Cap. 5

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—Dejame ver si entendí. —dijo la pelinegra de puntas anaranjadas mirando al burdeo con una ceja alzada, el cual se encontraba sentado en frente de ella —Me estas diciendo que llevas enamorado hace tiempo del Zenitsu de tu mundo y recién ahora te das cuenta. —cuestionó y de aretes afirmo con un movimiento de cabeza un poco sonrojado —Eres más lerdo que mi hermano. —comentó entre risas.

—¡Nezuko! —se quejo el de la cicatriz indignado —En mi mundo no es común que dos chicos o dos chicas estén juntos de manera romántica.

—Okey, okey ya. —sonrió al mirar la cara de perrito triste que ponía el burdeo —Pues por lo menos ya aceptaste tus sentimientos ahora tienes que hacer que el Zenitsu de tu dimensión los corresponda.

—¡¿Y cómo hago eso?! —gritó un tanto frustrado —En mi mundo a él le gustas tú. ¿Cómo puedo competir contra mi hermana?

—¡Ah! Es que soy adorable. —dijo sonriendo tiernamente —Aún que aquí en un comienzo las cosas también fueron así. —susurró para ella misma y llevó una de sus manos hasta su mentón, recordando cuando Zenitsu insistía en que salieran y ella lo rechazaba de la manera más amable posible, ya que él era el mejor amigo de su hermano.

—¿Ah? —no logro escuchar lo que la pelinegra susurro pero se veía pensativa —¿Entonces cómo fue que logre salir con Zenitsu aquí?

—No me vas a creer si te lo digo. —rió la chica y Tanjirō la miro curioso, alentando con gestos a la pelinegra para que prosiguiera —Inosuke fue quien empujo a mi hermano a los brazos de Zen, produciendo que ambos se besaron por error, porqué ya no aguantaba que anduviera suspirando por los rincones como alma en pena al ver que Agatsuma no le hacia caso.

—Eso suena como una situación bastante penosa. —opinó el burdeo imaginadoselo en su cabeza.

—En un principio lo fue. —confesó la de puntas anaranjadas llamando la atención de el de aretes Hunafuda —La tensión entre ellos duro tres días, en los primeros dos Zenitsu evitaba a mi hermano, ya que se sentia avergonzado por lo que habia pasado, y Tanjirō cansado de la rutina tan absurda que se habia creado entre los dos decidió confesar de una buena vez lo que se venia guardando desde hace tiempo. Ese día decidieron darse una oportunidad y esperar a aclarar las cosas con el paso del tiempo, pues Zen no estaba del todo seguro de que la relación entre ellos dos funcionara. Además los miedos de perder su amistad por una pelea de pareja eran grandes.

—Así que simplemente tengo que pedirle a Inosuke que me empuje para crear una situación incómoda que me lleve a confesarme. —concluyó el ojirubi.

Nezuko frunció el ceño y miro a su interlocutor como si estuviese hablando con una ardilla con el cerebro de una nuez.

—¡No! —gritó asustando al burdeo, quien dio un respingo en su silla.

—Pero eso fue lo que di... —la pelinegra lo interrumpió antes de que dijera alguna estupidez.

—Yo solo te conté como se desarrollaron los hechos aquí, no necesariamente tiene que pasar lo mismo en tu mundo. —explicó la chica dándose un facepalm.



—¡QUIERO VER ESTE LUGAR RELUCIENTE EN CUANTO VUELVA O ESTA NOCHE LOS TRES DORMIRAN A LA INTEMPERIE! —declaró la pelinegra de dos coletas mirándolos ceñuda.

Los tres chicos asintieron reiteradas veces y por fin Aoi se retiro del lugar.

Se dispusieron a hordenar el habitación en silencio para evitar otra posible discusión que pusiera a Aoi más furiosa de lo que ya estaba.

Zenitsu no pudo evitar pensar que cuando las cosas volvieran a su lugar no todo seria igual, o por lo menos no exactamente igual, y no, no estaba hablando del cuarto.

Intercambiando lugares. [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora