11.

54 5 1
                                    

Apoyé mis codos sobre la mesa y dejé caer la cabeza sobre mis manos. Esto no podía ir a peor, los otros hombres que ni siquiera conocía no dejaban de hablar de sus mansiones, yates, tierras y cosas así.

-Sé que es raro, tú lo que tienes que hacer es asentir para que se queden contentos.- me susurró Zayn al oído.

Lo miré con cara de pocos amigos, no sé quién tuvo la genial idea de que nosotras vinieramos pero quiero pegarle. Casi que prefería quedarme todo el día en el hotel que estar aquí.

Negocios, negocios, negocios, negocios y negocios.

-Chicos, contadme, ¿quiénes son esas dos bellezas de ahí?- preguntó un pez gordo.

-Son unas amigas.- respondió seco Louis.

El hombre los miró no muy convencido y siguió hablando de todo el dinero que gasta a lo tonto. Me extrañó la actitud de Louis, no debe ser un buen hombre.

-Creo que ya es hora de irnos.- dijo Paul. Por fin.

Fuí al baño un momento antes de salir, entré y me miré al espejo. Tenía una cara horrible. Me la lavé y salí hacia la entrada del restaurante.

-No, no, Clara, espera, ¡espera!- Se habían ido sin mí, a veces me pregunto cómo tengo tanta suerte.

Me apoyé en una pared, conté hasta tres para relajarme. Uno...Dos...Tres... Ya.

-Puedes venir conmigo.- me dijo. Lo miré a los ojos.

-Tranquilo, no quiero molestar.-dije y empecé a caminar por la calle.

-Ariadna, ni siquiera sabes dónde estás.-dijo Niall.- Por favor, yo te llevo.

No pude negarme, me giré y fui con él hasta su coche. Me senté de copiloto y él de conductor.

Arrancó y empezó a conducir por las calles de esta ciudad. Durante un rato no hubo ni una sola palabra, lo único que hacíamos de vez en cuando era mirarnos, pero tuvo que romper el hielo.

-¿Estás enfadada?- me preguntó.

-¿Me preguntas a mí si estoy enfadada?¿Me lo pregunta el que lleva toda la noche evitándome?-paré de hablar.- Y sí, estoy enfadada. No vengas ahora de bueno como si tú no lo estuvieras, a los demás no les importó que llegara tarde.

-¿Quién era aquel? El que vino contigo.

-Así que es eso.- reí irónica.- Ya te dije que era un amigo.- respondí seca.

-¿Un amigo?¿Quieres qué te dé todas las definiciones que entiendo yo por amigo?- Sus brazos se tensaron y agarró más fuerte el volante.

-Él es un amigo, un conocido, para empezar no tengo que darte explicaciones de nada ¿Pero qué te pasa?- me estaba volviendo loca con esta situación.

No volvimos a hablar, en cuanto llegamos al hotel me bajé y di un portazo. Estaba muy cabreada. Fuí hasta el ascensor lo más rápido posible para no compartir ningún segundo más con el rubio. Cuando llegué a mí habitación cerré lo más rápido posible. Me apoyé en la puerta y me dejé caer lentamente hasta sentarme en el suelo.

-Hey, ¿eres tú?- oí un susurro.

-Sí, tranquila.- reí, me fijé en que Clara tenía una risa tonta en la cara.- Vale, vale, cuéntame.

Vino corriendo, me agarró del brazó y me llevó al sofá. Primero respiró ondo y después colocó el móvil tápandose la boca para no mostrar su gran sonrisa.

-Es Jeff.- lo sabía.- He estado hablando con él toda la noche y, dios, sé que no lo conozco pero es un amor y me dijo que le gusto y, y, y....

-Ya, no me des más explicaciones, yo tampoco lo conozco pero me parece un tío genial.- respondí, sinceramente pensaba eso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 31, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A long way from the playground.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora