Capítulo 5

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El cojín del respaldo y de la silla eran blanditos.

Era una silla suavemente esponjosa, tan blanda que, si la presionabas con el dedo, se creaba una marca en ella.

<La silla del carruaje es tan buena, pero ¿cómo es que esos dos pudieron sentarse antes en ese sofá?>

Lo más cómodo del orfanato era el sofá que estaba en la oficina del director, pero ni siquiera se comparaba a esto.

Inconscientemente, hice una marca en el cojín mientras sacudía las piernas. Entonces, levanté lentamente la cabeza.

Al ver lo que estaba haciendo, dos pares de ojos púrpuras se movieron a lo largo de la trayectoria de mis dedos.

—Bueno, gran diuque... ¿Qué haré cuano llegue? ¿Lavar ropa? ¿Limpiar?

Como no reveló su identidad anteriormente, sentí que estaba hablando con un señor cualquiera, sin embargo, en cuanto subí al carruaje, el gran duque me dijo quién era.

Por eso, en lugar de pegarme a él como antes, decidí actuar con más cuidado. Porque no se puede ir a lo loco con un noble.

Ya conozco la novela original, pero decidí preguntar la razón por la que me llevó con él.

—Te tratarán muy bien en nuestro ducado. Comerás comida deliciosa, jugarás cómodamente y descansarás. Y todo eso se publicará en los periódicos.

—¡Wooow!

—¿Pero no deberías haber preguntado eso antes? —Windert sonrió—¿Qué debo hacer si tomas la mano de un desconocido sin saber a dónde vas?

¡Eh, bueno, tenía miedo de que el gran duque cambiara de opinión!

Y dado a que la decisión se había tomado apresuradamente, el director ni siquiera podía interponerse.

—Bueno, cuando se firma un contrato, hay que preguntar primero las condiciones. —el gran duque parecía preocupado por mí, ya que había tomado la decisión antes de que pudiera preguntar las condiciones.

Por cierto, yo ya sabía lo que iba a hacer allí, ¡así que me decidí rápidamente!, aun así, no puedo decirle eso, así que parpadeé y fingí no oírlo.

—En primer lugar, parece como si te fueras a derrumbar por el trabajo. Tu piel esta seca y estas delgada.

—¡Tabajo mucho y mi cuepo es fuerte! —apreté los brazos y hablé en voz alta mirando a Windert que se había burlado de mí.

De todos modos, el gran duque no le pedirá a un niño de cinco años que trabaje, así que decidí protestar. Aunque mis muñecas y piernas se vean tan delgadas como un esqueleto, son músculos creados a partir de vivir en orfanatos.

Como si fuera absurdo, Windert estalló en carcajadas al ver que mostraba mi brazo con su carente musculatura.

<¡Wooow!, ¡qué bonito!>

No tuve más remedio que mirar fijamente el rostro sonriente de Windert. Y cuando volví en mí, encontré que mi mano estaba en la mejilla de Windert.

Entonces Windert borró torpemente la sonrisa.

—Oh, mi...—bajé la mano lentamente con una sonrisa ambigua. Y el chico frente a mí se frotó lentamente la mejilla con una cara inexpresiva.

¡Uf, por qué he hecho eso...! No me odias por haber hecho esto, ¿verdad?

Mientras miraba con atención, el gran duque levantó repentinamente su mano y presionó mi brazo.

Nadie me quiere a excepción de los villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora