo muy vergonzoso —pero supongo que si puedo ir contigo ¿Para cuándo son tus entradas? —sonreí y el me devolvió la sonrisa.

—El viernes en la noche ¿Paso por ti y nos vamos juntos? —otra vez esa sonrisa.

—Si supongo que puedes ir por mí, vivimos pegados, literalmente, somos vecinos —dijo dando la vuelta para irse y yo al fin puede respirar y continuar con mi día.

MI PRIMER Y ULTIMO ERROR   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora