Capítulo 21

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MARATÓN 1/5.

No sé qué hacer, siento que voy a colapsar, no entiendo ¿Qué hace en mi cama? ¿Acaso cree que porque le haya creído lo que me dijo, éso le dá el libre derecho de estar en mi cama y dormir conmigo? Porque si es así está muy equivocado.

Me quedo mirándolo y se ve muy relajado, como si no tuviera pesadillas y su sueño fuera muy relajante, suerte la que tiene, yo siempre tengo pesadillas, aunque debo admitir que ésta vez no fue así.

Es raro si nos ponemos a pensar, porque todas las noches tengo pesadillas con ése pasado horrible, pero ahora no las tuve, es como si él fuera la razón por la cual las pesadillas no me atormentaron.

Lo miro y realmente es lindo, no lo niego, todavía me pregunto ¿Qué me habrá visto cuando fui chiquita? O ¿Qué me ve ahora? No piensen que soy de las que tienen el autoestima baja y todo éso, porque no es tan así, admito que soy bonita pero no soy taan bonita como una super modelo y éso.

Él fácilmente puede conseguirse otra chica, una chica que sea actriz o modelo de Ralph Lauren o Victoria Secrets, pero él parece empecinado en tenerme a mi.

A mi, que soy la más complicada y rara de todas las mujeres en la tierra.

Veo como mueve su brazo, me está buscando, al no sentir mi cuerpo abre los ojos de golpe, pero los vuelve a cerrar por la claridad que hay, pasados algunos segundos los vuelve a abrir pero de a poco, mira hacia los costados y no me ve, entonces se sienta en la cama mientras se refriega los ojos, cuando aparta las manos de su cara me ve, se queda mirándome y yo no entiendo porqué lo hace, hasta que su vista baja hasta mis piernas, ahí decidí yo también mirar y veo mis piernas al descubierto, tengo puesta una remera de hombre y por el perfume que desprende sé que es de él.

Ahora la pregunta del millón de dólares ¿Qué mierda hago yo con su remera? ¿Acaso él me cambió de ropa y me puso nada más y nada menos que su remera? Stop it, ¿¡WTF!?.

Su voz me trae a la realidad.

- Te cambié de ropa porque dijiste que te era incómodo el vestido y como no quise hurgar en tus cosas te puse mi remera y te dormiste -se ve que mi cara expresaba toda la confusión que tenía por estar así vestida y por éso se tomó la molestia de explicarme-. Pero antes de que digas algo respecto a éso, quiero que sepas que si, te cambié de ropa, pero no te vi, no quise que te sintieras incómoda ni nada -es un punto a su favor.

- Emmm... ¿Gracias? -sonó más como pregunta que como agradecimiento. Mierda ésto no es nada cómodo, estoy casi desnuda, en frente de un Adonis que está para chuparse los dedos y no sé cómo actuar.

¡Reacciona Helena! ¡No seas tonta y actúa como una persona normal!.

Aunque no soy normal pero bueno.

- De nada princesa -¡Dios y todas las deidades que haya en el mundo! Ésa voz ronca me debilita, que alguien me ayude, las patitas de pollo me fallan, ¡AAAAA!.

Tiene una sonrisa tan linda, les juro que si pudieran verla estarían como yo. Es ésa típica sonrisa moja bragas y creo que surtió el mismo efecto que con todas.

¡Help me!.

Vuelvo en si al recordar algo.

- ¿Qué haces en mi cama y por qué dormiste conmigo? -en su cara veo la confusión, tal parece que no sabe porqué le pregunté tal cosa.

- Vos me lo pediste anoche antes de decirme que te era incómodo dormir con ése vestido, me pediste que me quede a dormir con vos y que te cambiara de ropa y éso hice -¿Que yo pedí qué? ¿Alguien puede repetirlo? ¿Cómo puede ser posible que yo haya dicho tal cosa? Creo que voy a morirme de la vergüenza en éste mismo instante.

Enamorada de mi psicólogo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora