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capítulo treinta y cuatro . . . ❞
AMELIA GRANGER⠀⠀
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Había escuchado los estruendos provenir de la habitación pero se negó a girar el pomo, asustada de lo que podría encontrar del otro lado de la puerta. Pero cuando el silencio se hizo presente, se sintió aún más aterrada, su mente gritándole internamente que girara el pomo.Aun así no lo hizo.
No lo hizo porque aquel cuarto era en el que Draco ahora pasaba la mayor parte del tiempo. Asumió que era su nueva escondite, alejado de todos.
Alejado de ella...
Lo odiaba. No había una explicación coherente para el mar de sentimientos que toda la situación le hacía sentir, y la única palabra que venía a su mente era el odio.
Odiaba que le mintiera. Odiaba que le ocultara cosas. Odiaba que se separara de ella así como odiaba que la hubiera traído con él aquí. Pero todo aquello no era nada en comparación a lo que sentía hacia ella.
Porque sí, odiaba quererlo tanto. Odiaba necesitar besarlo y odiaba querer olvidar todo para entrelazar sus manos con las de él.
Ella odiaba todo en aquel momento.
Otro ruido la sacó de sus pensamientos.
Y como no tuvo el valor suficiente para entrar, decidió quedarse de pie tras la madera, esperando oír algún sonido que le devolviera la paz y la hiciera entender que nada malo pasaba ahí dentro.
Debieron ser minutos, quizá horas, ella no estaba segura, pero justo en el momento en que había decidido que volvería a su cuarto, el picaporte se giró.
Sus pies mágicamente se inmovilizaron y su cuerpo no recibía órdenes. Estaba de pie mirando como la puerta se abría lentamente para dejar ver el cabello rubio y los pequeños rizos brillantes en él. Si no fuera porque lo extrañaba demasiado, el revoloteo en su estómago no habría sido tan exagerado.
Su mente le gritó que corriera, que avanzara por el pasillo simulando un simple paso hacia su habitación en la mansión al otro lado del pasillo. Pero no logró hacerlo.
Sus ojos se encontraron y pudo ver el rojo que los inyectaba. El color oscuro que habían adquirido sus párpados y el tono que había perdido su piel. Él estaba destrozado, pero aun así, para ella era perfecto.
Y supuso que cuando una persona está realmente enamorada de otra, siempre hallaría la más mínima pizca de arte en ella.
Perfecta la curvatura de sus hombros, la marca de sus clavículas y largo de su cuello. Perfecto su cabello que entonaba su perfecto color de piel. Perfecta la forma en que sus labios se marcaban en un rosa pálido, jugando con el tono de sus grises ojos que ahora, la miraban detenidamente.
Suspiró y desterró sus pensamientos— ¿Estás bien? —preguntó—. Escuché algo de ruido dentro...
Draco se tensó al instante— ¿Qué escuchaste?
—Solo ruidos —volvió a decir ella, notando nuevamente la desconfianza—. No oí nada que no quisieras Malfoy, no te preocupes.
Apretando sus brazos sobre su pecho, se giró para seguir pasillo abajo. Sabía que había sido un error estar allí y que si estaba alejada de Draco, había razones para hacerlo.

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SUBMISSIVE, 𝙙𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 ✓
Fanfiction(EDITANDO) 𝐒 | Luego de escapar de la Batalla de Hogwarts sin aires de gloria, un grupo de estudiantes decide esconderse en la oscuridad del bosque para tratar de sobrevivir. Tras un año encerrada y aún sintiendo la culpa pesar en sus hombros, Amel...