𝐍𝐀𝐑𝐍𝐈𝐀 𝐈𝐒 𝐎𝐔𝐑𝐒 𝐍𝐎𝐖

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Quiso llorar de angustia y rabia, si tan solo ella le hubiera contado a alguien que había tenido ese oscuro presentimiento merodeando por su mente durante gran parte de la noche quizá Aslan ahora estaría vivo, aunque la centauro quiso convencerla de que el gran León sabía lo que estaba haciendo.

Con ayuda de Ygriette se colocó el vestido narniano sobre el camisón que normalmente llevaba puesto y salió de su tienda, encontrando al campamento alborotado. Los preparativos habían comenzado, prontamente se enfrentarían al ejercito de la bruja blanca en busca de la libertad de Narnia y la venganza por la muerte de Aslan.

Corrió hacia la tienda de los Pevensie mientras ajustaba el cinturón de sus espadas a su cadera con torpeza. Peter salió de la tienda consternado, seguido de un muy preocupado Edmund. -Me llegaron las noticias, ¿Dónde están Susan y Lucy?

Peter negó y caminó hacia la tienda principal, donde Aslan dormía. Edmund se aproximó hacia ella con cautela. -Está preocupado, discúlpalo -exclamó señalando a su hermano-. El ente nos dijo que están junto al cuerpo de Aslan, es preferible que estén allí, lejos de la pelea.

Selene asintió, aunque creía que Susan podría dar una buena batalla con su arco y flecha, realmente había entrenado con gran esfuerzo y disciplina. Ambos siguieron el camino del mayor de los Pevensie, encontrándose con Orius, quien miraba expectante la carpa esperando que las noticias fueran falsas.

La benjamina de los Knight echó un vistazo rápido al campamento. El ambiente se sentía pesado, como si Narnia supiera que su creador ya no estaba entre ellos. Los árboles estaban quietos, tristes, como si hubiesen olvidado como bailar con esa gracia a la que acostumbraban.

Peter salió de la carpa con un expresión de dolor que lo delataba. Las noticias eran ciertas, Aslan estaba muerto y Narnia estaba en sus manos ahora, lo que era una gran presión. Sintió una mano deslizarse por la suya y apretarla con poca fuerza, sorprendida descubrió a Edmund dándole un apretón de consuelo.

Entonces la rubia se quebró. Una lágrima bajó por su mejilla y luego otra y otra. Sin poder contenerse abrazó a Edmund con fuerza, se sentía tan culpable que siquiera podía detener su llanto para hablar con claridad. El azabache acarició su espalda con tranquilidad, esperando que su llanto pasara rápido.

Selene se separó de él y limpió sus lágrimas, sin embargo, estas no se detenían. -Lo siento tanto -susurró dolida-, yo sentí que algo malo estaba sucediendo pero no me animé a decirlo, esto es mi culpa. -Exclamó llevándose las manos al rostro.

Peter se aproximó hacia ella e hizo lo que Theodore hubiera hecho, la abrazó. -Nada de esto es tu culpa, Lene -murmuró sobre su cabello-, estoy seguro de que Aslan sabía lo que hacia.

Selene sintió que Peter intentaba convencerse más a sí mismo que a ella, por lo que hizo un gran esfuerzo por tranquilizarse. Una guerra estaba a la vuelta de la esquina y ella no podía darse el lujo de romperse en ese momento, cuando Narnia más la necesitaba.

-Tendrás que liderarnos. -Informó de repente Edmund hacia su hermano. -Peter hay un ejercito entero esperando tus órdenes.

El rostro de Peter perdió color. -No puedo.

-Aslan creía en ti -Selene tomó su mano y la acarició con dulzura-, y nosotros también.

Edmund asintió de acuerdo. Peter levantó la barbilla asumiendo ese manto que le había caído sobre los hombros de repente. Orius se movió impaciente. -El ejercito de la Bruja se aproxima, ¿Cuál es su siguiente movimiento?

 -El ejercito de la Bruja se aproxima, ¿Cuál es su siguiente movimiento?

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𝐇𝐎𝐌𝐄𝐂𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆────𝘌. 𝘗𝘦𝘷𝘦𝘯𝘴𝘪𝘦Onde histórias criam vida. Descubra agora