Comienzo.

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Voy tarde, como siempre, pero ésta vez no debería de llegar tarde, tengo clase de matemáticas y estoy a una falta de reprobar. Saco mi celular y le marco a Mariana.

-Oye, ¿ya llegó el Profe? -Pregunto un tanto agitado.

-No, ¿dónde estás?

-Estoy a 5 minutos de la escuela.

-Apúrale que Gaby lo vio y dice que fue a firmar su llegada en la dirección.

-Sí, ya en 5 minutos estoy ahí, si llega antes que yo dile a Mario que lo distraiga.

-Ok, yo le digo.

Cuelgo y guardo mi celular en mi bolsillo derecho del pantalón, me pongo a correr lo más rápido que puedo para llegar a tiempo, al llegar a la escuela saco mi credencial y paso al interior de la escuela, sigo corriendo hacia el salón y justo en el momento en el que llego el Profe llega y cierra la puerta.

-Por un segundo y lo dejo afuera como siempre, Darío -me dice al verme todo sudoroso. A estas alturas del período ya me conoce, ya que soy el único que pasa sus exámenes y también el único en alcanzar 14 faltas en el primer período. -Vaya y tome asiento.

Obedezco y me siento al final del salón, como ya es costumbre, saludo a Mario, Pedro y Azael.

- ¿Dónde está Francisco? -Pregunto al darme cuenta que él falta.

- ¿Dónde crees que va a estar? -Me dice Pedro sarcásticamente.

- ¿En el salón de su chica? -Mario asiente en lugar de Pedro- Ese wey apenas pasó sus materias y se sigue saltando las clases.

-Ya lo conoces, sólo quiere estar con su chica. -Dice Azael mientras toma nota de lo que dice el Profe.

-Pero sabemos por qué quiere estar con ella. -Habla por primera vez Mario.

- ¿Porque casi se la coge en la escuela? -Pregunta Pedro.

-Pues sí, wey, el otro día casi cogen atrás del escritorio...

-Ustedes nunca aprenden -nos dice el Profe desde el pizarrón-. Váyanse cada uno a una esquina o sálganse de mi clase.

Preferimos hacerle caso al Profe y nos vamos a una esquina cada uno, yo me voy al lado opuesto de donde estaba y trato de ponerle atención a la clase, pero el tema que está dando ya me lo sé, de hecho es la segunda clase seguida que da el mismo tema, y es que la mayoría todavía no lo entiende. Saco un cuaderno y me pongo hacer garabatos para matar el tiempo.

- ¿Se puede? -Dice una voz femenina desde la puerta.

-Pásele, pero tendrá retardo. -Le avisa el Profe.

Yo me había sentado al lado opuesto de donde estaba ya que Helena, la chava que acababa de entrar, siempre se sentaba por aquí y era mi oportunidad de hablar con ella.

- ¿Otra vez los separaron? -Me pregunta Helena al mismo tiempo que se sentaba a lado mío.

-Sí, como siempre.

-Tienes suerte de pasar los exámenes, si no ya te hubiera dado de baja en su clase desde cuándo.

Mi historia con Helena es muy rara; ella es un año mayor que yo ya que estaba re-cursando materias, la conocí cuando me agregó a Facebook y comenzamos a hablar, pero sólo por ahí, nunca en persona. Llegamos a hablarnos demasiado a tal grado que me llegó a gustar pero había un problema: tenía novio. Así que mis amigos me dijeron que mejor la dejara ahí y no me metiera en broncas, pero es algo que no puedo evitar.

-Por una parte estuvo bien que te cambiaran. -Dijo tomando nota del pizarrón.

- ¿Por?

-Porque así te puedo hablar, cuando estás con tus amiguitos no lo puedo hacer. -Me respondió sin apartar la vista del pizarrón.

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