Capítulo 8

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Como la persona que lo ordenó fue Windert, parecía extrañamente posible. Supongo que lo dijo porque lo había hecho él mismo, ¿verdad?

Delane, que se estaba mordiendo los labios, levantó la cabeza con una expresión decidida.

—¡Me aseguraré de trabajar duro para que no te rompas las piernas!

—Woow...—me quedé sin palabras y suspiré. —pero incuso shi no camino, mis pernas no se romperán...—me lamenté en silencio, pero ninguno de los dos me escuchó bien.

Sí, Delane parece ser un niño travieso por donde lo mires. Y creo que no estaría mal si se vuelve bueno con la espada, pensé mientras escuchaba un sonido.

Durante el corto trayecto hasta el comedor, Delane estaba golpeando todo tipo de cerámicas que decoraba la pared.

Windert me sentó en la silla de la mesa del comedor.

—Vaya... parecen unos buenos hermanos. —dijo Lucy, la criada, que contemplaba la escena con una sonrisa.

<Oh, ¿hermanos? Hubiera sido bueno si ese fuera el caso.>

Hubiera sido realmente bueno. Una familia que me protegería, un querido padre y hermanos. Al tener una vida acomodada como la hija de un aristócrata, habría vivido cómodamente sin ser amenazada mientras recibía nada más que belleza.

<Tener que nacer como una mujer de la realeza y prepararme para la crisis de vida.>

Esta vida ya ha sido una serie de penurias desde el momento en que la gente se preocupa por su vida.

—Si Windertu fura mi hemano...—abrí la boca después de pensar un poco. Entonces, los ojos de Windert se posaron en mí. —¡Hubera sido bemo que feras mi familia de verard... pero eta bem conoshernos así! —susurré y sonreí con tristeza.

Entonces la expresión de Lucy se volvió más suave, quizás sintiendo simpatía.

—¿Qué hay de mí? —Delane me miró con una expresión de descontento.

Sus mejillas regordetas de un niño de siete años eran muy lindas porque eran tan suaves como una masa de pan blanco.

—¡Te daré un permiso especial para que me llames hermano Dell! No eres mi hermana, pero eres especial. —Delane me miró con ojos brillantes. —¡Especialmente porque te ves muy ansiosa!

Delane enfatizó que era especial, ya que yo no debería de haberlo llamado así en un principio. Entonces, tan pronto como finalizó la charla, hubo un ligero crujido en el plato.

Al mirar a su alrededor, todos se giraron y sacudieron los hombros.

<Lindo, lindo.>

Son niños que habían nacido con una maldición que asustaba a los demás, donde la gente se aterrorizaba con la menor mención de ellos.

Sin embargo, parecía que todos pensaban que era lindo reflexivamente por su joven apariencia.

—¡Me gusta!

Mientras hablábamos animadamente, las criadas entraron al comedor con bandejas.

Me quedé mirando los platos que se servían en la mesa.

<¿Qué es esa tapa? ¿Qué hay ahí abajo? Date prisa y ábrela.>

Sacudí mis pies escondidos bajo la mesa.

Me sentía impaciente. No podía soportarlo porque olía demasiado delicioso.

< ¡No, Windert y Delane están a tu lado! Tienes que ser respetuosa.>

Nadie me quiere a excepción de los villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora