Cap. 6

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—Bueno, creo que ya deberíamos de irnos a dormir. —comentó Zenitsu al ver la habitación ya ordenada.

—¡El rey de la montaña dirá cuando sea hora de dormir! —gruñó el azabache para luego cruzarse de brazos y meditarlo por un momento —¡Bien, ya es hora de dormir! —anunció con alegría lanzandose a su futon.

—Como ordene el rey. —dijo Zenitsu con sarcasmo al observar como el cabeza de jabalí se habia quedado profundamente dormido a penas toco la superficie suave.

—Bueno, mañana regresara todo a la normalidad. —comentó el burdeo acostandose en el futon que estaba entre los otros dos.

—Oh... Sí, mañana. —respondió en un susurro distraído mientras se acomodaba en el futon del lado izquierdo.

—Yo digo que lo intentes. —sugirió el ojirubi, el rubio se volteo a verlo sin entender nada pero el otro parecía muy concentrado mirando el techo como para notar su cara de confusión.

—¿Qué debería de intentar? —preguntó imitando la acción de el de aretes y mirando también al techo, quizás ahí estaba las respuestas a sus incógnitas.

—Arriesgarte, si no te arriesgas no ganaras. —esa respuesta no habia ayudado en nada al ojimiel, pero antes de que el rubio le gritara que se dejara de decir idioteces y fuera al punto el burdeo lo interrumpió —De verdad te basta con solo ser su amigo. —cuestionó con voz suave, sin despegar la vista del techo.

El ojimiel se tenso al entender a que venia todo eso y rápidamente miro al burdeo sin saber verdaderamente que decir. La situación se habia tornado incómoda o por lo menos el rubio la persivia de esa forma.

Los ronquidos ruidosos de Inosuke fueron lo unico que se pudo oir en la habitación hasta que el rubio se resigno a responder.

—Tengo miedo de perder —confesó y el burdeo despego la mirada del techo para fijar sus ojos carmesí en su persona —, la amistad que tenemos es muy importante para mi, no quiero arruinar eso. Ellos son una de las pocas cosas que me quedan, ellos son la única familia que me queda, sin ellos yo no podría continuar. —dijo mientras gruesas lágrimas comenzaban a caer de sus hermoso ojos miel.

Tanjirō se asusto pues no era un llanto histérico como el que era usual en el rubio, no, este era un llanto silencioso pero muy profundo, de esos que no desprenden mucho ruido pero si muchos sentimientos.

El burdeo estiro su mano y limpio sus lágrima para luego sonreirle buscando consolar un poco al mayor. 

—El miedo no debe impedirnos alcanzar nuestro anhelos. —insistió sin dejar de sonreír.

Zenitsu luego de unos minutos se calmo un poco, el sueño le estaba ganando y apenas podia mantener los párpados abiertos.
Tanjirō lo seguía observando, no se dormiría hasta conseguir una respuesta positiva de parte del ojimiel.

—Voy a pensarlo... —respondió medio adormilado solo para que el burdeo lo dejara descansar.

—Esta bien, buenas noches Pikachu. —susurró.

—¿Eso fue un cumplido o un insulto? —interrogó el rubio frunciendo el cejo pero sin abrir los ojos, ya que estaba muy cansado.

—Fue una comparación... —respondió entre risas ganándose un bufido de parte del rubio.



Takeo miraba al de aretes Hunafuda intentando no exaltarse pero... ¡La habia cagado!

—Me estas diciendo que casi apuñalas al suegro de mi hermano. —cuestionó el Kamado menor.

Su hermano se habia esmerado mucho en conseguir la aprobación de Muzan como para que semejante idiota lo arruine.

—Sí. —respondió el burdeo sin percatarse del aura asesina que se habia generado al rededor de Takeo.

—Hay que calmarnos. —pidió el rubio mirando al Kamado menor con algo de preocupación —Takeo, Nezuko-Chan necesita tu ayuda en la panadería, sera mejor que...

—Sí, sí, y de paso intentare darle alguna escusa al señor Kuwajima del comportamiento asesino de mi supuesto hermano mayor. —respondió de forma brusca mientras caminaba hasta el lugar antes mencionado.

Zenitsu suspiro pesadamente una vez que el niño salio del lugar para luego mirar al burdeo con preocupación.

—Oie, ¿estas bien? —preguntó, ya que se lo notaba algo pálido.

—Sí, yo... Lo siento, no sabia que él era... —Tanjirō no se atrevía ni siquiera a pronunciarlo, no se podia imaginar a Muzan como el padre de su amigo.

—Mira, sé que dijiste que de donde vienés Muzan es el rey de los demonios o algo parecido, pero aquí las cosas no son así. —le recordó el rubio con voz suave.

—Lo siento... —susurró ya cansado mental y físicamente de toda esta situación.

Zenitsu se acerco y lo abrazo intentando calmarlo, Tanjirō se dejo hacer posando su cabeza en el hombro del rubio e inalando profundamente aquel olor que tanto le gustaba. Quería regresar a su mundo, luchar para que todos las personas que quería estuvieran bien, pero no sabia si podría hacerlo, nisiquiera estaba seguro de poder regresar a su hermana a la normalidad.

El ojimiel podia escuchar toda la preocupación, tristeza e impotencia del burdeo, odiaba ver a su amigo así.

—Ya, no te disculpes más. —pidió el rubio acariciando los cabellos del ojirubi para intentar calmarlo —Sé que tu mundo es muy distinto y peligroso, pero estoy seguro de que darás todo de ti para proteger a tus amigos. —se separo un poco y le regalo una sonrisa al de aretes Hunafuda.

Tanjirō le devolvió la sonrisa, pues si bien no podia cambiar su mundo, se esforzaria para volverse más fuerte y así proteger a sus seres queridos.

—Gracias Zenitsu.

—Tonto, no me agradezca, solo prometeme que nunca olvidarás el motivo por el cual sigues adelante.

Tanjirō asintió decidido para acto seguido separarse del mayor y caminar a la sala de estar en donde sus hermanos se encontraban viendo televisión.

El burdeo y el rubio tomaron asiento junto a los pequeños Hanako, Shigeru y Rokuta; los cuales estaban discutiendo sobre cual programa ver.

—¡Yo quiero ver Peppa Pig! —exclamó molesto el pequeño Rokuta. 

—¡Esa porquería no! —chilló Shigeru.

—Y si mejor vemos Pokemon. —sugirió Hanako y ambos niños asintieron en acuerdo con la niña, la pelinegra tomo el control e ingreso al canal en donde transmitirán el programa.

Tanjirō miraba asombrado las imágenes en movimiento que mostraba el aparato, el burdeo parecia un niño pequeño y eso hizo reír al rubio quien al instante le tomo una foto, luego se la mostraría a su novio. 

Luego de un rato de ver el programa Zenitsu noto al Kamado mayor cabeciando debido al sueño.

—Creo que sera mejor que vayas a dormir. —mandó el rubio empujandolo un poco para que se despertara y se marcahara a su habitación —Yo me ocupare de vigilar tus hermanitos, no te preocupes. —agregó al ver que el de la cicatriz le iba a reclamar.

—¿Seguro que podras? —dijo no del todo seguro de dejarlo a cargo de los menores.

—No es la primera vez que los cuido. —informó con una sonrisa y el burdeo se resigno a obedecer.

Subió las escaleras hasta el segundo piso, atraveso el pasillo arrastrando de forma peresosa sus pies e ingreso al cuarto. En cuanto llego a su cama se dejo caer en ella sin siquiera cambiarse la ropa que habia ocupado para ayudar en la panadería, el sueño no le permitía mantener los ojos abiertos así que simplemente se dejo arrastrar por Morfeo.

Mañana seria otro día...



¡Fin del capitulo!

Espero disfrutaran de su lectura.

Intercambiando lugares. [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora