Chapter Thirty One

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capítulo treinta y uno . . . ❞
DRACO MALFOY

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Le Théâtre

Ella se alejó, caminando con tanta rapidez y enojo que ni siquiera él sentía el valor de atraparla en sus brazos.

Ignoró a la chica parada frente a ellos y corrió, dejando que la suela de sus zapatos resonara por todo el pasillo, indicándole a Amelia que alguien la perseguía.

Aquello no fue bueno ya que también comenzó a correr.

Su vestido flameando por el viento, su cabello deslizándose por sobre sus hombros mientras los pequeños mechones bailaban a su alrededor. Hasta en la más pura desesperación él siempre iba a encontrar algo en ella. Algo que lo hacía necesitarla aún más.

Verla escapar de él hizo que quisiera desgarrar su pecho.

Bajó las escaleras velozmente, llegando hasta el jardín donde las gotas de agua habían inundado las rosas y los pequeños arbustos que rodeaban grandes fuentes de agua.

Hacía frío. Draco podía ver la nube de su respiración descender desde sus labios.

Se quitó su chaqueta en un movimiento, colocándola sobre su cabeza mientras avanzaba hasta Amelia, que ahora se había quedado quieta en medio de la lluvia. Su cuerpo temblaba y su rostro miraba el cielo como si buscara respuestas en él.

No podría haberse sentido más roto.

Dando pasos sigilosos, se acercó a ella. Sus brazos se extendieron mientras colocaba la chaqueta sobre su cabello mojado, del cual ya caían gotas desde las puntas por sobre su vestido. Para su suerte no se alejó. Ella solo se quedó ahí, inmóvil, inexistente.

Draco no pudo hablar, y en cambio tomó su mano. Estaba fría y húmeda, la sangre congelándose en su interior. Hizo todo acopio de energía que pudo en aquel momento y susurró para Aparecer en la mansión.

Fue un movimiento rápido, ambos estaban demasiado cansados para poner tapujo sobre la magia.

Apenas llegaron Woppy apareció junto a ellos, hablando con desdén y encorvando su cuerpo como siempre lo hacía. Con miedo.

Draco tomó su varita, lanzando un encantamiento de secado y limpieza a Amelia, quien parecía aturdida y confundida mientras Woppy tiraba de su vestido, haciéndola avanzar con lentitud hacia las escaleras.

No tuvo el valor de acompañarla. No cuando ella parecía odiarlo con toda su alma. No cuando ella se alejaba sin siquiera mirar atrás.

En cambio se reclinó en el sofá. Sus codos apoyados sobre sus rodillas mientras tiraba de su cabello mojado, pensando cuál sería su siguiente movimiento.

Ella no podía enterarse.

No ahora.

Si Draco quería mantenerla a salvo, la única manera era que ella no tuviera idea de nada, por mucho que aquello le doliera y se sintiera vil por culpa de los secretos.

Ella confiaba en él. Él había visto ese mar en sus ojos que le indicaba que le había dado más de lo que creía posible. Que ella estaba completamente entregada a sus brazos.

Y él le estaba mintiendo.

Pero era lo que debía hacer.

El tic tac del reloj no paraba de golpear su mente. Cada minuto, cada segundo, era uno más cerca del final. Necesitaba actuar. Necesitaba terminar lo antes posible con todo esto si quería salvar a la mayor parte de sus amigos.

SUBMISSIVE, 𝙙𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora