Mi Mejor Amigo (AD #1) [COMPLETA]

46.- Despedida

Jane

Gimo al sentir sus labios sobre los míos mientras que lágrimas caen por mis ojos, humedeciendo mis mejillas. Dios, lo he extrañado demasiado.

Travis aprieta mi cintura con sus manos y me atrae más a su cuerpo, besándome con esa misma desesperación que yo lo hago, un gemido torturado saliendo de su garganta y eso es lo que me hace besarlo más húmedo. Paso mis brazos por sus hombros y atraigo su rostro más cerca al mío, su lengua se siente demasiado bien y las emociones que me rodean son demasiadas.

Amor, deseo, miedo, tristeza…

Todo eso y más es lo que estoy sintiendo ahora mientras lo beso. ¿Qué voy a hacer cuando se vaya? No quiero ni pensarlo, y estamos a solo horas de que el amor de mi vida se vaya para siempre y no sé si alguna vez lo volveré a ver.

—Travis —gimo, cuando sus labios dejan los míos y van por mis mejillas húmedas hasta llegar a mi cuello. Pero no es un gemido solo de deseo, suena roto, con miles de emociones en él.

Abro mis ojos y miro al cielo, se ha despejado y hay muchas estrellas, recordándome la noche cuando todo esto cambió, cuando me di cuenta que lo deseaba, que lo amaba.

Me sostengo de sus hombros y sin quererlo, empiezo a sollozar, sosteniendome en él, como siempre lo hacía. Travis se da cuenta de mi cambio y separa su cabeza de mi cuello para mirarme con sus ojos verdes tan hermosos, solo lo suficiente para sentir su respiración en mi rostro, mi aliento mezclándose con el suyo. Sus manos van a mi rostro, limpiando mis mejillas y separando el cabello que se ha pegado a las mismas gracias a la humedad. Mis manos se sostienen en su chaqueta y lo miro a los ojos, quienes también están llenos de lágrimas.

—Eres hermosa —murmura y mi rostro se contrae en dolor al escuchar su voz rota—. ¿Como voy a poder sin ti? —es como si se preguntara a si mismo.

Muerdo mi labio inferior mientras cierro mis ojos, dejando ir algunas lágrimas antes de abrirlos.

—Debemos poder vivir sin él otro, pero no querer hacerlo —susurro.

Travis solo me mira fijamente y asiente, comprendiendo completamente. Siempre siendo tan comprensivo conmigo, siempre dando todo y no obteniendo casi nada de mí. A pesar de que le he dado todo, siento que no es suficiente, que el se merece algo mejor que yo.

—Te amo tanto, Jane —solloza y eso me destroza el corazón, dos lágrimas gruesas cayendo por su rostro—. Y odio que está se nuestra despedida. No debíamos terminar. Nunca. Eres el amor de mi vida.

Sollozo esta vez y el toma mi rostro para besarme. El beso ya no tan desesperado como el anterior, pero con la misma urgencia de sentirnos más y más cerca el uno del otro. Sin lengua, él tomando el control, dándome todo lo que tiene. Siempre me ha dado todo. Siempre ha sido todo.

—Te amo —murmuro en sus labios y jadea—. Te amo tanto, Travis Stone.

Mis palabras lo hacen romperse. Toma de mis caderas y me levanta en el aire, haciendo que enrede mis piernas alrededor de su cintura. No separo mis labios de los suyos ni por un solo milímetro, queriendo esto, queriendo sentirlo, sin importarme que estemos en público. O bueno, eso es lo que pienso hasta que una bocina suena fuerte y alguien nos grita algo que no puedo comprender. Río suavemente en sus labios antes de romper nuestro beso y unir mi frente con la suya. Una mano acariciando su cabello, la otra limpiando la humedad de sus mejillas. Cierra los ojos y suspira suavemente.

—Eres hermoso —murmuro porque no tengo otra palabra para describirlo más que esa.

Porque lo es. Es hermoso y no solo por fuera.