Epilogo.

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-Mansión Malfoy Spellman. 31 de octubre del 2030.- 

*Isabella Malfoy*

Hoy es mi cumpleaños numero cincuenta. Cinco décadas en este mundo que paso muchas etapas para ser el perfecto en el que hoy, vivo feliz. 

Llevamos ya treinta años de casados con Draco, treinta maravillosos años donde tuvimos muchos hijos; y cuando digo muchos, hablo de dieciséis retoños. 

Scorpius, Stella y Serpens tiene ya treinta años, cada uno con su familia, muy a pesar de Draco con su primera princesa; los tres se casaron con un Weasley. Scorpius tiene dos preciosos hijos con Rosebud Weasley, la hija mayor de Ron y Astoria; Serpens tiene trillizos junto a Dominique, hija del medio de Bill y para sorpresa de todos, Stella formo su familia con James Sirius, primogénito de Pansy y Harry; ellos tiene dos preciosos gemelos. 

Las gemelas, Altais y Adhara, cumplieron veintinueve años; son mujeres fuertes y decididas, al igual que lo fue su abuela el día que ella llegaron al mundo. Ambas tuvieron una boda preciosa, por que si, ambas se casaron el mismo día; Altais lo hizo con Eliot Zabini, el primogénito de Ginny y Blaise, en cambio Adhara lo hizo con el hijo del medio de Harry y Pansy, Albus Severus. 

-Feliz cumpleaños, mi amor.- la calidez de Draco me envolvió en el medio de la gran cama de nuestra habitación. 

-Gracias, mi amor.- un beso cálido atrapo mis labios, como cada mañana. Desde que todos nuestros hermosos hijos dejaron la casa, la paz y el no ruido reina de manera pacifica, algunas veces. 

Y esa, era una de las veces. 

-Cállate Scorp, seguro los despertaras y cagaras todo como siempre.- la voz de Stella en susurro detrás de la puerta nos hizo reír bajito. 

-Que se despierten, no me apetece verlos desnudos de nuevo.- declaro Serpens.- Sigo con traumas Dromeda.- así llamaban todos a Stella. 

-Si saben que los escuchamos, ¿cierto?- negué y me escondí en el cuello de mi esposo. Me siguió el juego y nos dormimos para no hacer sentir mal a ninguno de los tres. 

-Están con ropa idiota, deja de taparte.- regaños Stella.- Deja eso ahí.- 

Pero como siempre, Draco no puede mantenerse callado si escucha a una de sus princesas, siempre tiene que estar atento a lo que dicen y mínimo, emitir un ruido.

-No me jodan, están despiertos.- dijo Scorpius tarándose en la cama.- Díganme que debajo de la sabana, están con ropa.- 

-Cuida tu lenguaje Hypherion.- le rete y rodo los ojos, típico de un Malfoy.- Y si, estamos vestidos.- 

-Feliz cumpleaños mami.- dijeron a la ve, que se abalanzaban sobre mi quitándome un poco el aire. 

-Ya dejen a su madre respirar.- en treinta años, Draco nunca dejo de ser celoso, ni siquiera de sus hijos.- ¿Estas bien Isa?- 

Rei y le di un beso.- Perfectamente bien.- los tres hicieron muecas de asco; me alcanzaron una bandeja repleta de comida, rosas, dibujos y globos. 

-A las 12: 00 pm, en la Mansión Malfoy.- dicho eso, los tres se fueron sin que me dejaran decirles algo. 

Mire a Draco y reímos, para luego desayunar los dos en la cama. Mientras lo hacia, leía las cartas de mis nietos, de mis hijos  sobrinos, eran muchas. 

Athenea Florencia y Narcissa Ariana Malfoy Spellman fueron las siguientes en nacer; luego de un año y medio llegaron al mundo el mismo día que el cumpleaños de Liam y Draco. Ambas fueron malcriadas por sus abuelos y padre junto a las otras tres princesas Malfoy, como las llamaban Scorpius y Serpens. 

Un año mas tarde, llegaron Cygnus y Abraxas. Aun no hay explicación porque tantos embarazos múltiples, pero en fin siempre fueron recibidos por mucho amor y cariño; mis dos hijos mayores estaban felices de que al fin, tengan mas hermanos y no hermanas. 

-¿Que te parece, si sumamos mas herederos Malfoy Spellman?- el hombre a mi lado, intacto desde sus treinta años, nunca le bajo a sus hormonas adolescentes. 

-Estas loco, Draco. Tenemos ya cincuenta años, dieseis hijos, muchos nietos y una familia enorme.- no iba a ceder a los encantos del gran Draco Malfoy.

-¿Pero podemos practicar?- sus manos me acariciaron por completo, estremeciéndome como si fuera la primera vez que lo hacia. 

Siempre que teníamos sexo era como si hubiera sido la primera vez; en todos los años que llevamos juntos, nunca se fue la chispa ni el amor con el que me mira Draco. Con cada embarazo, beso y con el paso de los años confirme que estaba locamente enamorada de Draco Malfoy, sin dudas. 

-Mhm....- mire el reloj sobre su mesa de noche, daban las 10:00 am.- Si, podemos.- 

Y una vez mas, me vi envuelta en los brazos del rubio. 

*Draco Malfoy*

Vi a mi esposa envuelta en una toalla eligiendo su ropa; en treinta años, sigue igual de hermosa que siempre, como si el paso de los años no la afectase. Hace ya años nació nuestro ultimo hijo, dejándome un extraño vacío el no verla con una panza enorme con ellos dentro. 

Luego del nacimiento de Cygnus y Abraxas pasaron casi seis años para que Isabella quede embarazada de nuevo, necesitábamos un respiro. Habíamos hablado que fue suficiente, no mas bebes; pero a la semana nos enteramos que Stefano y Phoenix venían en camino. 

En el transcurso del embarazo de los gemelos, mi padre dejo este mundo; me dolió mucho su partida, era un abuelo ejemplar para mis hijos, mucho mejor que como padre. Nuestra relación mejoro con los años y eso me termino de arreglar. 

-Draco... ¿me escuchaste?- mire a mi ya cambiada esposa y negué; rodeo los ojos y se sentó a mi lado.- Te pregunte si ya le escribiste a Lucius y Lyra.- 

-Oh no, aun no, enseguida lo hago.- 

Lucius II y Lyra fueron los siguientes en nacer; si, habíamos dicho que basta de bebes pelirrojos y rubios, pero las cosas fueron un poco diferentes. Aquellos mellizos nacieron el mismo día que el cumpleaños de su madre, casualmente, a la misma hora. 

Creo que Isa tomo muy enserio eso de superar a los Weasley, y si, lo hicimos. Ella estaba feliz con cada nuevo embarazo y mas al saber que venían de a dos o tres, como lo fueron los trillizos. 

Merope II, Cielo y Luna II fueron los últimos bebes que nacieron de nuestro matrimonio. Sin dudas, fue todo una aventura criar tantos Malfoy Spellman, pero fue a aventura que siempre soñé para mi vida. 

Después de tantos años donde estuvimos separados, donde me volví la viva imagen de mi padre; oscurecido, lleno de odio y rencor, no creí formar un gran familia con el amor de mi vida. Ni siquiera tuve esperanzas de vivir. 

Pero hoy, casi treinta y cinco años después, celebro un año mas de vida de mi bella esposa, la que me robo los suspiros desde los once años. 

Podemos arder en un mismo infierno, fallar juntos pero también formar lazos únicos, como los que forme con Isabella Malfoy. Sin dudas, cuando nuestros tiempo se agote en en este mundo, vamos a arder en un mismo infierno. 

Juntos, mas allá de la muerte. 

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Ahora, si. Concluimos esta bella historia. 

Infinitas gracias a quienes estuvieron en cada momento y la siguieron desde el inicio; aprecio cada comentario, cada voto y recomendación. SON UNICAS! GRACIAS. 

La historia de Isabella y Draco llego a su fin, pero hay una historia mas que me gustaría que lean en mi perfil. Denle una oportunidad. 

🦋.

02 ‖ Our Hell [D.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora