Capítulo 25 - Seguridad

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◆SHAY◆

12 DE ABRIL DEL 2011

Reese y Allie están sentadas en el césped, bajo la sombra de un árbol de buen tamaño. Me dejo caer junto a ellas y les entrego las bebidas que me encargaron en el mensaje de texto que la pelirroja me envió minutos antes, justo cuando salía de mi clase para ir a casa.

—¿Picnic en el campus? —pregunto, rompiendo el papel que envuelve el sorbete para poder introducirlo en mi té helado de limón y darle un trago.

Después de la lluvia de ayer, hoy Charleston ha vuelto a despertar con un soleado día de primavera.

—El hombre de la futura mamá está en la biblioteca haciendo un trabajo y ella no quería estar allí —me informa Allie—. Así que me encontró, me arrastró hasta aquí y luego te envió un mensaje.

—La futura mamá es una pesadilla —digo, ambas reímos y Reese nos lanza una mirada envenenada. Levanta la barbilla, irritada, y sorbe de su té helado, dándoselas de muy digna.

—Ustedes, perras, dejen de parlotear sobre mí. Han tenido la fortuna de ser nombradas mis amigas, así que asuman lo que eso conlleva. Sobre todo cuando estoy malditamente embarazada, mi papá sigue sin hablarme desde que se enteró de que será abuelo y a Matt Estúpido Adams le da por llamarme fenómeno y huir de mí como si fuera portadora de un virus mortal.

—No te tomes muy en serio a Matt —le aconsejo—. Al parecer él tiene como una especie de fobia a las embarazadas, no es sobre ti.

—Bueno Shay, desde que estoy embarazada sí, es sobre mí —replica Reese de mala gana.

—¿Fobia a las embarazadas? —Allie frunce el ceño, confundida—. ¿Quién puede tener eso? Ni siquiera sabía que algo así existía.

—Nunca escuché sobre casos así, pero creo que realmente Matt la tiene —comenta Reese, luciendo más relajada mientras se toca el vientre—. Dijo que no debo acercármele, creo que es algo sobre mi vientre creciendo y resguardando a un bebé lo que le pone incómodo. Pf, idiota.

—Raro.

Allie ríe.

—Así que, ya que estamos aquí las tres, dejemos de hablar de Matt —Reese despacha el asunto sacudiendo la mano, lo que evidencia que hoy es uno de esos días en los que se siente de particular buen humor—. Howe, te ha llegado el momento del interrogatorio oficial de la jefa O'Hare.

—¿Interrogatorio?

Ruedo los ojos.

—Tú solo síguele la corriente —le aconsejo.

Reese se aclara la garganta y envara la postura, poniéndose las manos sobre sus piernas, que están cruzadas una sobre la otra. Ladea el rostro y entorna los ojos hacia Allie, quien parece algo incómoda por el escrutinio descarado de la pelirroja.

—Muy bien, comenzamos: primer beso. Quiero edad, entorno y nombre del chico... o chica, qué se yo —se encoge de hombros—. Sé honesta Howe.

La aludida se ríe, volteando a verme con una expresión que dice «¿Está hablando en serio?».

—Va a molestarte hasta conseguir cada respuesta. Te recomiendo evitarte la fatiga de que sea un grano en tu trasero por un largo, muy largo, periodo.

—Oh, ella sabe lo que dice. Me tomó mi tiempo, pero finalmente averigüé la respuesta de la única pregunta que no me quiso contestar cuando nos conocimos. ¿Verdad, Conejita?

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