Era el momento en el que yo entraba a mi audición, el acto anterior fue el de un ventrílocuo y su muñeco, o mejor dicho debo decir que el muñeco era esa clase de personas que simplemente se maquillan dos rayas en la mandíbula para parecer que son un objeto sin vida, a ese punto me interrogue a mi mismo de cuan enferma esta la sociedad, mientras me dirigía hacia el micrófono enfrente de los jueces. Iba pensando en ello de que alguien definitivamente debería hacer algo al respecto con este mundo enfermo, cuando fui interrumpido por el principal de los Jueces: Simón de Santillana.
—¿Cuál es tu nombre? —Jack Amigable. Respondí con voz entrecortada, los nervios me dominaban y no podía ocultarlo, y eso me enfurecía.
—Muy bien "Jack Amigable" y ¿qué nos traes hoy? -Dijo con voz femenina otro de los jueces. Se trataba de la célebre Paula Valier.
Un lastimero, "uhhg", se me escapo.
—¿Vienes a bailar, cantar, a hacer algún truco de magia, eres un contorsionista o malabarista por suerte? Dijo otro de los jueces, quizás Howie, no lo recuerdo bien, en ese momento estando en tan tremendo interrogatorio y en frente de una multitud oscura y dispuesta a descuartizarlo a uno en varios trocitos me era difícil concentrarme.
—No tengo ninguno de esos talentos, mis habilidades artísticas son diferentes.
—¿Y por qué vienes vestido de payaso? Adelanto Paula.
—Es solo parte de la puesta en escena —dije como tratando de evadir la pregunta.
—¿Y para qué usas guantes de carnaza? —continuo ella.
—Es para proteger mis manos del roce contra el teclado, tengo dedos delicados.
—¡umm!, esto es divertido — dijo uno de los jueces, dirigiéndose a sus pares y no a mí, casi como si yo no existiera. Los otros pusieron unas caras exageradas de estar intrigados, cosa que el camarógrafo se centró en esos gestos.
—¿Y cuál es tu "arte"? — acoto irónicamente la voz femenina.
—Puedo escribir cuento y relatos, dije triunfantemente, y quise agregar que para blogs y bitácoras de la Internet, pero eso último quedo ahogado cuando Simón prácticamente indico como dando órdenes a un sirviente:
Muy bien, Jack Divertido, el escenario es tuyo.
La luz se apagó, el público quedo en silencio en una oscuridad total, solos los jueces eran perceptibles, y el foco de un reflector bien iluminado me engullo completamente en un círculo celestial.
Enceguecido, a tientas y sin saber como me dirigí al centro del escenario, en donde los utileros habían colocado según mis instrucciones un escritorio con una vieja máquina de escribir Remington de teclado QWERTY versión británica, una silla reclinable, varias cuartillas de papel y una caneca de basura al lado, eso era todo.
Me senté, puse rápidamente un papel y comencé a escribir, la primera hoja: Tap, Tap, Tap, sonaban los golpes de las palanquitas con las letras en el gastado rodillo a lo que de vez en cuando un sonoro Tin, contestaba.
Los jueces al inicio estaban sonriendo burlonamente, después de 30 segundos todos tres miraban sin expresión alguna.
Tap, tap, tap, TIN, continuaba cantando la máquina.
Despues de 2 minutos parecían ya verse aburridos.
En ese momento me detuve, me di cuenta que cometí un error, no había tiempo para borrar, o corregir, simplemente quite bruscamente la hoja, la envolví en la mano, la arrugue convirtiéndola en una pelotita y la lance a la basura.

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Sueños de Detective (Volumen I)
AdventureEn Aragca, una potencia industrial de escala mundial, aparecen muertos los tres jueces de un Reality muy popular. Para esclarecer los hechos son nombrados el Inspector Carbonell y la Detective Ada Scully, que poco a poco irán encontrando diferentes...