Casi Imposible 2ª temporada Wigetta/Rubelangel

Capitulo 18

Capítulos finales I / 5
Capítulo 18

Narra Guillermo:

-Tu, tío que no entiendo.- Le dije a Mangel.
-Que no eh muh dificih, ¡Tío, macho, jodeh de verdah!- Me dijo Mangel.
Seguíamos en casa de Rubius, y quise volver. Volver a mi carrera, a cuando grababa. Aun no entendía muy bien cómo era la cosa, y Mangel tampoco era de gran ayuda…
-¡TIO, ME CAGO EN TODO MANGEL EXPLICAMELO BIEN!- Le grite entre cabreado y muerto de risa, porque llevábamos una hora intentando hacerme entender como era todo.
-Que tieneh una serie con Vegetta, llamada apocalisih minecrah. Hay dioh mioh que Vegetta y Rubiuh vah a venih en cualquier momento y no entiendeh nah, la hemoh liaoh.- Y fue en ese momento cuando Mangel comenzó a hacer como que hiperventilaba haciéndome reír. Era divertido como Mangel se enojaba o se preocupaba. No era que me lo hacía apropósito, porque literalmente no entendía nada.
-Haber Mangel, explícame algo tío.- Le dije riendo.
-Que tieneh una serieh con Vegetta, y te toca grabah a ti, y tieneh tu saludo ese… “Eh muy buenah a todoh, aquí willyreh comentando”.- Me dijo. Me reí de cómo lo decía, el acento andaluz de Mangel sin duda alguna era lo mejor.
-Vale, vale, ya lo voy pillando.- Le respondí.
-Y tieneh que jugah minecrah, y grabah, y hablah, y litoh.- Me dijo.
-¿Y nada más?- Le pregunte, era más fácil de lo que pensaba.
-No, nah mah. Ven que te enseño como jugah.- Me llevo a donde estaba el ordenador y puso un juego un tanto extraño llamado minecraft, solo que con el acento de Mangel, sonaba algo así como maincrah.

A los 30 minutos ya lo tenía más o menos controlado hasta que…

-¡¿TIO, QUE HA PASADO!?- Le pregunte alterado a Mangel, quien empezó a descojonarse de manera descomunal en el piso.
-¡QUE HA BUGGEAOH EL JUEGO!- Dijo entre risas. La cámara del muñeco del juego se movía descontroladamente, y era porque  estaba atrapado entre 2 bloques.
Comenzamos a descojonarnos, hasta que la puerta se abrió y dejo ver a Samuel y a Rubius estuepfactos al vernos en el piso riendo sin parar.

-Tío, ¿Qué ha pasado?- Dijo Vegetta mientras dejaba unas bolsas en la mesa de centro y nos ayudaba a levantarnos a Mangel y a mí.
-Que Willy eh un pringao.- Dijo Mangel riendo. Rubius volvió a la habitación con un portátil, que al parecer era el de Vegetta, y luego volvió a por otro que era mío.
Nos la pasamos grabando unos 4 episodios de apocalipsis minecraft, como “compensación” por no estar durante casi 4 semanas. Al principio no entendía nada, pero poco a poco fui controlando los controles, a saber cómo craftear cosas, ect.
Cuando terminamos de grabar los 4 capítulos, Rubius llego hablando con Mangel de un juego que parecía enfadarle mucho a Mangel, ya que se puso a insultar al videojuego, y decir que el primero estaba mejor.
-Tio que lah hitoriah no tiene sentioh…- Dijo Mangel.
-Haber Mangel, te pasas todo el puto dia diciendo: “Hay Lucius, que es el mejor, que lo quiero, que el juego, que el personaje, que la historia” Cabron.- Dijo Rubius.
-Pero que anteh, tenía sentioh. O-o sea, Luciu, matabah a toh también, PERO teniah porque.- Le explicaba Mangel a Rubius. Pero fue entonces cuando el timbre sonó, y Rubius fue a abrir.
Mangel fue a la cocina, mientras aquel hombre entraba a la casa y hablaba con nosotros, era el cerrajero diciéndonos que necesitaba el permiso de los residentes de la casa (o sea Samuel y yo) Para poder hacer otra llave. Claramente Samuel y yo aceptamos pero de pronto…
-¡¡RUBIUH, YA SE COMO PASAH LUCIUH!!- Grito Mangel desde la cocina, nos descojonamos de la risa, mientras el cerrajero hacia un esfuerzo en vano por no reír.
Mangel salió de la cocina con un portátil que mostraba alguna página de soluciones, pero entonces vio al cerrajero, se sonrojó, y volvió sobre sus pasos.
Luego de ese vergonzoso momento, el cerrajero se fue, y Rubius se fue a burlar a Mangel. Samuel y yo nos quedamos a solas, ambos en un silencio cómodo.
-Willy…- Dijo alargando la “y” y con voz aguda, oh no… oh no, oh no, oh no…
-¿Si Vegetta?- Le pregunte algo incómodo, esto no parecía bueno…
-¿Qué te parece…- Dijo acercándose a mi invadiendo lo que venía siendo… El espacio personal…- Vamos a un hotel…?- ¡¿Qué?! ¿¡Escuche bien?! Sentí como mis mejillas al instante se volvían rojas a más no poder.
-¿¡Pero qué dices?!- Le dije mientras daba un paso hacia atrás. Vegetta comenzó a descojonarse por mi acción, ¿Qué esperaba el pringao?! Claramente iba a reaccionar así.
-Tu, tío, debiste ver tu cara.- Dijo riendo aún más fuerte.