Se levantó mientras limpiaba sus mejillas y sorbía su nariz levemente. Sobre el estante de color marrón posaba una maquinita de afeitar, la tomó sobre sus manos y miró indecisa los pequeños filos que se encontraban allí.

Miró su brazo, el cuál tenía las cicatrices viejas de color blanco y marrón claro. Miró nuevamente la máquina y suspiró mientras comenzaba a desarmarla, pero negó con su cabeza luego de unos segundos y la apoyó con fuerza sobre el estante.

Limpió sus manos sudorosas sobre su pantalón y salió de la habitación mientras sentía su respiración agitada.

Con cuidado de no hacer ruido se paró frente a la habitación de Sirius y meditó si tocar o no la puerta.

Rascó su cuello nerviosamente mientras sentía que otras lágrimas caían por su rostro, rápidamente las limpió y tocó la puerta suavemente.

Nadie contestó.

Alex no quería entrar, Remus estaba allí y no quería entrometerse e interrumpir su sueño. Pero se sentía muy mal, y sabía que si se quedaba sola en su habitación sería peor y podría volver a lastimarse.

Lentamente abrió la puerta para ingresar indecisa al lugar.

La habitación de Sirius era hermosa, las paredes eran blancas pero estaban repletas de fotografías con sus amigos y pósters de motocicletas y bandas muggle.

Según le había contado Sirius, antes tenía fotografías de modelos muggle, pero cuando se puso en una relación con Remus se deshizo de ellas.

Había ropa por doquier, las zapatillas en un costado de forma desordenada y algunos encendedores de forma casual alrededor. Habían varios paquetes vacíos de frituras y latas de bebida energizante.

Alex caminó lentamente hasta la cama del chico y largó el aire aliviada al ver que ambos estaban vestidos.

Sirius abrazaba a Remus por la cintura mientras mantenía su cabeza en el pecho del chico. El castaño lo abrazaba y tenía su pierna apoyada sobre las del pelinegro.

Alex se sintió un poco mal de interrumpirlos o despertarlos, y se arrepintió de haber entrado allí.

Lentamente se volteó y comenzó a caminar hacia la salida, pero la voz de Sirius la frenó.

–¿Pelirroja? –susurró.

Alex se volteó y sonrió apenada mientras abrazaba sus brazos. Sirius se sentó lentamente intentando no despertar a Remus, el castaño se volteó y continuó durmiendo mientras roncaba levemente.

–¿Sucede algo?

Sirius bostezó y refregó sus ojos mientras la miraba expectante. Recién allí se dio cuenta de los ojos irritados de su mejor amiga y del cómo su cuerpo temblaba.

–Ven aquí. –dijo palmeando a su lado.

Alex lo miró indecisa pero él asintió con su cabeza mientras se corría levemente hacia la izquierda. La chica se acercó y se sentó a su lado.

Por suerte, Sirius tenía una cama de dos plazas. De no ser así Remus ya habría terminado en el piso.

–¿Qué sucede? –preguntó mientras acariciaba su cabello pelirrojo.

–Lamento despertarte. Vine aquí por puro impulso, no quise interrumpirlos o..

–Hey, hey. –interrumpió. –No me importa, y estoy seguro de que a Remus tampoco. ¿Estás bien, peli?

Alexandra ladeó su cabeza y levantó sus hombros, indicando que no sabía cómo se encontraba. Sirius tomó su mano y comenzó a acariciarla, frunció un poco el ceño al ver las marcas de sus propias uñas en las palmas de ellas.

THANTOPHOBIA; James PotterTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon