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Abro las dos puertas del armario y del interior saco la mochila. No tengo tiempo para llevarme todas mis cosas, solo agarraré una muda de ropa.

Guardo en la mochila una camiseta, un pantalón, ropa interior, y un par de elementos femeninos. Los cuchillos de Aristeo también se vienen conmigo, y dos de ellos los dejo ocultos bajo las mangas del uniforme. No tengo espacio para más. Todas las demás cosas tendré que dejarlas aquí por mucho que me duela.

Estoy por cerrar las puertas del armario cuando me topo con una fotografía pegada en el interior. La despego con cuidado y miro con tristeza la imagen que muestra...

—Solo será una foto, lo prometo —insistí por segunda vez.

—No soy bueno para esas cosas, Venus —se opuso mi padre.

Caminó pacientemente hasta las gradas y tomo asiento allí. Él podía usar su súper velocidad, ¿por qué no lo hacía? En cambio, yo debía correr a paso humano. Muy aburrido.

Me acerqué a él cojeando, ya que durante el entrenamiento di un mal giro y me dio un tirón en la pierna. No era nada, había sufrido lesiones mucho peores que esa. Me senté a su lado y apoyé la cabeza sobre su hombro.

—Solo debes sonreír —le indiqué—. Ya sé que es difícil para ti, pero ¿podrías intentarlo por mí?

Él rodó los ojos ante mi pequeña broma.

—Muy graciosa —ironizó.

Solté una risita y alcé la cámara de fotos para enfocarnos a ambos. Papá alzo la mirada, resignado.

—Ahora di: «Venus me venció por primera vez» —le indiqué.

Sonreí y rápidamente tomé la foto. De todos modos él no iba a repetir eso. Aún así, me pareció divertido.

Por primera vez en mis quince años de vida le gané en una lucha. Que va, se dejó ganar. Él era un Raezer y yo una humana, no tenía ni la más remota posibilidad de ganarle.

Tomé la instantánea y deje la cámara a mi lado. Sacudí el papel, ansiosa, y esperé a que la imagen se revelara. Esta sería nuestra primera foto juntos, ya que ayer recibí esta sorpresa de su parte. Al principio me sorprendió creer que había abandonado nuestra fortaleza, pero enseguida me aclaró que fue un pedido que le hizo a Mary, la agradable mujer humana que convivía con nosotros.

Las imagen por fin se reveló y sonreí al ver nuestras caras. Yo estaba radiante de felicidad, mientras que él salió mirándome a mí con una pequeña sonrisa de orgullo paternal plasmada en los labios.

Definitivamente esta iba a ser mi foto favorita...

Parpadeo varias veces para hacer a un lado ese recuerdo en mi cabeza.

No sé porqué lo hago, pero termino guardando esa foto en la mochila. También me llevo la otra que tomé del cuarto de Aristeo, no pienso dejarla aquí.

Bien, una vez que tengo todo listo comienzo a trazar un plan de escape. Conozco la puerta de salida, puedo llegar a ella en cuestión de segundos. El único problema sería esquivar a los guardias de seguridad. Tendré que enfrentarme a cuatro en total. Pobre de ellos.

Podría usar alguna distracción primero. No sé, como decirles a un par que mi padre los busca o algo así. Ya luego me cargaría a los otros restantes, sería mucho más fácil, ¿verdad?

De pronto, doy un pequeño brinco del susto al oír la perilla de la puerta moverse. ¿Argus ha vuelto? Han pasado dos horas del suceso en el gimnasio, tal vez quiera volver a hablar conmigo.

CAITLIN | LIBRO III ~ Realidad EternaWhere stories live. Discover now