Capítulo Extra Alternativo I

4.4K 325 109
                                    

OS DEJO UN CAPÍTULO COMO PARTE DEL "FINAL ALTERNATIVO"
(Resubido para quien no lo pudo leer)

A LEER!

Jude Drake:

Agosto 2025

—Respira hondo. Esto podemos pararlo cuando quieras —me informa la pelinegra frente a mí. Su mirada del color del té aguado transmitiéndome seguridad. —. O notes peligro ¿de acuerdo?

Sin abrir los ojos asiento. Sentada y con las palmas de las manos extendidas hacia arriba puedo sentir la cercanía de su anatomía. Su respiración silenciosa y pausada, el aroma a incienso y la escasa luz que atraviesa mis párpados.

Eşti pregătită? —Pregunta una vez más.

Escucho el bombeo de mi propio corazón y el estómago se me revuelve. Una sensación similar a caer en picado desde gran altura a un horripilante pozo sin fondo. La conexión con mi propio cuerpo es casi inexistente. Soy consciente de dónde estoy, con quién estoy y qué hago aquí. Pero al mismo tiempo me encuentro entre la oscuridad absoluta. Rodeada de nada y todo. El silencio se vuelve aplastante, cada vez más pesado, casi doloroso. Un silencio ensordecedor, donde mis tímpanos creen estallar en cualquier instante por la falta de algo más aparte de mis latidos y la respiración desigual.

La brecha oscura. Así es como ella lo llama, el tártaro frío y silencioso que escasa veces se abre a los ojos de quienes miran con un tercer ojo. La primera vez que estuve en ell, después de decenas de intentos tenía sólo veintidós años, casi veintitrés. Lo necesitaba y lo busqué en desesperación. Nunca he sido escéptica. Siempre me han dicho que hay algo más, más allá de lo que vemos, sentimos o tocamos. Busqué a quien podía ayudarme y desde entonces ha sido la única forma. Pero desde hace ya cuatro años, una vez cada seis meses vuelvo. Exceptuando mis sueños, cuando me teletransporto inconscientemente, normalmente si no controlo mis emociones. Una despersonalización, lo llamaron. Desconexión del cuerpo, y todo se vuelve negro, azul y gris.

Y caigo. Sigo cayendo, descendiendo por ese pozo sin límites, sin fondo, anchura o espesor. Rodeada de nada, siendo nada.

Al final es cierto. Somos depósitos, no. Nuestros cuerpos son depósitos que guardan lo que todos poseemos desde el nacimiento. Un alma, que sin importar el color, el brillo, el peso... Decidimos mancillar. Una persona no nace siendo cruel, mezquina, buena o mala. La mente corrompe el alma. La mente corrompe la nada manipulándola hasta convertirla en todo. Todo lo que somos, lo que representamos, cómo o cuándo actuamos. Instintos de presa y rabia de cazador.

Soy nada. Soy todo.

Y como si la calma volviese a cambiar, a retorcerse hasta querer mostrarme la razón por la que estoy aquí. Todo frena, como un coche que da marcha atrás a una velocidad vertigosa en medio de una carretera civil. Un motor sin opción a frenar.

Hacia atrás. Siempre hacía atrás.

Ya no escucho a la gitana. Ella está muy lejos de mí ahora mismo. Nuestros cuerpos están en una misma habitación, sin embargo, nuestras almas se encuentran a años luz de distancia.

Como si un campo espiritual se abriese paso hacia mí, o yo me precipitarse hacia él. El pecho me tiembla. Siempre he sido creyente. Pero no estúpida. Creo en un Dios justo. Un Dios que no da importancia a los gustos, a la sexualidad o libre albedrío. Un Dios que nos ama elijamos el camino que elijamos. Que cuida y vela nuestros pasos, guía nuestras mente y devuelve al camino correcto. Un camino que para unos es una tortura y para otros una bendición. Creo en ese Dios. No en una iglesia, no en un mortal que dicta palabras santas que a mi parecer nunca fueron dichas. Creo y respeto. Respeto a quien no cree, de la misma forma que yo puedo afirmar que ese Dios existe. Porque yo he sido testigo de su presencia. Porque a mí me ha concedido sus milagros.
 
Pero  esto va en contra de todo eso. El simple hecho de encontrarme en un trance, es volverme en contra de mi propia fe. Tengo que hacerlo, porque aquí es donde encuentro las respuestas. Aquí está, estamos y estoy.
 
El mundo, o el campo, el universo en sí. Todo se abre ante mis ojos. Y la oscuridad sigue rodeándome, pero es más ligera. Mis pies son ligeros y mi cuerpo fornido se desliza como una pluma por esa visión, hasta que toman forma. Todo toma forma.

Alerta Casian [Libro 1] YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora