Decidete vida ¿me odias o me amas?

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Ugh, el mundo me odia. No ¡el universo me odia! Si, eso; No hay otra explicación para esto. Maldita sea, voy a terminar con alguna pulmonía por este clima de mierda. ¿Por qué demonios tiene que llover tanto en Tokio? Termine maldiciendo para mis adentros mientras me apresuraba a casa, con bolsas de alimentos, cosas de limpieza y remedios. Muchos, MUCHOS, remedios.

Pero esta bien, esto era un típico lunes para mi (a pesar de que era jueves), debería de estar acostumbrado ya a esto, pero el maldito dolor en mis cervicales no sólo era insoportable, sino que Sentí a como la falta de sangre en el cerebro empezaba a pasar factura en mi, para nada, Atlético cuerpo.

– Mierda. – fue lo único que mis labios lograron sisear en cuanto un charco de agua que no llegue a ver me había hecho resbalar.

El universo me odia, simplemente me odia. Mirando las bolsas dispersas por el suelo, a pesar de ser ateo, comencé a rezar lo que sabía esperando que lo huevos no se hayan partido y los cartones de leche explotado, ya nada se podía hacer por mi pobre lamentó de ropa, no sólo estaba mojado ¡estoy empapado! Maldita sea, en cinco minutos es la hora del baño de Noriaki y ni siquiera llegue a casa por la larga fila en el supermercado. Este día es una mierda, una completa mierda.

– ¿Te encuentras bien? – Bueno, no TAN mierda. A mi costado estaba in chico de más o menos mi edad sosteniendo un paraguas sobre mi cabeza mientras me miraba preocupado. Ya sea por sus ojos avellana detrás de sus lentes empapados por la lluvia y ocultos tras un liso cabello azabache, me quedé prácticamente sin habla. Mierda, es lindo.

– Si, no te preocupes. – conteste tras aceptar la mano que me extendía, ayudando a ponerme de pie para después comenzar a levantar mis bolsas con su ayuda.

– Tranquilo, todos tenemos días malos. – comentó con una sonrisa mientras tomaba en sus manos mis bolsas. – ¿Puedo ayudarte? Digo, el clima puede ser complicado si no estás acostumbrado a el. –

¿Por qué no? No está nada feo. – Eres muy amable ¡prácticamente me salvas la vida! – Y cualquier cosa, si se pasa de listo lo destrozo con mi stand y se acabo.

No es nada. – Contestó mientras me acercaba su paraguas para que nos cubriera a los dos. – Soy Aiko Bishamon, un placer en concerté. – Y tras hacer una pequeña reverencia terminó por presentarme.

Luego de decirle mí nombre, comenzamos a caminar dirigiéndonos a mi edificio. La charla era amena y placentera mientras me hacía alguna que otra pregunta del país en el que había vivido para luego felicitarme de lo bien que hablaba japonés. El tampoco estaba mal; habiendo crecido en una pequeña ciudad llamada Morioh o algo así, se había mudado a Tokio para poder conseguir un trabajo de arquitectura tras finalizar sus estudios. Físicamente no estaba mal, siendo casi de la misma estatura que yo, algo miope, pero con un rostro muy dulce. Pero algo me había llamado la atención sobre todas las cosas, y era el hecho de que tenía ambos meñiques pintados de negro, por un motivo que yo bien conocía.

– Eres gay de closet, ¿No? – Cuestione, confirmando mis sospechas en cuanto su cuerpo se  puso rígido en el momento. – A riesgo de fallar mi razonamiento, si te acercase pensando que era lindo, gracias, el sentimiento es mutuo. – Exclame con una sonrisa mientras sacaba las llaves del edificio para luego subir a mi departamento.

El balbuceo atrás de mis espaldas me enterneció, en realidad parecía algo abatido con su rostro todo sonrojado, sin duda no esperaba un comentario tan directo de mi parte. Pero, luego de un par de palabras el que tenía las mejillas levemente coloradas era yo. – Tu ¡¿quieres ir el sábado a un bar o algo así?! – Lo había dicho tan rojo, con tanta fuerza, y con una mirada tan intensa que pensé que en algún momento saldría corriendo lo más rápido posible.

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⏰ Last updated: Mar 17, 2021 ⏰

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