Intercambiando lugares. [TanZen]

Cap. 2

—Gracias por el desayuno mamá. —agradeció Tanjirō mirando con profundo cariño a su progenitora.

—De nada hijo. —respondió la mujer tomando asiento en la mesa junto al resto de su familia.

—¿Hoy nos acompañaras a la escuela? —preguntó la pequeña Hanako mirando con ilusión a su hermano mayor.

—¡Por supuesto! Me encantaría acompañarlos. —respondió igual de entusiasmado.

—Pues empiecen a comer de una vez que sino llegaremos tarde. —comentó Nezuko alentandolos a desayunar.

En cuanto terminaron sus hermanitos fueron a buscar sus mochilas para partir rumbo a la escuela.

—Tanjirō. —llamó Nezuko.

—¿Sí?

—No vas a ir por tus cosas. —dijo la pelinegra mirandolo con una ceja alzada.

—¿Mis cosas? —repitió, no entendía a que se refería.

—Sabes, mejor yo iré por ellas. —anunció Nezuko, no quería llegar tarde justo hoy que tenia prueba de fútbol.

—¡Muchas gracias Nezuko-Chan! —dijo sonriendole cariñosamente a su hermana, era tan agradable conversar de nuevo con ella.

—¡Ya estamos listos! —gritaron los más pequeños con sus uniformes y materiales escolares impecables.

¡Sus hermanito eran tan tiernos!
Todos se veían tan adorables que Tanjirō sintia que se derretia por tanta dulzura.

—Aquí estan tus cosas. —avisó Nezuko extendiendole su mochila con sus útiles —Ahora caminen que no quiero llegar tarde.

—Estas entusiasmada por la practica. —aseguró Shigeru mirando a la pelinegra con una sonrisa —Sé que lograras calificar.

—¡Sí, Nezuko-Chan es la mejor jugadora de todo el equipo del colegio! ¡Seguro entraras! —agregó Hanako mirando a la de puntas anaranjadas con admiración.

—¡Awww, muchas gracias! ¡Me esforzare en la prueba final! —anunció sonrojada por las palabras de aliento de sus hermanos.

Tanjirō no tenia ni idea de lo que hablaban pero aun así le deseo suerte a la muchacha en su "selección final" o algo así es lo que entendió.

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—¿Cuánto falta? —preguntó con cansancio, habían caminado durante horas, sus pies le dolían al igual que su espalda -ya que iba cargando la caja con su hermana adentro de esta- y el sol no dejaba de darle en la frente.

—¿Estas cansado? —preguntó Zenitsu mirandolo con una ceja elevada.

—¡Sí! Estoy muriendo de calor y los pies me estan matando. —confesó con voz átona.

—¡Este Tontirō es muy débil! —gruñó Inosuke mirando al burdeo con molestia —Tsk, dame la caja, yo la llevare, soy más fuerte y mejor que tú.

—Gracias Inosuke. —dijo el de la cicatriz muy agradecido con el cabeza de jabalí.

—Sabes, normalmente yo soy el que me quejo por estas cosas. —el rubio solto una pequeña risita al recordar cuantas veces el burdeo tuvo que llevarlo a rastras porque él no quería seguir caminando.

—Tu risa es muy linda. —comentó el de aretes haciendo que el otro dejara de sonreír.

—¡CALLATE! ¡NO PUEDES DECIRME ESO! ¡ES MUY VERGONZOSO! ¡YO NO SOY UNA CHICA PARA QUE ME DIGAS ESA CLASE DE COSAS! —gritó abochornado, esto era raro.