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EL CLIENTE

HARRY

Asunto: Lauren & Asociados

Harry:

Penelope ha aceptado gentilmente nuestra oferta a cambio de representarte por un tiempo limitado. Comenzará oficialmente esta mañana, así que, POR FAVOR, intenta que esto funcione.Puesto que ya está fijada la fecha para el lanzamiento de la iniciativa mundial, no tenemos tiempo para lidiar con ninguna atención indeseada de los medios.

En aras de no repetir lo mismo otra vez, tal vez deberías invitarla a desayunar para que los dos podáis estar en sintonía y comenzar esta relación de una manera diferente a todas las demás.

Leo

«Esta relación ya ha comenzado de manera diferente a todas las demás...».

No estaba seguro de cómo iba a resultar lo de trabajar con Penelope, ya que simplemente verla en el vestíbulo esta mañana había sido más que suficiente para excitarme. Borré esa idea de mi cabeza, salí del ascensor y me fui directamente a mi despacho. Tenía demasiado trabajo esa semana para mantenerme completamente ocupado, pero, por alguna razón, la puerta no se abría. Pasé la tarjeta de acceso contra el panel varias veces, esperando que la luz se pusiera verde, pero solo hubo un parpadeo rojo de «acceso no concedido».

Irritado, me acerqué al escritorio de Linda.

—Linda, ¿sabes si anoche se resetearon los teclados?

Ella negó con la cabeza, sin mirarme.

—No se han reseteado los teclados.

—Entonces, ¿tu tarjeta funciona?

Ella asintió.

—Bueno, ¿puedes prestarme tu tarjeta de emergencia a mi despacho para poder entrar a trabajar, por favor?

—Bueno, yo... Es que... —Tartamudeó, finalmente mirando hacia arriba—. Ya no la tengo.

—¿La has perdido?

—No, me la han pedido, y su teclado es el único que ha sido reseteado. —Las palabras salieron de su boca a borbotones—. Le dije que era una mala idea y que no quería hacerlo, pero insistió. Incluso me ha amenazado.

—¿Quién?

No tuvo que responder a esa pregunta. En ese momento, Penelope salió del ascensor y fue hacia nosotros, con sus stilettos plateados repiqueteando contra el suelo de mármol a cada paso.

—Buenos días, señor Styles. —Me sonrió—. Me alegro de ver que llega a tiempo hoy. He oído que normalmente suele venir al trabajo dos horas tarde.

—El director general de una compañía no llega tarde nunca, da igual la hora a la que se presente. —La fulminé con la mirada—. Tampoco debería poderse despedir a alguien en su primer día, pero tú estás muy cerca de lograrlo. Vuelve a resetear mi teclado y déjame entrar en mi despacho. Ya.

—No. —Me estudió fijamente un instante—. He hablado con bastantes personas que trabajan para usted durante este fin de semana. Todos me han dicho que nada más llegar se encierra en su despacho y apenas sale ni habla personalmente con nadie.

—Eso no es un delito, así que resetea el puto teclado y déjame entrar ahora mismo.

—Aunque la idea es que limpiemos su imagen cara al público... —continuó hablando ella como si tal cosa—, creo que también es necesario trabajar en su imagen frente a sus empleados. Por lo tanto, esta mañana, y cada mañana durante los noventa próximos días, saludará personalmente a todos los jefes de departamento que trabajan para usted antes de comenzar. También se reunirá conmigo por la mañana para concretar los aspectos de la entrevista, durante al menos una hora, y entonces, y solo entonces, le permitiré encerrarse en su despacho.

Descarado - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora