CAPÍTULO 2

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DANIEL

No sé qué acaba de pasar, pero no cabe duda que el karma es un cabrón bien justo.

Juro por Dios que ese cabrón está haciendo bien su trabajo conmigo estos últimos meses. Primero llegó el día en el que Alexa me echó de nuestro departamento, tras decirme que no podía casarse conmigo porque "aún le faltaba mucho por vivir y conocer antes de casarse", dijo.

Luego, que mi padre me dijera que mi trabajo había influido, que porque seguro ella esperaba algo mejor que a un simple carpintero como yo. Que seguro esperaba un abogado, como él quería que fuera.

La siguiente acción del karma la estoy viviendo ahora. Ahora que después de años está haciendo lo correcto; vengarse de lo que le hice a Jolvián en la prepa.

Sé que me arrepentí de todo cuando nos graduamos pero ella no fue a la graduación, de hecho no volvió desde la cita de Omar y nunca me pude disculpar. Soy un completo idiota, pero quiero que sepa que cambié... O al menos que sepa cuán arrepentido estoy de haberla lastimado por las mentiras de mis amigos y el miedo a que gustara de mí que me plantaron. Yo no quería gustarle a nadie que no fuera Janneth Sáenz en aquel entonces, y ella fue la que me dijo que no podía estar conmigo porque yo le gustaba a Jolvián. Ahora pienso que fue una pendejada, sin embargo, todo lo que hice no tiene justificación.

Aunque la verdad, según yo, jamás mandé a Hanna a decirle nada y casi la gran parte de las palabras que salieron de mi boca hacia ella, Janneth me hacía decirlas.

Mierda.

Nunca medí las consecuencias porque siempre me dejé llevar por ella.

Todo esto fue, de algún modo, culpa de Janneth, pero, lamentablemente, eso no me lo va a creer nadie. Y de verdad que no espero que nadie lo haga.

Recuerdo la noche de la cita con Omar, la última vez que la vi, llevaba un vestido rojo con lunares. Omar me había dicho que nos habíamos pasado cuando se había ido llorando tras haberle hecho saber que Omar la había invitado solo para burlarnos. Yo me sentí, por primera vez, un completo idiota. Las semanas siguientes nos graduamos pero era demasiado tarde para poder disculparme. Ella no regresó y la profesora ni siquiera dijo qué había pasado y temía preguntar. Después de eso, Janneth se atrevió a decirme que no le gustaba y que era un tonto por haberme creído que sí.

Más tarde, alcanzo a escuchar a Jolvián intentando comunicarse con Vanessa, cuando pasé por la habitación paré oreja. Parece que durmió un rato, pero después la oí quejarse porque no ganaba absolutamente nada que no fuera un viaje al buzón de mensajes de voz del teléfono de la mujer.

Su habitación queda justo a lado de la mía, así que escuché todo incluso cuando estaba recostado.

A la hora de cenar, toco su puerta, la oí quedarse dormida otra vez, pero ya pasan demasiadas horas de eso, por lo que me tomo el atrevimiento de buscar que esté bien. No voy a ganarme el cielo por esto, pero es una mujer embarazada y yo ya dejé de ser un subnormal.

«No lo hagas, te va a mandar al carajo», me digo, antes de sí hacerlo.

—Oye, ¿tienes hambre? —Toco más fuerte y escucho un respingo—. ¿Quieres cenar?

—No tengo hambre, déjame en paz.

«¿Ves? Te odia, sácate».

No me hago caso de nuevo.

—¿Estás bromeando? Has dormido por más de diez horas, seguro debes estar muy hambrienta —No sé por qué insisto, en serio—. Además, no seré médico, pero según las películas, las embarazadas deben alimentarse bien. El bebé recibe nutrientes, pero si no comes nada, podrías enfermar y él estaría en peligro. Tú dirás. Te espero en la cocina.

Un techo para compartir contigo© [Todo contigo #1] PRÓXIMAMENTE EN PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora