capitulo 26

7.7K 893 497
                                    

¡Hola! Por favor, no olvides dejar tu voto y/o comentario. No cuesta nada y me ayuda a crecer como escritora en la plataforma. ¡Gracias!

 ¡Gracias!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

KELLEN

—¿Sabes algo de Dara? —mi hermana baja por segunda vez las escaleras, esperando novedades.

Desde hace rato está inquieta. Se mete a su habitación, luego sale, echa un vistazo y vuelve a hacer lo mismo. A excepción de qué, las últimas dos veces, preguntó por Dara.

No sé qué se traen estas dos entre manos. Intenté averiguar, pero dijo que podía contármelo cuando ambas estén reunidas.

—No. Todavía no me habló —respondo.

De inmediato, diviso la decepción apropiarse de su cara y sube las escaleras, para meterse a su habitación nuevamente.

—¿Tienes idea de lo que está pasando? —pregunto a Levi, que está jugando concentrado a los videojuegos.

Aunque parece absorto por la realidad virtual, sé que su curiosidad es tan grande que una parte de él se encarga de oírlo todo. A veces, tenemos que cuidar nuestras palabras frente a él, porque, aunque no parezca, sus oídos están atentos.

Sin embargo, esta vez niega y se encoge de hombros, ignorándome.

Confirmo que, lo que sea que están ocultando Bea y Dara, lo han hecho muy bien.

Mientras el chico continúa jugando, termino de contar el dinero que recaudamos durante todo el mes. Azael ha puesto la mayor parte, yo puse el resto. Trabajar con los Lawson no está mal, pero sé que puedo conseguir una mejor paga en otra parte. Solo es cuestión de seguir buscando. Además, no sé por cuánto tiempo más podré seguir tolerando el hecho de cruzarme a Dara en cada rincón de la casa y contenerme a establecer cualquier tipo de contacto. No puedo decirle nada que la haga sonreír, tampoco tocarla o besarla cuando se me antoje. En su casa nos divide un muro y solo puedo voltearlo cuando estamos a solas.

Por otro lado, los tatuajes han ido mejor de lo que pensé. El local que tenemos con Enzo se está haciendo de una buena reputación, los clientes se incrementan cada vez más y, satisfechos con el trabajo, nos recomiendan. Espero que sigamos así.

Divido los billetes en tres partes y las meto en distintos sobres, cada uno va destinado a saldar diversas deudas.

—¿Dara no te avisó nada? —Bea vuelve a bajar, sostiene el teléfono entre manos y lo contempla a cada segundo.

Chequeo el mío, por si acaso.

—No. Seguramente tiene alguna cosa con su familia —comento.

Tras más de dos meses trabajando ahí, aprendí sobre lo estricto que son los Lawson. Abraham está completamente entregado a la religión y todo lo que eso impone, su esposa lo está del mismo modo, pero también se encarga de que vigilar a sus hijas; decirles qué hacer o qué decir.

ImpurosWhere stories live. Discover now