chapter seventy-three

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-¿Todavía quiere entrar de visita?

Al ver que James no respondía por unos instantes, el sanador se preguntó si era demasiado para el hombre, sin embargo, James asintió rápidamente con la cabeza para responder a la pregunta antes de acomodar a Harry en sus brazos. Le dijo a Harry que iban a ir a visitar a mamá, en lo que Harry se animó hasta que James dijo que tenían que estar un poco más tranquilos ya que Renata necesitaba descansar. Harry respondió inmediatamente susurrando, mostrando a James que estaba listo para entrar.

Cuando entraron en la habitación, Harry se retorció para que lo dejaran en el suelo y James lo permitió mientras lo seguía de cerca. El resto de los sanadores se retiraron, permitiendo a la familia tener algo de privacidad mientras James llegaba a la cabecera de Renata una vez más. Cuando se sentó, los ojos de Renata estaban cerrados y se preguntó si se habría vuelto a dormir. Sin embargo, cuando Harry se subió a la cama, colocó su mano sobre la de Renata y susurró.

-¿Mami?

Sus párpados se agitaron al oír la voz de Harry y, muy lentamente, se abrieron llevando la mirada a la habitación hasta que divisó a Harry y a James. Al instante, una cálida sonrisa se dibujó en sus labios y un pequeño pero feliz grito se le escapó antes de hablar.

-Están aquí- dijo, sonando algo sorprendida, pero también aliviada al mismo tiempo -es genial. Estoy muy contenta. Cuando me desperté, había un hombre de pie junto a mi cama, creo que lo asusté más que él a mí.

Su voz era increíblemente ligera cuando hablaba, casi vaporosa y ligera, como si pudiera ser llevada por la más ligera brisa de viento. Por no hablar de que no mantenía los ojos abiertos mucho tiempo, pero les estaba hablando, respondiendo, y eso era lo único que le importaba a James en ese momento. Alargó una mano y la pasó por encima de su cabeza, apartando el pelo de su cara.

-¿Cómo te sientes, Ren?- le preguntó.

-Ligera- respondió Renata -me siento como una nube ahora mismo, a la deriva en el cielo. ¿Cómo te sientes tú, James? ¿También te sientes nublado?

El hecho de que ella le llamara "James" fue suficiente para que él quisiera celebrar aún más, sobre todo porque había temido que por alguna razón ella volviera a llamarle "señor Potter". No sabía qué esperar cuando ella despertara del coma, los sanadores no tenían una respuesta clara, afirmando que muchas cosas eran posibles y eso no le tranquilizaba en absoluto. Pero tenerla despierta, capaz de reconocerlo y dirigirse a él por su nombre de pila, era más que suficiente para James.

-Bueno, no creo que me sienta muy nublado, pero estoy mucho mejor ahora que estás despierta- dijo -te he echado mucho de menos, Ren, y Harry también.



Los ojos de Renata volvieron a abrirse y esta vez miró a Harry, que había estado sentado tan pacientemente y en silencio a un lado de la cama. Era casi como si estuviera esperando que ella lo reconociera. Giró la cabeza y sus dedos se movieron por debajo de la mano sobre la que descansaba la de Harry antes de subir un dedo para darle un ligero golpe en la rodilla. Él reaccionó con su propia sonrisa mientras le agarraba el dedo con ambas manos para sujetarlo, pensando que ella iba a empezar a jugar con él. Pero por mucho que lo deseara, Renata se encontraba con poca energía y le estaba costando mucho sólo permanecer despierta e interactuar.

-¿Cuánto tiempo he estado así?- se atrevió a preguntar, sin estar segura de querer realmente la respuesta -Sé que estoy en San Mungo, pero ¿cuánto tiempo ha pasado?

James dudaba en contestar, pero al mismo tiempo, sabía que Renata tenía derecho a saber, no iba a revelar todo con ella de inmediato como le aconsejaron los sanadores, pero si ella tenía una pregunta, él quería responderla por ella.

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