Capitulo 12: Una nueva duequesa para Luxemburgo

1.9K 337 113
                                    

Corrí hacia ella y la abracé tan fuerte que creo que estuve a punto de quebrar algún hueso. Llore de emoción y no podía creer que estuviese frente a mi. Lucia distinta pero era ella, era mi niña. Salvatore se quedó en una esquina observando con dolor y Aitana evitaba a toda costa cruzar mirada con él.

— ¿Cómo estás aquí? ¿Por qué no me avisaste para ir por ti?

— Arruinaría la sorpresa. Solo estaremos una noche. Mañana regresamos a Francia.— Miró a la mujer que iba con ella y serena añadió — Ella es Soriana, estamos saliendo.

Extendí mi mano y algo confundida salude a la mujer sin entender cuando fue que Aitana dejó de amar a Salvatore y ahora era lesbiana. Intentó mantenerse a raya, pero a Salvatore le ganó más los impulsos y acercándose a ella le pidió hablar a lo que en primera instancia se negó pero terminó aceptando. Se fueron a hablar alejados de todos en el laberinto de arbustos y yo no pude evitar hacer una excepción e ir a escuchar a escondidas.

— ¿Se puede saber que te hice? ¿Qué pasó? ¿Por qué de la noche a la mañana te fuiste? ¿Qué te has hecho? ¿Por qué te has cortado el cabello?

— Esta soy yo realmente Salvatore. Estaba confundida, pensé que te amaba pero no..., no te amo. No me gustan los hombres, no te deseo. Me gustan las chicas y creo que ya es tiempo que lo aceptes.

— No te creo, no es cierto.

Alcance a ver una lágrima caer del rostro de Aitana la cual secó rápidamente fingiendo frialdad.

— Es tu problema si no me crees. No tuve sexo contigo porque no me atraes ni física ni sentimentalmente. Ahora déjame en paz, haz tu vida, cásate y ten..., ten hijos. Además, eres muy viejo para mi.

Salvatore intentó tocarla pero ella rápidamente se alejó dando un respingo enojada.

— No vuelvas a intentar tocarme jamás en tu vida. No te me acerques, solo vete y olvidate de mi.

Lo dejó solo en medio de aquellos arbustos, abatido de dolor y desamor. Cayó sobre sus rodillas en el suelo, jamás pensé ver tantas lágrimas en los ojos de un hombre. Me rompió el corazón completamente. Caminé hacia él y no sabía qué decirle, qué palabras decir para consolarlo. Lo abracé fuertemente susurrando en su oído.

— Se que te duele, pero estoy segura que todo eso que dijo, no es cierto.

— Se acabó Alicia, fui un imbécil. Ella solo jugó conmigo. Yo estuve esperándola como idiota mientras ella se folla mujeres en París.

Negué con la cabeza

— A veces no todo lo que se ve es lo que parece. Estoy segura que Aitana no es lesbiana. Está actuando de manera errática, esa no es ella.

Secó sus lágrimas con furia y el amor que sentía por mi hija se había transformado en desprecio y despecho. Me negaba a creer que así terminara todo entre ellos. Busqué a Aitana pero ella evitaba el tema de Salvatore a toda costa. También evitaba hablar de ella y era reacia a que la tocara o le mostrara afecto físicamente. Salvatore no duró mucho en la fiesta y terminó yéndose dejando atrás a la chica con la que había llegado. Aitana estaba inerte a todo su alrededor pero al percatarse que Salvatore llegó acompañado de una mujer, sus ojos no pudieron fingir, le había dolido.

Alessandro, ajeno a todo lo que estaba ocurriendo con Aitana y Salvatore llamó la atención de todos subiendo a una plataforma donde con un micrófono sirviendo de ayuda comenzó a hablar dando a conocer por fin el motivo real de aquella velada.

— Quiero agradecerles a todos por haber asistido a este día que aunque no lo crean, se convertirá en uno de los más importantes de mi vida. Tengo un país que gobernar, un trono que asumir, una vida llena de altibajos por vivir y nada de eso se iguala al amor que siento por esa mujer que ven ahí de pie frente a mi.

La teoría del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora