—Contrátalo de regreso—pido viéndolo—no hizo nada para ser despedido injustamente.

Él bufea.

—Vaya y contrátelo usted señorita Dolan—se inclina hacia adelante abriendo de regreso el computador.

Me molesta, que clase de loco es para solo echarlo a la calle porque mencioné su nombre de buenas a primeras cuando llegó a mi cabeza.

—Pedro apenas...

—Pedro nada Vanessa—intenta levantarse inclinándose sobre la mesa.

—¿Todo bien?—escucho que preguntan a mi espalda reconociendo en un instante esa voz.

—Todo bien—acepta Pitt sentándose de regreso.

—Hola—le doy una mirada al rubio junto a mi que me regala una sonrisa.

—Te ves molesta, ¿seguro que todo bien?—le da un vistazo al idiota frente a nosotros.

—Todo bien—secundo soltando una sonrisa forzada—y gracias por las flores, me encantaron al igual que la nota—me aseguro de que mi voz se escuche bien en el lugar antes de empinarme un poco para darle un beso sobre la mejilla—te veré luego—espeto y salgo del lugar.

Tomo asiento y enciendo el computador, las notas que he dejado sobre el escritorio me avisan lo que ya sabía, <<será un día largo y cansado>> agregando el sentimiento de culpabilidad por Pedro quien no ha hecho nada malo para ser tratado así, pero si Pitt cree que con eso me dará algún tipo de escarmiento se equivoca, él no decide por mi, no elige quien me gusta y quien no.

—Entonces, ¿te han gustado?—inquiere Bean saliendo de la oficina.

Asiento con una sonrisa al ver a Pitt detenido en la puerta.

—¿Recuerdas que te había contado que mi compañera y yo habíamos encontrando un nuevo lugar? me gustaría saber si te gustaría acompañarnos.

Me regala una sonrisa sorprendido.

—Claro, ¿pero estás segura, no crees que sería algo extraño?

—Si, no veo porque sería raro, además aún te debo una salida.

El rubio rasca la punta de su nariz mirando a su primo por encima del hombro.

—Está bien, me encantará acompañarlas—espeta y se retira, las palabras de Anna esta mañana llegan a mi, es cierto que cuando conocí a Bean me deslumbró pero toda esa ilusión solo tardo minutos en morir.

—¿Qué ha sido eso?—inquiere Pitt parándose junto a mi.

—¿Qué fue qué?—levanto las notas de colores revisándolas—¿Necesita algo de mi? un jugo, que busque algún documento por usted, tal vez un café, debo salir temprano y agradecería no tener interrupciones para poder terminar con lo que ya tengo —digo robándole oportunidad alguna de hablar.

Suspira.

—Necesitaré que hagas horas extras.

—No las necesito y tampoco me interesan.

—Las harás.—proclama todo él.

—Ya dije que no.—me cierro en mis palabras, la cabeza me duele, siento remordimiento y lo último que deseo es tener una disputa tan temprano con el idiota de mi jefe.

—Tú no eres quien manda aquí.

—Después de las seis de este día tú tampoco—mi ojos chocan los suyos azules dejándome claro porque los estuve evitando estas últimas semanas —si tanto necesitas ayuda puedes pedírsela a alguien más.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Kde žijí příběhy. Začni objevovat