Una tarde de sábado

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Era un nuevo día en la vida de los Stylinson, o legalmente dicho, los Tomlinson Styles. Una tarde de sábado donde ni Louis ni Harry trabajaban y trenían el día completamente libre para pasarlo con su pequeño hijo de tres años, Thomas.

Un día caluroso de verano en el que ya habían terminado de comer. Habían planeado quedarse en el patio de su casa en la piscina o jugando con su hijo, ya que tenían planeado para el día siguiente visitar a la madre de Louis, puesto que a Anne ya la habían visitado en la semana y a Jay llevaban tiempo sin verla.

-Cariño, ¿a qué hora plenas que salgamos de aquí para visitar a tu madre? Que sea temprano si queremos pasar toda la tarde y almorzar allí -preguntó el más alto mientras retiraba de la mesa todo lo que habían usado para comer.

-Sí. Estaba pensando en salir alrededor de las nueve -comentó mientras se posaba frente al lavabo y llenaba de detergente una esponja-. Más temprano será complicado por Tom, ¿no crees?

-Sí. A las nueve está perfecto, bebé -afirmó al mismo tiempo que besaba su mejilla, el ojiazul instantáneamente sonrió.

-Ve a cambiar a Thomas para meternos un buen rato en la piscina.

-Me gusta esa idea -sonrió, dando la vuelta para buscar a su hijo en donde quiera que estuviese de toda la casa.

-¡No olvides ponerle protector solar! -recordó refregando un plato.

-¡No lo olvidaría! -gritó a su esposo mientras sonreía a su pequeño-. Hola, amor. ¿Vamos a cambiarnos para ir a la piscina? -preguntó cariñosamente mientras lo cargaba.

-¡Sí! -festejó entusiasmado en los brazos de su padre.

Empezó a subir cuidadosamente las escaleras camino a la habitación de Thomas. En cuanto entró, dejó al niño sobre el suelo y este se fue a jugar con lo primero que encontró. Harry por mientras, rebuscó en el armario su traje de baño. Cuando encontró el que más le gustaba a su hijo, junto con una camiseta del equipo de fútbol favorito de su padre -y en el cual también jugaba- depositó todo en la cama y alzó al pequeño sentándolo en la misma.

-¿one eta papi Lou? -preguntó con el ceño fruncido y mirando para todos lados buscándolo, sin tener éxito.

-Está limpiando los trastes que dejamos luego de comer -le explicó mientras retiraba su remera-. Ahora se preparará para ir a la piscina con nosotros, ¿quieres?

-¡Sí! Papá Lou y papi Hary -sonrió removiéndose en el lugar, complicando la tarea de Harry de quitarle los pantaloncitos.

-Hijo, quédate quieto. No puedo desvestirte.

-Lo sento, papi -se disculpó haciendo el más tierno puchero que Harry podía haber visto en toda su vida.

-Está bien, cariño. Ahora, arriba -lo ayudó a pararse en la cama y aprovechó para hacerle algunas cosquillas.

-¡No, papi Hary! ¡Pol favod, no! -pedía a los gritos.

-De acuerdo, de acuerdo. No grites que papá se va a asustar -rió tomando el protector solar que se encontraba sobre la mesa de luz.

-¿Ques eso? -señaló el objeto entre las manos de Harry.

-Que preguntón que andas hoy -rió animado-. Es una crema para proteger tu linda piel del sol -explicó desparramando bastante crema en todo el pecho y brazos de Thomas.

Entre pregunta y pregunta del niño, Harry finalizó de pasarle la crema por todo el cuerpo y cara, también terminó de vestirlo y lo dejó en su cuarto, luego de darle severas advertencias de que no salga de su cuarto y mucho menos se acerque a las escaleras.

Una tarde de sábado... [Larry Stylinson AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora